“A esta altura, yo creo que para Donald Trump es irreversible intervenir ya en Venezuela”, afirmó el analista colombiano John Mario González, quien advirtió que una operación militar “generaría algún grado de solidaridad de parte de las izquierdas” y que ese efecto “va a terminar favoreciendo posiblemente al candidato de izquierda en Colombia”, además de consolidar al progresismo en Brasil. Según González, una acción norteamericana contra el régimen de Nicolás Maduro “cortaría una ola de derecha en América Latina”, pese a que el objetivo de Trump sería exactamente el contrario, explicó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).
John Mario González es analista colombiano, que usualmente está escribiendo un libro sobre el tema, y el presidente Petro ha hecho recientes declaraciones bastante controversiales respecto de lo que sería un eventual ataque por tierra, o invasión por tierra, de las fuerzas norteamericanas al territorio venezolano. Cuando me gustaría escuchar su opinión y compartirla con nuestra audiencia.
Las declaraciones del presidente Gustavo Petro de los últimos meses y, en particular, en relación con Venezuela, pues hay que enmarcarlo en el populismo que cunde en Colombia desde hace 3 años en en el ejercicio de la presidencia y, de una corriente política que ha tomado fuerza en las dos últimas décadas, particularmente en la última. Entonces, uno ve declaraciones del presidente que no tienen mayor coherencia.
Respecto de Venezuela, hay que agregar otros elementos, y es que pues hay un compadrazgo, una solidaridad ideológica entre el presidente Gustavo Petro y el régimen venezolano, Maduro. Recordemos que fue Gustavo Petro quien invitó a Hugo Chávez cuando fue escarcelado, por allá de 1994, a un evento del Foro de Sao Paulo en Bogotá, y ahí fue cuando formalmente Hugo Chávez ingresó al Foro de Sao Paulo.
Y, adicionalmente, Diosdado Cabello, en el año 2018 y luego de que Gustavo Petro tomara algún distanciamiento con, en ese momento, pues el gobierno de Venezuela, Diosdado Cabello dijo que era un guabinoso, una persona en la que no se podía confiar, que había ido a pedirles financiación para sus campañas políticas y que ahora hablaba mal del régimen venezolano. Entonces son amores y odios, y lealtades ideológicas las que se mueven ahí y, obvio, también intereses como es natural en política internacional, pero fundamentalmente lo que te comentaba inicialmente.
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¿Cómo podría comparar el progresismo de Petro con el de Lula?
Lula da Silva es un hombre que ha sido pragmático hasta cierto punto. Brasil es finalmente la octava economía del mundo por volumen, por tamaño. Lula da Silva, desde su primer gobierno en el año 2002, hizo un ejercicio de multilateralismo, intentando posicionar a Brasil como una potencia que pudiera llegar a tener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en una eventual reforma de las Naciones Unidas.
En política económica, pues aprovechó la bonanza de las materias primas de la primera década de este siglo para sacar a mucha gente de la pobreza. Sin embargo, no hay que olvidar que Lula da Silva ha tenido tonos muy populistas dependiendo del momento. En el año 2008 acusaba de la crisis financiera en Estados Unidos a gente de ojos verdes. Invitó a Mahmud Almadineyad, en ese entonces presidente iraní, a visitar Brasil, olvidando la vinculación del régimen iraní con los atentados en Argentina del año 92 y 94.
Fue muy solidario con Chávez allá en Argentina. Acabaron con el proyecto de George Bush en el año 2005. En esa Cumbre de las Américas, en noviembre del 2005, acabaron con el proyecto de tratado de libre comercio de las Américas, y montaron una cosa que, recordarás, se llamaba el ALBA, y eso pues no llegó a ningún lado. Eso era parte de todo ese populismo. Lula da Silva fue muy solidario. Incluso, al comienzo de su tercer gobierno, Lula da Silva intentó ayudar a Maduro, y lo invitó a Brasil; y una de sus pocas, de las pocas salidas internacionales de Maduro, tal vez la única en el último tiempo, fue a Brasil.
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Entonces, lo que pasa es que con lo que hizo Maduro con las elecciones y el robo a las elecciones, a la oposición, de una manera, tan descarnada, tan descarada, es insostenible para Lula da Silva seguir en ese nivel de solidaridad. Pero no quiere decir, que el corazoncito de Lula da Silva no sea también populista. Son grados. Petro, pues indudablemente, es más ácido y mucho más errático, sobre todo porque Lula da Silva es un hombre mucho más centrado. Petro es un tipo supremamente errático. Cansaría a tu audiencia citando, y seguramente han escuchado, la salidas de lunático que ha tenido Gustavo Petro.
Mi pregunta en la comparación con el presidente de Brasil, porque, si no entiendo mal, los dos tienen elecciones el año próximo. Sí, lo entiendo bien, en el caso de Brasil; creo que lo mismo sucede en Colombia. Entonces, ¿cómo afectaría, justo en un momento en que los dos principales vecinos que tiene Venezuela, justo tienen elecciones el año próximo? ¿Cómo afectaría una intervención de Estados Unidos, una salida del régimen de Maduro por la fuerza, a las elecciones en estos dos países, contrarios al gobierno de Maduro?
A esta altura, yo creo que para Donald Trump es irreversible intervenir ya en Venezuela. Eso, en mi opinión, ocurrirá en cualquier momento, en los próximos días. De no hacerlo, lo que va a hacer es fortalecer al régimen de Maduro, y sería, en mi opinión, un descrédito para la administración de Donald Trump, que ya hizo un ejercicio algo similar, solamente en su comienzo, por allá en el año 2019. Entonces, una intervención allá, yo creo que generaría algún grado de solidaridad de parte de las izquierdas, sobre todo las izquierdas más radicales, y eso va a terminar, pues, favoreciendo posiblemente al candidato de izquierda en Colombia, que hay que ser sinceros: es el que va adelante en este momento en Colombia, es el que tiene más posibilidades de suceder a Petro. Que es muy cercano al régimen de Maduro. Se llama Iván Cepeda. Su padre era un dirigente comunista; él es comunista, y entonces yo creería que eso puede ayudarlo, digamos, un poco más de la situación cómoda que tiene en este momento. Lo mismo creo que puede ocurrir en en Brasil.
Ahora, los dos momentos económicos, tanto Brasil como Colombia, son un tanto distintos. Colombia tiene un gran endeudamiento, un déficit fiscal muy alto. Está en una situación muy insostenible de su balanza comercial, en mi opinión. Pero la gente tiene la sensación de que la economía no está mal, que incluso pudiera estar un poco mejor que los gobiernos de derecha previos. La gente también valora que Petro, al ser un tipo tan errático y un tipo tan normal como cualquier ciudadano, pues le ha develado la hipocresía colombiana, y pues normal de una presidencia y de la figura presidencial en América Latina en muchos mandatos. Esas son fortalezas de Petro y del candidato presidencial para sucederle.
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En Brasil, yo no sigo el día a día de la situación económica brasileña, pero a mí me da la idea, impresión, de que el alto endeudamiento de Brasil, el alto déficit fiscal, y que la economía china, pues, no está en esos auges de la primera década de este siglo que tanto apuntalaron a a a Lula da Silva... Incluso ha habido escarceos con el tipo de cambio brasileño, que ha llegado casi a 6 reales por dólar, o a niveles altos. Ha habido preocupación en ese sentido. Entonces, yo no sé cómo esté la situación así del ciudadano común. Creo que en este instante le daría para una reelección a a Lula da Silva. No estoy seguro si ya, digamos, creo que él manifestó la intención.
Entonces creo que, en ambos casos, la izquierda pudiera continuar en el poder. Y es por ello que yo no estoy tan seguro de que lo de Donald Trump vaya a producir una ola de derecha en América Latina. En Honduras, como le fue a la candidata de la izquierda, pues pésimo, y y tanto el candidato centrista como el candidato de la derecha, cortan con el régimen de Maduro. Aún así, lo de Chile, si es que era previsible, frente a a lo que ha sido la percepción del gobierno de Boric. Entonces, yo creería que una intervención en Venezuela pudiera llevar a que se corte una ola de derecha en América Latina. Está sujeto a muchas variables, pero eso serían un poquito las hipótesis de los efectos que, a este momento, tengo.
El anti-norteamericanismo pareciera venir descendiendo en los distintos países de América Latina, y nos sorprende que la intervención norteamericana produzca efectos distintos a los que producía antes. Entonces le pregunto: en el caso específico de Colombia, ¿cómo ha evolucionado el anti-norteamericanismo? ¿Está más fuerte? ¿Está más débil?
Hay que tener en cuenta que el antiamericanismo latinoamericano viene fortalecido desde cuando España, en 1898, perdiera la guerra con Estados Unidos y perdiera los últimos territorios de ultramar. Desde ahí el antiamericanismo ha sido el negocio para muchos. En Argentina, desde los años 30 y desde la Segunda Guerra Mundial. Recordemos que Argentina fue de los últimos países, junto con Chile, en declararle la guerra al eje en el año 45, y pocos días antes de la muerte de Hitler.
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Ahora, yo pensaba que en Argentina iba a perder Milei en las elecciones, con ese precedente del 20 de septiembre. Pero yo creo que allí hubo una actitud pragmática de la opinión, tenían temor un poco de que, en efecto, Trump cortara la asistencia que le estaba prestando a a Milei.
Además, veo que no hay muchas opciones políticas en en Argentina. Entonces, yo creo que en Colombia es un poco menos anti americanismo, pero, sin embargo, responde a ese tallo, a esa raíz del antiamericanismo latinoamericano. Y y ese antiamericanismo es mucho más fuerte en la izquierda. Y, de nuevo, la izquierda está gobernando. El candidato más opcionado es un hombre de izquierda radical. En Colombia, a mucha gente le parece positivo que Petro le conteste a Donald Trump. Donald Trump es un hombre histriónico con sus salidas a veces de tono, y comete algunas equivocaciones que la opinión colombiana se decanta favorablemente hacia el presidente Petro.
¿Por qué se animaría Trump a invadir por tierra un país del tamaño de Venezuela, tanto más grande que Cuba, y en el pasado no se animaron con Cuba?
Hay muchos factores. En realidad, intervenir en otro país siempre es un ejercicio muy difícil para Estados Unidos. Porque eso, una tradición hasta los 80, hasta el gobierno de Ronald Reagan. Después de eso, Estados Unidos se dio cuenta de que eso no era bien recibido o que eso generaba, también era contraproducente, y eso se frenó mucho. Luego Estados Unidos se involucró en unas guerras, después de los atentados del 11 de septiembre, en Irak, Afganistán, que implicaron unos esfuerzos económicos y una concentración política muy grande. Y hasta el año 2021, Estados Unidos salió de Afganistán. luego el tema de Medio Oriente, Irán.
El caso de Cuba es porque Cuba, en mi opinión, pues tiene una aureola de favorecimiento político o de solidaridad con lo de Cuba que le permite a Estados Unidos que eso sea prácticamente un anatema. Y tampoco Estados Unidos necesita intervenir militarmente o de manera directa en Cuba, pues los hechos demuestran la pobreza y la esclavitud de ese país.
Entonces, mi hipótesis es: primero, Trump es un hombre que ahora goza de mayor margen de gobierno. Él mismo lo ha dicho: que en su primer gobierno, él hubiera querido intervenir en el año 2019, pero no se dieron las circunstancias. Ahora, tiene eso a favor. Ha resuelto el tema parcialmente de Israel con Irán o digamos incluso tal vez de fondo. Y, Rusia está muy entretenida con el tema de Ucrania y no tiene la posibilidad de plantearle ahorita a Trump un desafío frente a Venezuela. Yo creo que hay como una especie de repartición de zonas de influencia, entre Trump y Vladimir Putin.