Ricardo López Murphy trató de “mentiroso” a Sergio Massa y criticó el desdoblamiento cambiario, opinando que hay que generar rápidamente las condiciones para superarlo. “Lo primero que hay que hacer es sincerar a la economía lanzando un paquete de reformas”, afirmó en Modo Fontevecchia (Net TV y Radio Perfil FM 101.9).
No debe haber persona que tenga más credenciales que usted para hacer un juicio de valor sobre los temas controversiales de las últimas semanas. La palabra “blindaje” que utilizó Patricia Bullrich respecto de lo que podría ser necesario, en una eventual presidencia de ella, contar con el Fondo Monetario Internacional para obtener los dólares suficientes para salir más rápido del cepo. Por otra parte, estuvo el comentario del diputado de la Coalición Cívica y miembro de Juntos por el Cambio sobre que un gobierno de Bullrich terminaría con violencia y muerte, como terminó el de la Alianza. Ayúdenos a poner un poco de claridad en estos temas…
Primero una aclaración, no me fui de Republicanos Unidos, eso sigue en todo el país y estamos bien organizados. Tenemos un contencioso en la Ciudad de Buenos Aires que lo resolveremos después de la elección, pero no me fui. Sigue latente nuestra organización, pero lo que pasó es que tuvimos suficientes diferencias y criterio como para poder marchar juntos a la elección.
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¿Solamente en el caso de la Ciudad fueron las diferencias? ¿A nivel nacional tuvieron acuerdo?
Solamente en Ciudad. En el resto del país está todo el mundo bien ordenado y delineado. Pero bueno, eso a veces pasa, y lo lamento, porque claramente nos produjo daño.
Es algo que pasa en los partidos políticos, sobre todo, en uno tan ideologizado, doctrinario y con tanta vida interna como es nuestra fracción en la Capital Federal.
Yo interpreto la expresión de la doctora Bullrich de la siguiente manera: todo dentro de la Constitución y la legalidad. Eso es algo que Argentina no tiene desde hace mucho tiempo, y es imprescindible esa organización que nos devuelva previsibilidad en lo monetario, fiscal, convivencia diaria, en la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia común, en términos de volver a funcionar de manera ordenada en nuestro sistema escolar, sanitario y lo mismo en materia judicial.
Además, tener una política exterior que se comprenda, que se vote bajo una regla y visión del mundo y no con votos que sean contradictorios, con un embajador que dicen una cosa y otro exactamente lo opuesto. Patricia Bullrich propone el orden que se necesita.
Hubo una llamativa declaración de Juan Manuel López, de la Coalición Cívica. Dijo que un eventual Gobierno de Bullrich podría terminar con la violencia con la que terminó el de Fernando de la Rúa. Usted hablaba siempre dentro del marco de la Constitución, no se le puede negar a de la Rúa actuar dentro de la Constitución, uno puede actuar dentro de la legalidad y sin embargo que se produzca una situación así...
Reconozcamos que la crisis que enfrentó de la Rúa fue dramática.
La consecuencia de la crisis asiática derrumbó los precios de las commodities. De ello, devino la crisis rusa.
¿La devaluación del 1998?
Y la cesación de pagos de Rusia. De ambas crisis, devino la crisis de Brasil con la brutal devaluación de enero de 1999.
El país soportó estoicamente ese periodo que va de 1998 al 2001 con una presión externa enorme por el diseño de nuestra políticas cambiarias y monetarias.
Ese esfuerzo que se hizo, quizá, fue incomprendido por parte de la población, pero era lo necesario para evitar lo que ocurrió posteriormente, que fue una catástrofe, cuando no solamente se rompió el orden monetario y cambiario, el cual nunca más pudimos volver, sino todos los contratos de la sociedad argentina.
Lo que hizo de la Rúa fue tratar de preservar, de la manera más honorable, el funcionamiento de los poderes de la república.
En ningún momento hubo alguna acción que se apartara de esa regla. No tenía otro camino, por eso yo personalmente creo que en esa época tendría que haber explicado y mostrado con mucha claridad el enorme costo de la alternativa y el daño monumental que se iba a inferir en la credibilidad y viabilidad de Argentina, que efectivamente, hace 20 años se separó del mundo. Hace muchos años, diría que 15 años, no crece, y en los últimos 12 años cayó 15% su ingreso per cápita.
Nos fue muy mal rompiendo la tradición constitucional. Siempre pienso que eso fue muy negativo tanto cuando se volteó a Hipólito Irigoyen el 6 de septiembre de 1930, Arturo Frondizi, Arturo Illia. Todo, el mismo caso en el '76, creo que fueron errores monumentales que se cometieron cuando se busca una solución autoritaria y siempre la mejor respuesta dentro de la Constitución es la legalidad.
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El “blindaje” propuesto por Bullrich
¿Es posible obtener una cantidad de dólares, decenas de miles de millones, para poder reforzar las reservas del Banco Central y rápidamente salir del cepo? ¿Es algo factible para diciembre de este año?
Cuanto antes. Lo que será inevitable hacer es el sinceramiento, es decir, hay una inmensa cantidad de precios y operaciones reprimidas.
Puede mirar el último episodio del mentiroso de Sergio Massa, que volvió a mentir sobre todo los precios de importación, tenemos muchos tipos de cambio. ¿En qué lugar usted vio una cosa como esa?
Eso hace que el Banco Central acumule pérdidas en la tesorería, ingresos falsos. Todo eso determina un desorden más profundo del que teníamos. Desgraciadamente nunca resuelve los problemas.
Lo primero que hay que hacer es sincerar a la economía lanzado un paquete de reformas que permitan ordenar el empleo, la actividad productiva, las áreas energéticas y mineras, actividades de exportación, normalizar los pagos externos, habrá simultáneamente a eso una negociación, como es natural en la crisis que estamos, con todos los organismos multilaterales y en ese proceso cuanto antes sea posible y en al medida que recibamos alguna ayuda que nos permita capitalizar el Banco Central eso facilitará la apertura completa de todas las operaciones.
Ese "cuanto antes" como usted lo coloca luce más parecido a lo que plantea Horacio Rodríguez Larreta que a lo que plantea Bullrich. ¿Puede ser?
No. Porque hasta donde yo conozco, lo que dijeron es que eso tomaría un año, y no estoy hablando de eso.
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¿Está hablando de meses a lo mejor?
Estoy hablando de que, naturalmente, hay un proceso de sinceramiento, un lanzamiento del programa de reformas estructurales que requiere en muchos casos ser aprobado por el Congreso y, en tercer lugar, un apoyo internacional que nos permita lidiar con algunas circunstancias que Bullrich no estará explicitando, pero yo se la estoy explicitando a usted.
Este Gobierno acumuló 20.000 millones de dólares de deuda comercial que no pagó, liberó en descubierto o tendrá alrededor de 10.000 millones con el Banco Central de China, y tenemos reservas negativas por 10.000 millones. O sea, un programa del Fondo completo se mandaron en este tiempo.
Lógicamente, esos 40.000 millones están presionando sobre las cuentas externas y requiere ese proceso que le digo: sinceramiento, lanzamiento del programa estructural, reversión de la credibilidad del país, apoyo de los organismos multilaterales.
En la medida que tengamos un apoyo sustancial, el proceso de terminar la liberación será muy rápida.
El factor del descontento social
¿Cómo imagina que se tendría que producir este proceso, teniendo en cuenta que podría haber resistencia de una parte importante de la sociedad en las calles? ¿Cómo imagina que se resolvería ese problema?
Diría de grupos muy minoritarios, porque acá, lo único que yo no dije, que es importante, es que necesitamos una victoria electoral contundente, porque si queremos pasar el paquete estructural en los primeros 60 días, tenemos que tener mayoría en ambas cámaras. Ese me parece que es el principal problema que enfrentamos y que tenemos que ratificar.
Espero que tengamos una elección contundente en diciembre, porque lo peor que le puede pasar a Argentina es tener una crisis de esta envergadura. ¿Escuchó lo que le dije de los 40.000 mil millones que estamos tirando en el aire?
40 mil millones cada cuatro años nos comemos, porque lo mismo pasó con Mauricio Macri y este tuvo pandemia, lo menciono para ponerlo en contexto, y Macri no…
No tergiversemos el debate. Los precios internacionales que tuvimos estos tres o cuatro últimos años fueron excepcionales. Es decir, nunca tuvimos precios de esta envergadura. Por lo tanto, las circunstancias fueron muy buenas, ninguno de nuestros vecinos tiene alguna dificultad y tuvieron la guerra y la pandemia igual que nosotros. Argentina sufre lo que no sufren los otros.
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Con honestidad intelectual, me parece muy interesante lo que plantea. Lo que dice es que comparando los cuatro años de Macri con los de Alberto Fernández, es cierto que el actual Presidente tuvo la pandemia y la guerra, pero que los mayores precios de las exportaciones argentinas equilibran los mayores costos que pudo haber generado la pandemia y la guerra.
Largamente. Porque la pandemia y la guerra fueron muy mal manejadas.
La guerra encarece, y a nosotros nos favorece enormemente, los bienes agrícolas y los bienes energéticos.
Es lo mismo que yo me preguntara qué dificultades puede tener Jorge Fontevecchia si todo el mundo quiere leer Perfil. ¿Se imagina que le vaya a hacer un planteo sobre las dificultades que le trae esa situación? Usted estaría en una fiesta todo el día. Lo mismo me ocurriría a mí, dejando mi rol de diputado nacional y volviendo a la vida profesional, si todo el mundo quiere los servicios profesionales de López Murphy.
La abundancia no es para quejarse, sino que es para ahorrar y prevenir los tiempos de adversidad.
Ahí estaba el problema del balance entre el aumento de la exportaciones alimenticias contra el aumento de la exportaciones energética, porque todavía no estaba el gasoducto. Dejaban un balance negativo.
Porque teníamos el precio de los energéticos totalmente divorciado del mundo.
Si se subsidian todos los precios de la energía domésticamente, cuando el mundo está sediento de energía y los precios son muy altos, lo que hace es dañar su economía, ningún país hace eso.
Lo que nosotros hacemos es subsidiar la producción cuando los precios son bajos y la agravamos cuando los precios son altos, es disparatado eso. No permitimos que el mecanismo asignativo vaya a donde tiene que ir.
La deuda que consume el país años tras año
Como usted plantea, una cosa puede equilibrar la otra, un poco más o un poco menos. En Argentina se consumen 10.000 millones de dólares de deuda por año…
En realidad, no tanto. Pero parte del problema, y coincido con usted, es que la deuda no nace de un milagro. Nace de los desequilibrios fiscales, y el principal orden que requiere Argentina es el orden fiscal. Se tiene que estar en condiciones de afrontar con recursos genuinos sus gastos.
Argentina tiene la presión tributaria más alta del mundo, en todos los estudios da eso, no en términos de lo que recauda, porque tiene una gran informalidad. El peor impuesto es el que no se recauda, porque eso genera un subsidio oculto, no visto, de todos los que evaden impuestos, y pueden hacerlo con menor productividad.
Mantener el orden público en una sociedad que tiene la legalidad y un sistema en el que el pueblo no delibera ni gobierna si no es por medio de su representantes, un sistema republicano, representativo y federal, ese es el orden de la Constitución.
Lo que acá hay, a veces, son planteos abiertamente sediciosos contra el orden de la Constitución, y eso no debe ser condonado.
Un diputado dijo que un gobierno de Bullrich podría terminar como en 2001
Su visión de lo ocurrido en el 2001
¿En el 2001 fueron sediciosos? Es decir, lo que pasó durante esas noches de fin del 2001, ¿era sedicioso?
En ese momento, usted recordará que hubo problemas muy severos de gobernabilidad.
Yo no estaba en el poder en esa época, pero había ocurrido el mecanismo de cierre de la conversión de los depósitos de pesos a dólares, y se estaba forzando a operar dentro del sistema, algo que fue muy traumático, por la gran informalidad y la baja bancarización que había.
Probablemente, si eso ocurriera hoy, sería muy distinto, porque una gran fracción de la sociedad está mucho más bancarizada de lo que se estaba en aquella época.
Esa desesperación de no poder acceder a los recursos monetarios. Probablemente esto produjo una reacción y los niveles de protesta fueron aprovechados por elementos destructivos.
Usted no ataca a los organismos legislativos y a la Casa Rosada, cuando se expresa de esa manera es que se está tratando de derrumbar el poder que nace de la Constitución.
¿Es decir que a un clima de protesta genuina se suman elementos extremos que aprovechan y en parte son sediciosas?
Sí, con un carácter sedicioso. No oculto, además, porque Gildo Insfrán, Aníbal Fernández, Axel Kicillof hablaron, nosotros nunca lo hicimos, sobre que "van a regar de sangre y de piedras" a la sociedad argentina.
Nosotros hablamos de un país en la unión nacional, la paz interior. Lógicamente, si somos gobierno y tenemos que conservar la paz interior y consolidar la unión nacional a los elementos que traten de voltear al gobierno vamos a tener que controlarlos y reprimirlos como corresponde en cualquier país sensato.
Nada fuera de la Constitución ni de la ley. Está establecido que ninguna patota está habilitada ni a bloquear las calles y quebrar la libertad ambulatoria de los argentinos, dañando su nivel de vida dramáticamente.
Se sabe que la gente en la megalópolis viaja dos horas de ida y de vuelta. Si se le bloquea el metrobús o alguno de los medios de transporte, viaja seis horas, y ese es un daño verdadero al bienestar de la población que el Gobierno tiene la obligación de evitar, como también tiene la obligación de evitar la destrucción de las usinas y los bienes públicos, los que son propiedad del Estado.
Es inescapable esa obligación, no es una virtud y yo no lo pongo así. Es un atributo necesario asegurar la gobernabilidad, no se puede tener un gobierno que deje que se viole la Constitución, el Código Penal y que haya un clima anárquico. No es compatible con nuestra organización judicial.
Por supuesto que vamos a tratar de hacer las cosas de manera que ese proceso sea comprendido, entendido. Además, Argentina no necesita ningún ajuste importante, está sobreajustada a comparación de países como España, Grecia. Esos países tuvieron que hacer tremendas correcciones porque tenían grandes déficit en cuenta corriente y enormes endeudamientos que tuvieron que realizar para poder mantener su nivel de vida. Argentina está sobreajustada porque se cobra un impuesto inflacionario brutal que excede lo que es racional, y eso baja el nivel de vida de los más pobres.
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La doctora Bullrich fue lo suficientemente sobria para no decir que el programa va a asumir fuertemente la presión social, porque le quitará la presión enorme que el impuesto inflacionario pone sobre los sectores más débiles, desarticulados y pobres de la sociedad, y le crea una oportunidad magnífica a la sociedad civil para expandirse.
Es cierto que el Estado tendrá que reducir su tamaño para dejar que el sector de la sociedad civil que está sobreajustado se expanda, y allí se expandirán las exportaciones, el empleo, la inversión, el aprovechamiento de nuestras oportunidades. Es un programa expansivo el que viene.
Lógicamente, frente a los excesos que hubo en materia de burocracia, nombramientos, facilismos, incentivos a no hacer lo que corresponde… nosotros tenemos una obsesión de que el pan se gana con el sudor de la frente. Vamos a convertir todas las ayudas sociales para que la gente se reintegre al mundo laboral, el trabajo formal, ese es el desafío que tenemos.
Su posible rol en un eventual gobierno de Bullrich
¿En qué posición se imagina el 10 de diciembre si gana Bullrich? ¿Dónde creerías que podrías ser más útil para ese momento?
Usted piense que soy diputado nacional. Va a haber un formidable programa que llevarán adelante y tendría gran entusiasmo de defenderlo.
Si tengo que ser miembro del gabinete, soy un hombre de un gran compromiso cívico a lo largo de tantos años en la vida pública defendiendo el valor de la libertad, lo haré, y voy a tratar de ser lo más funcional a que ese gobierno sea exitoso.
El 13 de agosto a la noche tenemos que unificar nuestras fuerzas, tras conocer los resultados electorales hacer un esfuerzo, liderazgo y convergencia.
Actuaríamos muy mal si antes de incorporar y construir esa inmensa columna que necesitamos para que pueda llevar adelante la tarea de transformación de la patria asignarnos los cargos. Sería como llamarlo a ser plateista de este proceso.
No se convoca a la unidad y convergencia diciéndoles que está todo ocupado, es natural que la presidenta tenga los mayores grados de libertad para hacer las designaciones y combinar esa coalición de la manera más eficiente y constructiva y tener la capacidad de prescribir aquellos que tienen que colaborar y se dedicaron a decir comentarios poco fecundos, inoportunos.
Larreta le respondió a Bullrich: "Blindaje hizo De la Rúa"
Seguramente volvamos a hablar después del 13 de agosto. Aclaramos que lo de Republicanos Unidos solamente es en Ciudad y no a nivel nacional.
Es claro que todavía ahí hay un contencioso. Poniéndolo en términos, nosotros a la fracción que participa de la elección le dimos todas las facilidades para que lo pueda hacer de la mejor manera posible.
Es una diferencia, quizá, perdimos el afecto social que requieren las formaciones políticas por una enormidad de conflictos personales. Pero no es más que eso, no hay un debate ideológico que obligue una ruptura a lo largo y ancho de la patria. Por lo que se superará y es nuestro propósito.
La experiencia nos mostró que tenemos que armar una gran fuerza con todos los sectores afines y toda la geografía de la república para corregir algunas falencias que tuvimos en la nominación de candidatos. Quizás, porque todo esta línea que influye tanto intelectualmente, uno no puede poner los mejores candidatos de los que disponía y nos resignamos a aceptar cosas que no deberían ser las que deberíamos aceptar.
Nuestro propósito hacia el futuro es fortalecer un partido que refleje esta visión, pero que también sea mucho más amplio.
BL FM