Según el último relevamiento del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), en junio de 2025 una familia tipo en el Chaco necesitó $1.101.019 para no caer bajo la línea de pobreza. La cifra se desprende del Índice Barrial de Precios, que se realiza mensualmente en comercios de cercanía de Resistencia y Sáenz Peña, y refleja el costo de la Canasta Básica Total (CBT).
El informe muestra un incremento mensual del 1,52%, lo que equivale a más de $16.000 respecto a mayo. En términos interanuales, la suba es aún más significativa: un 46,61%, si se compara con los valores de junio del año pasado.
Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) —que contempla únicamente los productos necesarios para la alimentación mínima— también aumentó un 1,52%, alcanzando los $482.903,44. Esto marca el umbral de indigencia: las familias que no llegan a ese monto no pueden cubrir ni siquiera sus necesidades alimentarias básicas.
El rubro con mayor impacto en los precios fue el de carnicería, que registró una suba del 12,57% en el mes. El kilo de pollo, por ejemplo, pasó de $4.500 a $7.700, lo que representa un salto del 71%. También aumentaron significativamente los precios de la carne picada, la paleta, el pescado y otros cortes populares.
“La carne fue el primer producto en desaparecer de la mesa de muchas familias”, lamentó Patricia Lezcano, directora del ISEPCi, en diálogo con Radio Libertad. Otros productos que encarecieron la mesa diaria fueron el aceite mezcla, la mermelada, la polenta y diversos lácteos y fiambres, todos incluidos en el rubro almacén.
Bajas en verduras, pero insuficientes
Pese a los aumentos generalizados, el informe también registró descensos de precios en frutas y verduras, con caídas de hasta el 25% en mandarinas y naranjas, y del 22% en el tomate. Sin embargo, desde el ISEPCi advirtieron que esto no compensa el impacto que tienen otros rubros sobre el total de la canasta.
“Los alimentos frescos bajaron levemente, pero los básicos siguen siendo impagables para buena parte de la población”, explicó Lezcano.
Crisis alimentaria y malnutrición infantil
Además del deterioro económico general, el ISEPCi volvió a alertar sobre un dato preocupante: 4 de cada 10 niños chaqueños presentan algún grado de malnutrición. Según el relevamiento nutricional de la entidad, la alimentación en los barrios populares está dominada por harinas, azúcares y grasas, lo que genera sobrepeso, hipertensión e incluso diabetes en menores de edad.
“No es que los chicos no comen, es que comen mal. Lo barato llena el estómago, pero no nutre”, resumió Lezcano.