Los hijos del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos presentaron el miércoles pasado en Asunción un lote con 176 libros marcados, anotados y dedicados que formaban parte de la biblioteca que su padre edificó durante su exilio porteño entre 1965 y 1976, ejemplares que fueron encontrados en la calle hace dos años por una familia argentina que, consciente del valor patrimonial y como parte de una rutina pandémica, se dedicó a limpiarlos y catalogarlos para finalmente entregarlos a la embajada de Paraguay.
El recorrido de esos 176 libros es simple y sinuoso. Cuando tuvo lugar el golpe de estado de 1976, Roa Bastos aceptó la invitación de la Universidad de Toulouse y se exilió en Francia, donde permaneció como profesor de literatura latinoamericana y guaraní hasta 1996.
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Sus libros quedaron en un departamento porteño al que el escritor paraguayo nunca volvió, viajaron a Barcelona, estuvieron años en un depósito y finalmente se remataron como parte de un lote de escritores que adquirió un argentino.
En 2019, tras ser rescatados de un container en una ruta en Chapadmalal por la familia Brittez, de Otamendi, a 90 km. de Balcarce, fueron leídos y catalogados, y la misma familia contactó a la embajada con el pedido de que se los devolvieran a los herederos del autor.
CB PAR