Con un grupo de compañeros y compañeras diputados viajamos este fin de semana a acompañar el acto electoral en el hermano país de Brasil. Lo hacemos con una gran ilusión. Porque las elecciones presidenciales son un gran hecho vertebrador de la democracia. Están diseñadas con la contundencia de la palabra popular, que determina con fuerza el futuro de las naciones con el simple hecho de elegir.
Por otro lado, América latina debe poder escribir el camino de la institucionalidad en paz. Debemos refrescar continuamente la idea de que no hay salida alguna para nuestros pueblos si siguen existiendo sectores que persisten en la intolerancia. En una violencia que es de tiempos pasados. Camino que muchos actualmente, aunque parezca una locura, no terminan de abandonar. Nos lo recuerda a cada rato el todavía fresco golpe a Evo Morales en Bolivia. O el atentado contra Cristina Fernández en Argentina.
Cómo latinoamericanos compartimos un montón de problemas: la desigualdad social, la gigantesca brecha entre los que más tienen y los que menos tienen, la necesidad de encontrar espacios de integración en un mundo donde la globalización sin inclusión real nos tiene como subsidiarios de las grandes potencias. Pero también compartimos esperanzas y sueños. Compartimos el proyecto de una América Latina unida. Todo esto es imposible si no somos capaces de poner al frente gobiernos con proyectos nacionales que sintonicen con estas ideas.
Por todo esto es que en este viaje llevo un montón de expectativas. Festejo por adelantado, ver a la gente en la calle. Festejo la alegría de un pueblo junto a su referente. Festejo a Brasil y a su nueva oportunidad.
*Diputada nacional SOMOS Barrios de Pie en FdT.