El gobierno nacional dio el primer paso para que la Argentina vuelva a integrar el Programa de Exención de Visas (Visa Waiver Program, VWP) de los Estados Unidos, que permite ingresar al país del norte por motivos de turismo o negocios sin necesidad de visa. El país ya había formado parte del programa entre 1996 y 2002, pero fue excluido durante la crisis. De avanzar, los argentinos podrían evitar el engorroso y costoso proceso de solicitud de visado, aunque antes deberán cumplirse siete condiciones impuestas por el Departamento de Estado norteamericano, una de ellas clave: la tasa anual de rechazo de visas temporales no puede superar el 3%.
Según informó La Nación, durante 2024 la tasa de rechazo de visados B1/B2 (categoría turismo-negocios) fue del 8,90%, la más alta de los últimos 19 años. Esto coloca a la Argentina lejos de los parámetros requeridos para entrar al programa. Por contraste, países como Uruguay registraron una tasa del 2,63%, lo que los posiciona como potenciales candidatos a ingresar al VWP.
Los datos oficiales publicados por el Departamento de Estado muestran una oscilación importante en las tasas argentinas: en 11 de los últimos 19 años el país cumplió con el estándar, aunque en 2022 ya se advertía una suba al 3,66%, y en 2023 al 8,21%. Solo entre 2011 y 2019 se mantuvieron tasas consistentemente bajas, incluso por debajo del 2%.
Visita oficial y contexto geopolítico
El anuncio de este nuevo intento de exención se enmarca en la visita a Buenos Aires de Kristi Noem, funcionaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), organismo encargado de administrar el VWP. Durante su estadía, mantendrá reuniones con el presidente Javier Milei y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quienes buscan fortalecer los lazos bilaterales y avanzar en acuerdos de cooperación mutua.
En total, la Argentina deberá cumplir con siete condiciones, de las cuales seis están vinculadas a tratados de intercambio de información y cooperación judicial o migratoria. Sin embargo, la tasa de rechazo actúa como un filtro inicial: si no se cumple, no hay posibilidad de avanzar, sin importar el resto.
Hoy en día, el único país latinoamericano incluido en el programa es Chile, que logró ingresar en 2014 tras alcanzar una tasa de rechazo del 2,4%. A diferencia de Argentina, los chilenos mantienen su elegibilidad gracias a un sistema consular más eficiente y mejores indicadores de seguridad y documentación.
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