Después de que la policía de San Francisco lo detuviera por una infracción, un vehículo autónomo de General Motors se puso en marcha en forma imprevista, “huyendo” así de una posible multa.
El Chevy Bolt, de Cruise Automation (la división de vehículos autónomos del gigante automotriz) circulaba con las luces apagadas. Cuando un agente del orden lo examinó e intentó abrir la puerta, el taxi abandonó la escena para luego detenerse solo unos metros más adelante.
El vehículo no trataba de escapar, sino que buscaba un lugar seguro para frenar, argumentó Aaron Mclear, portavoz de Cruise. “Trabajamos en estrecha colaboración con el Departamento de Policía de San Francisco sobre cómo interactuar con nuestros vehículos”, explicó. La empresa, sin embargo, no aclaró las razones por las cuales el auto circulaba sin luces.
Cómo es viajar en un vehículo autónomo
Accidentes protagonizados por vehículos autónomos
Los vehículos autónomos perciben el entorno mediante tecnologías como láser, radar, GPS y visión computarizada. Sus sistemas interpretan la información para identificar la ruta apropiada, los obstáculos y la señalización relevante. Son capaces de recorrer rutas programadas y, para funcionar correctamente, requieren una reproducción cartográfica del terreno.
Aunque la tecnología está cada vez más extendida, ya se vieron varios accidentes desde que empezó a implementarse. Un paper firmado por cuatro universidades estadounidenses concluyó en 2018 que, el 60% de las veces, los autos no tripulados pasaban de largo ante una señal de “pare” adulterada. Como habían sido entrenados para ver patrones, los desajustaba el cambio de simetría.
"Vehículos autónomos: ¿un riesgo para el uso de transporte público?"
A mediados del año pasado, un micro autónomo de Toyota -bajo control manual antes de hacer un giro- golpeó al atleta paralímpico Aramitsu Kitazono en un paso peatonal dentro de la villa olímpica en Tokio. El accidente sucedió en el marco de los últimos Juegos Paralímpicos y la víctima fue un judoca de 30 años con discapacidad visual, que sufrió heridas menores.
La compañía argumentó que los operadores del bus -que viajaba a dos kilómetros por hora- vieron a Kitazono, pero no pensaron que no se detendría ante su paso. Toyota pidió disculpas, aseguró que cooperaría en la investigación y suspendió el funcionamiento de esos vehículos en la villa olímpica. Para Akio Toyoda, presidente de la empresa, la causa del accidente fue “un exceso de confianza” en el sistema autónomo.