Rusia interrumpe el suministro de gas a Polonia y Bulgaria por negarse a pagarlo en rublos. Se trata de un nuevo desafío a la Unión Europea mientras el gobierno de Volodomir Zelenski no oculta sus recelos con Alemania por el apoyo en el pasado al gasoducto Nord Stream 2 y su postura contraria a dejar de comprar gas y petróleo rusos.
Por esas prevenciones, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, suspendió una visita a Kiev. Cuando era ministro de Exteriores elogiaba a Putin. Ahora reconoció su error, pero, para Zelenski, no hizo lo suficiente para dejar de financiar al régimen agresor.
La negativa polaca y búlgara a pagar el gas en rublos crea un nuevo paradigma dentro de la tragedia que significa la guerra en Ucrania. Ven la exigencia de Putin como un incumplimiento del contrato por parte de Gazprom, la compañía estatal rusa.
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A finales de marzo, Putin anunció que los contratistas extranjeros, tildados de hostiles a Rusia, debían pagar el gas en moneda rusa. La mayoría de los países de la Unión Europea, incluidos Polonia y Alemania, no aceptó esos términos.
El gobierno polaco publicó una lista con los nombres de 50 compañías e individuos rusos con intereses comerciales en su país que serán objeto de sanciones. El de Bulgaria prometió que no faltará gas en los hogares.
CB PAR