OPINIóN
Coronavirus y cultura

Conejos de Indias

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Fiestas. “Nos proporcionaron un auge de la tercera que estaba en marcha.” | cedoc

El verano boreal de 2020 dejó, antes de terminar, la segunda ola de la pandemia en Europa. Las fiestas de Navidad y fin de año nos proporcionaron un auge de la tercera que ya estaba en marcha, reforzada con estímulos como la variante británica y la sudafricana que podrían propiciar la siguiente escaramuza del virus, el cual tendría una vía de acceso extra con los planes para la próxima temporada estival europea que no solo son el sol y playa, también la cultura.

El año pasado, en Barcelona, se realizó un ensayo clínico en una sala de conciertos en la que se reunió a casi quinientos asistentes. El experimento fue supervisado por investigadores y sanitarios que seleccionaron a unas mil personas de entre 18 y 60 años sin patologías que pudieran complicarse por el Covid. Acto seguido formaron dos subgrupos de quinientas personas: los que iban a asistir al concierto y el denominado grupo de control para cotejar los resultados. Todos se sometieron a un test de antígenos el mismo día del concierto y a una PCR ocho días después. Ninguna de las 463 personas que accedieron al local resultó infectada.

Se supone que el experimento permitirá diseñar un protocolo para organizar el festival de música Primavera Sound que se celebrará, supuestamente, entre mayo y junio de este año. Se supone, también, que todos los que asistan deberán hacerse una PCR. No es poco.

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El Ministerio de Cultura francés inspirado en esta experiencia, realizará conciertos de prueba en París y Marsella. Pero el protocolo de estos tests es diferente. El de Marsella, por ejemplo, tiene como objetivo evaluar el riesgo de contagio, para lo cual se realizarán dos encuentros con mil asistentes en una sala con capacidad para ocho mil espectadores. Quienes acudan lo harán de manera voluntaria y deberán hacerse una prueba PCR antes del concierto y dos pruebas posteriores. La novedad de este espectáculo consiste en que mezclarán, sin que lo sepan, asistentes que den positivo en los tests con el fin de evaluar la proyección del contagio entre el grupo total de espectadores quienes no estarán, además, obligados a respetar la obligada distancia física.

El público estará compuesto por estudiantes de entre 20 y 30 años de la Universidad de Aix-Marseille. Como era de esperar, el Sindicato de Estudiantes Solidarios de Aix-Marseille, ha advertido del peligro que esta prueba implica y aunque los jóvenes no son considerados población de riesgo, no ven acertado el hecho de mezclar asistentes sanos con infectados por Covid-19 y han aprovechado para hacer un apunte oportuno: “Preferimos que se solucionen temas como la precariedad estudiantil, en vez de organizar conciertos. Nos sentimos como conejillos de Indias”.

Mientras tanto en Lyon, el alcalde ecologista Gérard Collomb, ha implementado un único menú, sin carne, en los colegios de la ciudad. Normalmente se ofrecen dos opciones de comida en las escuelas francesas, pero para evitar las aglomeraciones en los comedores escolares a la hora de elegir plato, se optó por reducir la oferta y así impedir situaciones vulnerables al contagio. La medida ha desatado una nueva polémica política nacional y ha abierto, incluso, una fisura en un Ejecutivo entre los ministros progresistas y conservadores: se discute si es o no un avance ideológico de los verdes. Aquí también, si estuvieran agremiados, los niños podrían decir que se sienten conejillos de Indias.

Decíamos, al principio, que el temor de una mayor incidencia no es una mera valoración pesimista. Ante las mutaciones del virus hay interrogantes sobre la eficacia de las vacunas. Los epidemiólogos necesitan nuevas evidencias para poder medir la capacidad de las vacunas para impedir el contagio. Hoy se sabe que una vacuna evita la muerte –lo cual no es poco–, pero todavía no hay certeza total de que, aún vacunados, nos infectemos y podamos contagiar a otros.

Siguen las pruebas en todos los terrenos y de momento, solo hay dos certezas: la eficacia del virus y nuestra condición de conejillos hasta que nos inmunicemos.

*Escritor y periodista.

 

Producción: Silvina Márquez