Sidonie-Gabrielle Colette nació el 28 de enero de 1873 en la localidad francesa de Saint-Sauveur-en-Puisaye. Fue la cuarta hija de Sidonie Landoy y el capitán Jules-Joseph Colette, un militar de Argelia que tuvo la desgracia de perder una pierna.
Según sus escritos autobiográficos, fue una niña feliz, educada en el laicismo, rodeada de seres queridos, amaba la naturaleza y los animales. Se casó tres veces, tuvo una hija; bailó desnuda en el Moulin Rouge; descubrió su bisexualidad y vivió varias aventuras con mujeres.
Era una gran lectora. Leía a Balzac, Baudelaire, Conrad, Flaubert, Kipling, Merimée, Poe, Verlaine y libros de viajes de todas las épocas, pero sobre todo de ciencias naturales: botánica, zoología, oceanografía, entomología (poseedora de una gran colección de mariposas), horticultura, historia natural.
Brindó conferencias, actuó en cabarets y teatros, escribió cuarenta libros, participó en círculos artísticos e intelectuales de vanguardia, obtuvo el reconocimiento de círculos literarios y la crítica especializada.
Gozó de la amistad de grandes artistas, Simone de Beauvoir, Jean Cocteau, Jean Genet, Alfred Jarry, Marcel Proust, Paul Valéry y Maurice Ravel, del que se ocupó del libreto de su ópera en un acto, El niño y los sortilegios (1925), elogiada por autores famosos como Marcel Proust, André Gide y Paul Claudel.
Fue una escritora prolífica, autora, entre otras de: Claudine en la escuela (1900); Diálogos de animales (1904); Renée (1910); El obstáculo (1913); Chéri (1920); El trigo verde (1923); Al rayar el día (1928), La casa de Claudina (1930), Sido (1930), Lo puro y lo impuro (1932); Dúo (1934); Mis aprendizajes (1936) y Gigi (1944).
Poseedora de una gran capacidad de observación y análisis carente de juicios morales en las relaciones sentimentales, así como de nulidad absoluta en imaginación, el éxito obtenido a lo largo de su carrera lo atribuía a la muy buena memoria de sus vivencias.
Con humor, ingenio y atrevimiento abarcó, entre otros aspectos, la iniciación al amor, el placer femenino, la sexualidad y las fantasías de las mujeres, el deseo de hombres y de mujeres de ser amados, la infidelidad, el conocimiento de los sentidos, los triángulos amorosos, la admiración a los homosexuales por vivir sin inhibiciones, la censura al libertinaje entre las lesbianas, el miedo a la soledad, sin careta ante un machismo dominante en el mundo.
Los siguientes, son algunos de sus pensamientos:
- “Soportaría gustosa una docena más de desencantos amorosos, si ello me ayudara a perder un par de kilos”.
- “Los viajes sólo son necesarios para las imaginaciones menguadas".
- “La ausencia total de humor hace la vida imposible".
- "Uno pretende olvidar la vejez hasta el borde de la tumba”.
- ”Ser feliz. Es una forma de ser sabio".
- "No es algo malo que los niños, ocasionalmente y en forma cortés, pongan en su lugar a sus padres".
- “La sinceridad no es una flor espontánea, al igual que la modestia".
- "Cuando se es amado, no se duda de nada. Cuando se ama se duda de todo".
- "El aburrimiento ayuda a tomar decisiones".
- "Solo hacemos bien las cosas que queremos hacer".
- "Hay menos maneras de hacer el amor de lo que se dice, pero más de lo que se cree".
- "Ninguna tentación puede ser medida jamás por el valor de su objeto".
- "Adoro mi pasado. Adoro mi presente. No estoy avergonzada de lo que he tenido, y no estoy triste porque ya no lo tengo".
- "¡Qué maravillosa vida que he tenido! Ojalá me hubiera dado cuenta antes".
Considerada una genia del siglo XX por la psicoanalista y crítica literaria Julia Kristeva, escribieron libros sobre ella, el crítico y periodista estadounidense Herbert Lottman, Colette, una vida; Judith Thurman, Secretos de la carne. Vida de Colette; y Jean Chalon, Colette. La ingenua libertina.
Fue llevada al cine: Claudine (1913); Gigi (1949); Cheri (1950); Te querré siempre (1954); Gigi (1958)- que la hizo famosa, protagonizada por Leslie Caron-; y Colette: Liberación y deseo (2018); dirigidas por Henry Pouctal; Jacqueline Audry; Pierre Billon; Roberto Rosellini; Vincent Minelli y Wash Westmoreland.
Tuvo el honor de ser nombrada miembro de la Real Academia Belga en 1935; condecorada como Gran Oficial en la Legión de Honor y nominada al Nobel de Literatura en 1948. Ejerció la presidencia de la Academia Goncourt entre 1949 y 1954.
Colette falleció el 3 de agosto de 1954 en París, Francia. Tuvo funerales de Estado. Sus restos descansan en el cementerio francés del Père Lachaise. Un volcán, en la región de Ishtar Terra en Venus, lleva su nombre.
Ángel Cabaña, acabañ[email protected]