En épocas de economías adversas, con altos niveles de inflación y un muy deteriorado poder económico del bolsillo de los consumidores, lo esperado sería encontrar consumos moderados y tal vez una actitud expectante en la gente. Sin embargo, en medio de la honda crisis que atraviesa a la sociedad argentina, se da un fenómeno por demás llamativo, tanto así que uno de los periódicos con más trayectoria del mundo reparó con asombro en esa situación.
De hecho, The New York Times, el diario neoyorquino hizo un análisis de la crisis financiera que golpea a la Argentina desde los últimos años. De ese estudio, concluyó con sorpresa que el contexto económico complejo tuvo un impacto inesperado: “un efecto secundario sorprendente, una floreciente escena gastronómica”, así lo definió el prestigioso medio. “En Buenos Aires, la cosmopolita capital argentina, está floreciendo un panorama culinario de talla mundial. Esto no sería noticia si no fuera por el hecho de que Argentina se encuentra en medio de una crisis financiera extraordinaria”.
En ese sentido, dicho fenómeno se ve reflejado en la paradójica situación que lleva a que en medio de una economía azotada por los altos niveles inflacionarios, la gente decida programar salidas de modo habitual a restaurantes y lugares de gastronomía que se ven totalmente saturados de comensales.
Un fenómeno que avanza sobre la Ciudad
Lo cierto es que a medida que la crisis financiera del país avanza de modo constante, el fenómeno menos esperado también invade el paisaje porteño: con polos gastronómicos desbordados de gente dispuesta a deshacerse de los pesos. Este panorama que en principio se presenta como contradictorio, fue definido como “una floreciente escena gastronómica”, cuando el The New York Times relató una crónica que pretende desenmarañar aquellas raras “paradojas” que suelen traer aparejados algunos particulares contextos económicos.
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Los puntos paradójicos
En este intento de análisis detallado, para intentar dibujar el mapa de la crisis argentina, el diario neoyorquino, comenzó por interpelarse respecto de una situación que llama la atención de hasta el más distraído: buscó analizar y entender cuál es el motivo que lleva a los porteños a mostrase presurosos por “quemar” sus pesos en la billetera, aún en medio de la más profunda incertidumbre económica. Lo cierto es que la necesidad parece ser precisamente “despojarse” rápidamente del dinero antes de que pierda aún más valor, lo que trae aparejado el florecimiento de nuevas tendencias culinarias y polos gastronómicos.
Una crónica de análisis en medio del arte culinario
El prestigioso diario en una pormenorizada crónica periodística destacó el caso de uno de los copropietarios de un reconocido restaurante argentino. En ese sentido, señaló como llamativo el caso de Pedro Díaz Flores, quien se encuentra a cargo del comercio, y señala que se trata del “decimoséptimo establecimiento gastronómico que abre en Buenos Aires en los últimos 18 meses”. A su vez, el diario hizo foco en la mirada de Flores respecto de la oportunidad que brinda “el panorama gastronómico en Argentina”.
Precisamente el fenómeno objeto de análisis, llevó a ver la contracara del impacto inflacionario en el poder adquisitivo de la gente. En su crónica el diario destacó que “En medio de la agitación económica, Buenos Aires está dando vida a una escena culinaria que compite con las mejores del mundo”. A la vez que agregó, “este fenómeno podría parecer sorprendente, es la respuesta directa a la crisis financiera que asola al país”.
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La cuarta tasa de inflación más alta
Asimismo, el NYT puntualizó que siendo Argentina un país “con una inflación que supera el 114%, ubicándose como la cuarta tasa más alta del mundo, y el peso argentino desplomándose, con una caída del 25% en tan solo tres semanas en abril, los argentinos sienten la urgencia de deshacerse de su moneda antes de que pierda aún más valor”.
Es así entonces que podría darse una respuesta para comprender por qué en medio de una de las profundas crisis económicas que ha atravesado el país, las personas de las clases media y alta de Buenos Aires prefieren programar salidas con mayor frecuencia para comer fuera de sus hogares, en lugar de conservar y preservar sus ahorros en pesos. Todo lo contrario, eligen “invertir” en nuevas experiencias culinarias.
De este modo, la tendencia creciente generó a su vez una demanda "sin precedentes" en la industria de la gastronomía, lo que está siendo aprovechado por los empresarios del sector para invertir en la apertura de nuevos establecimientos y polos gastronómicos, que en los últimos tiempos invaden la ciudad, cambiando rotundamente el escenario porteño.
“Una fachada”, como pantomima del auge económico
En la conclusión de su crónica, el diario estadounidense advirtió que, en realidad, la situación que se ve reflejada en las calles de Buenos Aires no es más que una mera “fachada”. Como una pantomima en la que los diferentes actores buscar interpretar del mejor modo para hacer creíble su papel: “Todo el mundo parece estar pasándoselo bien. Sin embargo, en gran parte del país, los argentinos viven duras situaciones mientras el hambre va en aumento”, señaló el Times.
Según el NYT, la verdad queda manifiesta al observarse qué “para los miembros de la clase media, en particular, gastos como las vacaciones o un coche quedaron fuera de alcance, por lo que se dan otros caprichos”.
Podría encontrarse tal vez fundamento en la crónica del NYT, para intentar esbozar una explicación a ciertos razonamientos que generaron polémica en los últimos tiempos, precisamente por los dichos de algunos funcionarios del Gobierno que negaron la existencia de cualquier crisis económica en Argentina, a la vez que sostienen que el consumo sigue en aumento.
Tal fue el caso de la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, quien señaló hace pocas semanas atrás, que “la gente no llega a fin de mes, pero se patina la guita en restaurantes y recitales”, dichos que replicarían la teoría desarrollada en la crónica del New York Times.
MVB FM