Durante las últimas tres décadas, el mapa de la coparticipación federal de impuestos mostró claros ganadores y perdedores. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), entre 1993 y 2024, las únicas jurisdicciones que aumentaron su participación relativa en la distribución secundaria de los recursos fueron la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y la provincia de Buenos Aires.
En cambio, las provincias del NEA —Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones— mantuvieron un nivel de participación estable hasta mediados de la década pasada y luego registraron ligeras caídas en su coeficiente secundario efectivo. Entre 2015 y 2024, estas jurisdicciones perdieron entre 4% y 6% de su participación, según detalla el informe del Iaraf.
El estudio analiza tanto los fondos automáticos como las transferencias no automáticas que la Nación envía a las provincias. Estas últimas, aunque no forman parte formal de la coparticipación, funcionaron en los últimos años como compensaciones extraordinarias, principalmente hacia CABA y Buenos Aires.
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Efecto desigual
El efecto fue desigual: mientras la Ciudad Autónoma de Buenos Aires concentró la totalidad de los envíos extraordinarios en 2024, las provincias del NEA no recibieron compensaciones adicionales y registraron una leve mejora relativa solo al comparar con los descensos más pronunciados de otras jurisdicciones, como La Rioja.
Entre 2015 y 2024, de las 24 jurisdicciones del país:
- 12 provincias, incluyendo Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones, perdieron entre 4 y 6% de participación.
- Sólo CABA y Buenos Aires mostraron incrementos netos, con un aumento del 73% y 15%, respectivamente.
El informe concluye que la redistribución de fondos evidencia la necesidad de revisar el régimen vigente de coparticipación, teniendo en cuenta no solo los ingresos sino también las responsabilidades de gasto de cada provincia.
Para el NEA, la discusión será clave para revertir las pequeñas pérdidas acumuladas y garantizar mayor equidad en la distribución de recursos nacionales.