Un conjunto de sábalos pescados para consumo humano registran los niveles de contaminación con agrotóxicos más altos a nivel mundial. Las vísceras y músculos de los peces que habitan el tramo inferior del río Salado, en Santa Fe, arrojaron concentraciones récord de nueve insecticidas, herbicidas y fungicidas aplicados en cultivos transgénicos de soja, maíz y algodón. La información surge de un estudio del Conicet y la Universidd Nacional del Litoral publicado en la revista Science of the Total Environment.
Entre diciembre de 2021 y febrero de 2022, los investigadores compraron los ejemplares a pescadores locales a lo largo de más de 100 kilómetros de una zona agrícola muy productiva. La hipótesis principal es que los compuestos tóxicos llegaron a los peces después de alimentarse en el sedimento del río. Los productos que más alertaron a los científicos fueron el glifosato, presente en todos los ejemplares, y su sucesor en el uso agroindustrial masivo, el glufosinato de amonio, en el la mitad de los pescados, prohibido para consumo humano en la mayor parte del mundo.
Los índices encontrados “son extremadamente altos y no existen en la literatura científica registros de esa magnitud”, aseguró, en comunicación con Telám, Rafael Lajmanovich, a cargo del equipo. “Esto fue avalado por un comité científico de una de las revistas más prestigiosas del mundo en contaminación ambiental”, aclaró. Uno de los puntos de mayor riesgo es la posible sinergia de los biocidas, ya que “la combinación suele tener efectos tóxicos que son mayores que la suma de las toxicidades individuales”.
El campo responde a una campaña viral "por instalar el miedo" sobre el uso de fitosanitarios
Lajmanovich, que ya había participado en otros trabajos sobre polución por herbicidas, no tiene dudas, “el origen son los cultivos agroindustriales que están en todas las cuencas" afirmó. Como la contaminación fue detectada en el último tramo del río, las probabilidades de que los tramos superiores también estén afectados son altas. El sábalo se extiende hasta las cuencas de los ríos Paraná y Paraguay. Aunque es una fuente primordial de alimento, no hay controles sobre su salud. Un dato preocupante, considerando que, al menos hasta 2017, Argentina era el tercer país del mundo en el consumo de glifosato, concentrado en provincias como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
MVB FM