Érica Almirón Romero, de 25 años, fue encontrada sin vida en un departamento de Resistencia este domingo a la noche, y su muerte comenzó a investigarse como "dudosa". La investigación dio un giro cuando su exnovio, Joaquín Alfredo Pérez, envió un mensaje a su madre admitiendo el crimen: “Maté a Érica, lo siento mamá”. Horas después, fue detenido en la provincia de Corrientes, cuando intentaba escapar en un colectivo de larga distancia.
La captura se produjo este lunes al medoidía en un operativo montado por la Policía de Corrientes, en colaboración con las fuerzas chaqueñas, sobre la Ruta Nacional 12, a la altura del paraje Sao Borjita, cerca del límite con Misiones. El sospechoso viajaba como pasajero en un micro y fue identificado antes de cruzar a otra provincia.
Una confesión por escrito y un mensaje que aceleró la causa
Durante la mañana, la madre del acusado se presentó de manera espontánea en una comisaría y entregó una carta manuscrita que su hijo había dejado en su dormitorio, donde reconocía haberle hecho “un gran daño” a su exnovia y anunciaba que huiría. Junto a la nota, mostró el mensaje de texto en el que su hijo confesaba el crimen, lo que motivó a la fiscal de género María Noel Benítez a ordenar su inmediata detención.
El hecho ocurrió el domingo por la noche en un departamento ubicado en Fortín Alvarado al 91, en la ciudad de Resistencia. Un llamado al 911 alertó sobre una joven desvanecida, al llegar, la Policía halló a Érica recostada sobre un somier, sin signos vitales. En ese momento, el hombre, quien se presentó como su pareja, afirmó que la joven había ingerido productos tóxicos, pero su versión resultó inconsistente.
Las primeras pericias, sumadas a las contradicciones en los testimonios y a la aparición de nuevas pruebas, llevaron a la fiscalía a descartar un suicidio y avanzar en la hipótesis de homicidio en contexto de violencia de género. La causa, inicialmente caratulada como “muerte dudosa”, se encamina ahora hacia la imputación por femicidio.
El Departamento de Investigaciones Complejas y el Gabinete Científico trabajan sobre pruebas clave, como el secuestro de celulares, relevamiento de cámaras de seguridad, y testimonios de allegados tanto de la víctima como del entorno del sospechoso. El teléfono de Érica aún no fue hallado y su ausencia podría ser un elemento relevante en la causa.