Con el corazón debilitado el mediodía del 12 de junio de 1974, Juan Domingo Perón le hablaba por última vez al pueblo reunido en la Plaza de Mayo desde el balcón de la Casa Rosada. El país ya estaba roto y lo que se avecinaba sería muchísimo peor.
Perón sabía que estaba en el final de sus días y para cerrar esa última asamblea popular dijo: “Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”.
Esta histórica frase fue el disparador para que el compositor, ensayista y periodista, Abel Gilbert, se sumergiera en esa trágica época para volver a mirar desde lo musical aquellos años que oscilaron entre la revolución y el desastre que le abrió el camino a la dictadura militar más sangrienta que sufriera la Argentina.
Llevo en mis oídos abarca la música y los sonidos de Cámpora a Perón y de López Rega a Isabel Perón entre 1973 y 1975.
En esta investigación, Gilbert establece paralelismos entre una realidad desquiciada y una sonoridad que acompañaba con mensajes cifrados para evitar no ser víctimas de patotas asesinas.
Es que mientras el intendente José Embrioni, lanzaba por aquellos años la campaña “El silencio es salud” para “terminar con los ruidos molestos”; el grupo Aquelarre publicaba el disco Brumas con la canción Silencio marginal: “Si las luces se cruzan al azar /es mentira el silencio marginal de tu seguridad / El miedo de una noche / que la naturaleza tiene en vos”.
Las páginas de “Llevo en mis Oídos” profundizan con otros paralelismos los cuales nos podrían llevar a armar una playlist de lo que se escuchaba en aquellos tiempos difíciles. Es que mientras se difundía la Teología de la Liberación, en la Conferencia de Obispos Latinoamericanos de Medellín, Pedro y Pablo escribían Padre Francisco, que decía: “No le preocupe Padre Francisco que lo llamen comunista / Con estandartes y altavoz / Padre Francisco / Salga por Cristo a predicar/Una justicia más audaz/.
La misma preocupación que tenía Raúl Porcheto con su Cristo Rock: “Dónde está mi iglesia / A dónde está tu iglesia / A dónde está mi iglesia/Quién la deformó.
El retorno del general Perón
El regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina no solo disparó balas en Ezeiza, sino que generó un fervor hasta ese momento nunca visto. Y si hay una canción que refleja ese momento es “Yo tengo fe, de Palito Ortega.
El tucumano lo narró en Autorretrato y que reproduce Gilbert en su libro: “Cuando se anunció el retorno del General Perón al Argentina, me emocionaba pasar frente a una fábrica y ver a un grupo de trabajadores saludando con inusual alegría, o encontrar, como sucedió, a grupos de estudiantes que con gran algarabía cantaban consignas contra la dictadura militar. Uno de esos días, tomé la guitarra y en pocos minutos había volcado toda esa energía positiva en un nuevo tema”.
Abel Gilbert tiene cuatro discos con su ensamble Factor Burzaco. Es el autor de la ópera “El astrólogo” y escribió el texto de la ópera “La patria en la oreja”, de Marcelo Delgado. Tiene seis libros publicados, entre ellos Astor Piazzolla, el mal entendido, en coautoría con Diego Fischerman. Es docente en la Universidad Nacional de Quilmes y en la Universidad Torcuato Di Tella. Desde 1999 es corresponsal en Sudamérica de El Periódico de Catalunya.
Y en su “Llevo en mis Oídos” todo se escucha, aunque sean resquicios sonoros. Los mismos que permitieron la detención de José López Rega (el poderoso secretario personal de Perón) quien se había escapado del país en 1975 y durante 11 años no se supo nada de su paradero. Hasta que su ex secretario personal, José Miguel Vanni, traicionado por “El Brujo”, descubre en una disquería un disco de piano grabado por María Elena Cisneros: la Suite Helvética y el Concierto para la Suiza amada. La obra había sido financiada por López Rega y ese dato fue la puerta que permitió su detención y extradición.
A lo largo de esta profunda investigación no hay meras coincidencias ni juego de palabras. Allí está Juan Domingo Perón y su tres esposas que tocaban ligeramente el piano y el avión que lo trajo de vuelta a la Argentina que se llamaba Giuseppe Verdi. Si la música puede llevarnos hacia lugares inesperados “Llevo en mis oídos” no solo es un regreso a un tiempo traumático, es abrir los sentidos para ponerse a escuchar el pasado entre tanta sordera de este presente.
FL/ff
