En términos generales las personas somos amigas del status quo, nos resistimos al cambio por temor a lo nuevo y desconocido, entonces decidimos economizar toda esa energía que nos puede insumir transformarnos. Podemos estar pasándola mal y quedarnos en esa posición porque nos resulta más cómodo que reinventarnos. Las transformaciones generan incertidumbre, temor y ansiedad. Esta zona de confort nos genera una falsa sensación de placer y comodidad.
Si logramos atravesar estas barreras los resultados serán muy gratificantes. Aumentaremos la capacidad de aprendizaje, la creatividad, y sobre todo estaremos más cerca de sentirnos felices. Asumir riesgos también implica la posibilidad de que nos equivoquemos y atravesemos frustraciones, las cuales nos fortalecerán como sujetos.
Actitud: la diferencia entre víctima y protagonista
El COVID-19 nos ha desafiado en estos términos. La mayoría de las personas se vieron obligadas a salir de su zona de confort y a enfrentar nuevos retos. La pandemia ha resultado un gran ejercicio en estos términos.
¿Cómo enfrentar la nueva normalidad con una actitud protagonista?
Fredy Kofman en su libro “La Empresa Consciente” menciona dos conceptos muy interesantes. Describe que los sujetos pueden abordar su vida en la posición de Víctima o Protagonista. Asumir una actitud de Víctima es quedarse en la queja y no realizar ningún esfuerzo por revertir esa realidad. Esta postura genera sentimientos como impotencia, resignación y resentimiento.
En cambio, posicionarse como protagonista implica asumir la realidad que nos toca vivir, hacernos cargo y desde ahí transformarla. Si bien uno no elige todas las variables de la vida, sí puede optar qué hacer con ellas.
La felicidad depende de nuestros genes y nuestra actividad intencional
El comienzo de año, bajo una nueva normalidad, nos plantea nuevos desafíos personales y profesionales. ¿Queremos mejorar nuestra realidad o seguir en la queja? ¿Deseamos comenzar el año como víctimas o protagonistas? Del sujeto depende transitar la realidad que vive de la mejor manera posible e ir construyendo acciones para transformarla.
Si me quejo de mi trabajo, ¿Estoy haciendo algo para poder obtener otro? Si quiero una nueva posición, ¿Me estoy preparando para obtenerla? Es clave tomar una actitud protagonista ante la realidad laboral para obtener un trabajo que nos haga feliz. Debemos intentar que las cosas pasen y no esperar milagros desde el entorno.
Objetivos claros y si es posible escritos para poder tenerlos presentes y visualizarlos. Luego planes de acción para poder conseguir eso que nos propusimos. Si no tenemos claro qué queremos, difícil será obtenerlo. También es indispensable ponernos plazos de tiempo en que queremos lograrlo.
Es importante que esta mirada sea incorporada en los sujetos desde la educación. Formar a los alumnos para que enfrenten la profesión de manera proactiva y fomentar en todas las clases una actitud protagonista frente a su carrera profesional. Como graduados deberán ser divulgadores de esta actitud en las organizaciones que se desempeñen.
Las organizaciones demandan que los sujetos asuman desafíos, sean proactivos, busquen transformar la realidad y salgan de su zona de confort para poder generar un alto desempeño.
* Ariel Vázquez. Responsable de la Licenciatura en Recursos Humanos de UADE.
