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CASO CECILIA STRZYZOWSKI

“Me acusan de algo que no hice”: Fabiana González lloró ante el jurado y dijo que Acuña era “como una madre”

La colaboradora más cercana de los Sena declaró en el juicio por el femicidio. Negó haber limpiado pruebas o participado del encubrimiento y aseguró que su vínculo con Marcela Acuña fue solo afectivo y laboral. La Fiscalía, en cambio, la considera clave en la eliminación de evidencias.

Fabiana González
Fabiana González | Juicio por Jurados

Fabiana González, empleada y figura de confianza del movimiento social que lideraban Emerenciano Sena y Marcela Acuña, declaró ante el jurado popular en la duodécima audiencia del juicio. Está imputada por encubrimiento agravado en la causa por el femicidio de Cecilia Strzyzowski. “Me están acusando de algo que no hice”, dijo apenas comenzó su exposición.

González habló sobre su historia personal, su trabajo dentro de la organización y su relación con la familia Sena, especialmente con Marcela Acuña, a quien definió como una figura materna. “Marcela era como mi mamá, ella era todo para mí”, afirmó entre lágrimas. A lo largo de su declaración, alternó momentos de defensa técnica con un relato íntimo sobre cómo cambió su vida desde que fue detenida.

“Nunca limpié nada, no soy la chica de limpieza”

La imputada intentó desmarcarse del rol que le atribuye la Fiscalía dentro del presunto encubrimiento. Explicó que sus tareas eran administrativas y logísticas, vinculadas al movimiento social, y que nunca participó de limpiezas ni manipulaciones de objetos dentro de la vivienda de Santa María de Oro. “Nunca limpié nada. No soy la chica de limpieza de la casa”, repitió frente al jurado.

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Aseguró que se limitaba a abrir el domicilio cuando llegaban donaciones o personas que retiraban elementos, y que su trabajo no implicaba estar al tanto de los movimientos del resto de los integrantes del grupo. “Yo no vi manchas, ni nada raro. Solo cumplía con mi trabajo y con las órdenes que me daban”, explicó.

En otro tramo, se refirió a su vida familiar. Contó que fue detenida cuando su hija menor tenía dos años y medio, hoy tiene cinco, y que desde entonces la niña vive al cuidado de su hermana. “Tengo una hija adolescente y una nieta. Quiero volver a verlas, quiero volver a mi casa”, expresó, mirando hacia el público y secándose las lágrimas con un pañuelo.

La versión de la Fiscalía

Para el Equipo Fiscal Especial, González no fue una simple colaboradora del movimiento, sino una pieza central en el ocultamiento de pruebas tras el crimen. Según la acusación, la mujer fue convocada de urgencia por Marcela Acuña el 2 de junio de 2023, poco después del hecho. Las cámaras de seguridad la registraron ingresando a la casa familiar a las 17:12.

De acuerdo con la hipótesis fiscal, González habría visto un bulto dentro de la vivienda y salió asustada. Días después, entre el 3 y el 6 de junio, habría regresado para limpiar sectores específicos de la casa y gestionar el retiro de una cama, un colchón y otros muebles, presentados como donaciones, que luego dieron positivo a ADN de Cecilia Strzyzowski.

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Los fiscales también destacaron que, el 8 de junio, Acuña le envió un mensaje con instrucciones para que coordinara su versión con otros imputados: “Aprendete de memoria vos, Gustavo y Diana. Vamos a anular la testimonial diciendo que estabas nerviosa y te confundiste en los tiempos”. Para el Ministerio Público, esas pruebas demuestran una participación activa en la desaparición de rastros materiales del crimen.

En su declaración, González buscó mostrarse como una subordinada emocional y laboral, dependiente del liderazgo de Marcela Acuña. Hacia el final de la audiencia, su tono se tornó más firme. “Si alguien es culpable, que lo pague, pero no soy yo”, enfatizó.