OPINIóN
Análisis político

Economía, humor y cambio de imagen

La sociedad empieza a preocuparse y se ve reflejado cuando se compara el nivel de aval con que contaba Alberto Fernández hacia mediados de marzo, cuando arrancaba la cuarentena.

Alberto Fernández en la residencia presidencial de Olivos
Alberto Fernández en la residencia presidencial de Olivos. | NA (archivo)

Estamos frente a un cambio de fase y con esto no me quiero referir a la cuarentena, sino que pasamos de una fase donde el centro de la política estaba pensada en términos sanitarios a una nueva etapa donde la principal preocupación y prioridad pasa a ser la cuestión económica. ¿Esto por qué es? Los motivos son varios, uno de ellos, como fue mostrado gráficamente en la portada del diario PERFIL, la profunda caída que tiene la economía, que ya se habla de márgenes históricos, y que se refiere a situaciones que venían de antes pero, por supuesto, también la pandemia impactó profundamente en la actividad.

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La segunda razón es un cambio en el humor de la sociedad. La sociedad ya empieza a preocuparse fundamentalmente en la cuestión económica, en el empleo, en la situación salarial y, por supuesto, esto impacta en una caída en la imagen positiva del presidente Alberto Fernández, según las últimas encuestas que llegaron a Olivos, pero que hoy todavía no son alarmantes. Pero, por supuesto, hay casos que causan preocupación, sobre todo cuando uno compara el nivel de aval con que contaba hacia mediados de marzo, cuando arrancaba la cuarentena.

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Para superar esta etapa compleja, el Gobierno ha planteado una batería de medidas que tienen que ver con una amplia moratoria impositiva, que sería muy generosa y que apuntaría no sólo a las empresas sino a las personas físicas; un nuevo plan de obra pública, que habría que ver por supuesto cómo se desarrolla, y nuevos incentivos al consumo, que tiene que ver con un plan de facilidades para la compra de productos, electrodomésticos, es decir la vuelta del Ahora 18 y luego, quizás lo más polémico, es un nuevo blanqueo orientado a la construcción, básicamente a la compra de vivienda y reactivar un sector que tiene un profundo impacto en el empleo y el encadenamientos de diferentes sectores productivos. Para esto, el Gobierno necesita un amplio consenso parlamentario. En esta semana se empezó a convocar a la oposición, Juntos por el Cambio pidió una reunión a solas y esto fue dado. Si este plan no funciona o encuentra demasiadas piedras en el camino, lo más probable es que los sectores más radicalizados, tanto de Cambiemos como del kirchnerismo, vuelvan a estar nuevamente en el centro político.

 

* Sociólogo