OPINIóN
Grieta

Sinceramente, ningún tiempo

Un análisis sobre los libros de Cristina Fernández y Mauricio Macri partiendo del "test de la página 99". El test no es infalible, pero el escritor Ford Madox Ford sostuvo que "la calidad del todo" está ahí.

Cristina Kirchner y Mauricio Macri, en sus últimas apariciones públicas.
Cristina Kirchner y Mauricio Macri, en sus últimas apariciones públicas. | NA

Ante la presentación de Primer Tiempo, el libro del ex Presidente Mauricio Macri, lo primero que se me vino a la cabeza es “Sinceramente”, de la actual vicepresidenta. No tiene ningún sentido comparar un libro con el otro, pero no niego que hacerlo es muy entretenido.

En los dos libros hay distintos datos, muchos -algunos verdaderos y otros no-. Creo que demasiados para la ocasión. Pero para poder citar los dos y «analizarlos», decidí recurrir al “test de la página 99”. El test no es infalible, pero el escritor Ford Madox Ford sostuvo que “la calidad del todo” está en la página 99.

Sinceramente, página 99. Esta página reconozco que no es muy interesante. Cristina Fernández relata sobre las “vacaciones del ‘92 en Cariló” con Néstor, Máximo y Florencia. Sin embargo hay dos fragmentos que citaré: “Lo que no sabíamos era que todavía faltaba algo más: siempre tuvimos la costumbre, cuando estábamos en Buenos Aires, de comprar todos los diarios (...), así que a la mañana íbamos al centro comercial.” Néstor compró los principales periódicos, uno de ellos el diario Clarín.

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Continúo, “me producía y arreglaba como si fuera a una fiesta (...) Él iba de remera, zapatillas, medias, short de baño y llevaba una gorrita con la visera para atrás”. Cristina, cada dos párrafos, menciona a Néstor.

Ahora del otro lado. Página 99 de Primer Tiempo. Para poner en contexto, Macri en las páginas anteriores a la 99 escribió sobre Hugo Moyano y OCA. “El sindicalismo argentino, en conjunto, entiende perfectamente estos temas [de no pagar impuestos]. (...) el regreso de una Argentina corporativa de la mano de Alberto Fernández y Cristina Fernández le ha dado más espacio a la resistencia al cambio.” Luego, comienza a desarrollar una idea sobre los distintos “regímenes jubilatorios” donde señala que se debe avanzar “hacia una Argentina más justa, basada en la cultura y en el respeto”.

A continuación de lo anterior, Macri habla sobre el efecto Tequila del ‘90 y cómo impactó en Sevel, su empresa automotriz. Comenta que su gerente general le indicó “debemos despedir al 40% del personal” y Macri, según él, le contestó que ni loco. A los días de este episodio, el ex Presidente se reúne con el sindicato de Unión Obreros Metalúrgica. En aquella reunión, Mauricio propone que “expulsamos al 40% de los empleados o reducimos sus horas y, por lo tanto, su sueldo”. ¿Al final, estaba convencido de la idea de expulsar a los empleados? No soy quien para decir si está bien o mal, pero siento que el ex Presidente intenta justificarse todo el tiempo y busca cambiar ciertos detalles de su “pasado” donde la termina empeorando.

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Ambos omiten hablar de una situación que el hermano de Macri, Mariano, dice ser cierta. En el libro Hermano de Santiago O’Donnell, Mariano sentencia que Néstor le propuso a Mauricio ser candidato de su partido, a lo que Macri rechazó rotundamente. Según Mariano, Franco Macri siempre desaconsejó a Mauricio que se “meta en política” y, aún dentro, que no busque rivalidad con los K. Mauricio hizo todo lo contrario. Pero no fue él, el que buscó la trifulca, sino el mismísimo Néstor, que después de sentirse rechazado estatiza Correo Argentino. No hay forma de saber si ese fue el motivo, pero Franco Macri -según Mariano, su hijo- lo sintetizó así.

Para Cristina, Macri representa lo peor de lo peor. Para Mauricio, al revés. Los dos se justifican desde la victimización, cuando ambos ya son poderosos. La victimización, el creerse menos que el otro, sentirse perseguido, es típico de populistas, o hasta de políticos fascistas. No es algo mío, lo dicen distintos pensadores contemporáneos como Jason Stanley en su libro “Cómo funciona el fascismo”.

Macri acude al término “Justicia paralela” para explicar fallos donde la Justicia fue imparcial según él -siempre en esos casos hay un K implicado-. Cristina lo llama la “corporación judicial”. Uno halaga a Canicoba Corral, el otro a Bonadío. Pero ambos, como he dicho anteriormente, se consideran “débiles” y perseguidos. Macri acusó a CFK de que lo quiere meter preso. Cristina a los medios, los grandes empresarios, la Justicia y “los macristas” de querer encerrarla. Uno porque propone un cambio -vaya a saber cuál es- y la Vice porque se considera una referente “nacional y popular”.

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CFK manipula los hechos cuando dice que el círculo de Perón y él, fueron acusados de corrupción y no encontraron nada. Justamente fue el General el que llevó a cabo una “lucha contra la corrupción” durante su segundo mandato, con el discurso donde le dejó un mensaje, entrelíneas, a su cuñado Juan Duarte (al otro día Duarte se “suicidó”). Por esto, la vicepresidenta dice ser perseguida injustamente.

Macri, por otro lado, busca descalificar la labor sindical describiendo a Hugo Moyano. El “sindicalismo argentino” no es Moyano, aunque al líder camionero le encantaría serlo.

Tanto Cristina como Mauricio, fueron por la misma estrategia política. Escribieron un libro tratando de justificarse, mancharon a algunos y desde lejos estuvieron siempre presente. Cristina nos vino a salvar del “gobierno endeudador”, Macri lo hará del “populismo”. Mientras tanto, nuestro país sigue en la misma bicicleta.

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Cada vez que uno avanza en la lectura, de ambos libros, encuentra suficientes similitudes como para desenmascarar qué es la grieta y a quiénes le sirve.

Sinceramente, ningún tiempo porque siempre es más de lo mismo.


* Agustín N. Garetto. Periodista. IG: aggaretto.