Muchos directores han perdido su esencia al desembarcar en Hollywood. Después del éxito de Relatos Salvajes, a Damián Szifrón le llegó su turno. No hay director argentino más hollywoodense, pero cuando uno pensaría que lo recibirían con fuegos artificiales, la realidad es que los tuvo que pagar de su propio bolsillo para lograr la impactante secuencia del comienzo de Misántropo… diez años después.
¿Qué pasó en el medio? Eternas idas y vueltas por El hombre nuclear, un proyecto del que se bajó por diferencias de visión. ¿Se puede tener libertad creativa en Hollywood?
John Cassavetes demostró que sí, pero él es un verdadero héroe del cine. John filmaba muchas veces en su casa con un equipo que estaba dispuesto a todo por él, como puede leerse en Cassavetes dirige, el libro de Michael Ventura que retrata el rodaje de Love Streams, su última película. Cada capítulo detalla las escenas del guión que se filmarán en el día, lo que sucedió en rodaje y lo que quedó en la película finalmente.
Damián Szifron: “Improviso mucho cuando escribo”
El prestigioso director de cine nacional, llegó a Hollywood con una nueva película. Los tiempos de los proyectos y la inspiración.
El resultado es una clase magistral de cine a partir de anécdotas puntuales. Podemos ver gradualmente cómo va mutando la película a medida que se va haciendo y ser testigos de su ética laboral, mientras la cirrosis comenzaba a deteriorarlo. Ningún otro director tuvo tanto compromiso con su obra. Los demás tendrán que hacer concesiones; pero en algún momento, cuando marquen una línea en el suelo, lo estarán honrando a él. En ese sentido, hay algo de Cassavetes en Damián Szifrón.
Damián Szifrón: un argentino suelto en Hollywood
No debe haber dos cineastas más distintos. Szifrón se destaca por la precisión de la puesta en escena y el punto de vista de la cámara de Cassavetes es el de un chico ansioso en busca de “un fragmento percibido en un momento determinado”. Damián Szifrón es un perfeccionista, mientras que el pionero del cine independiente estadounidense se enorgullece de no saber lo que está haciendo.
Damián Szifron habló sobre el rodaje de Los Simuladores
Por supuesto que lo sabe, pero es una improvisación consciente. Su regla para llegar a la verdad es que nunca hay que anticiparse. “¡Yo sé todos mis diálogos! –se defiende- Es solo que me niego a decirlos”. Su cine está hecho de una atmósfera, se niega a atarlo a una trama, por eso es capaz de sacar de un plumazo treinta páginas del guion. A medida que cambia de opinión va sacando pedazos de la película hasta dejar lo esencial: las emociones crudas de los personajes.
Szifrón, en cambio, no deja nada librado al azar. Él intenta ser contundente, antes que ambiguo. Y esa falta de sutileza le jugó en contra al realizar esta película.
Relatos Salvajes sumó un nuevo premio: mejor sitio web
Adolfo Aristarain, en los clips del último Bafici, decía que la bajada de línea había que ponerla mezclada con la acción y no detenerla para “sacar la banderita”.
Misántropo es una película anticapitalista, pero más aún es antinorteamericana, y tal vez eso generó el estreno con un título genérico (To catch a killer), un afiche mediocre y reseñas negativas. “Si otro cansado thriller de un asesino serial se estrena en cine y nadie va a verlo, ¿realmente fue hecho? Desafortunadamente, sí”, dice la despiadada crítica de Indiwire, una de las tantas que bajaron el promedio de Metacritic a un injusto 44/100. Nadie quería hacer la película en Hollywood, y fue recién después de vender el guión al resto del mundo que Szifrón logró financiarla.
Tiempo de valientes
Si bien la génesis de Misántropo es anterior a El hombre Nuclear, pareciera que algo de la impotencia por aquel proyecto fallido se coló en el guión, porque el mayor escollo del detective del FBI para atrapar al asesino es la incompetencia de sus jefes que lo desvían del camino correcto para luego forzarlo a asumir la culpa del fracaso.
El Festival de Cannes arrancó lleno de figuras y con el argentino Damián Szifron en el jurado
“El poder se divide entre los que lo merecen y los que lo adoran”, dice Lammark (Ben Mendelsohn). Y la lección final de su protegida, Eleanor Falco (Shailene Woodley), es que para cumplir tu destino hay que saber lidiar con el sistema. Algo que el propio director aprendió a la fuerza.
En Relatos Salvajes, Szifrón canalizaba su frustración por la sociedad con humor satírico; ahora recurre a un tono más adulto con este thriller oscuro, violento y atrapante que tiene su impronta. Si bien no es tan valiente como Cassavetes –nadie lo es-, demostró coraje al adaptarse a un bajo presupuesto con tal de mantener el control de su obra.
A diferencia de su protagonista, Szifrón sí puso su integridad artística por delante de sus ambiciones para preservar su mirada autoral. Ya de regreso en Argentina, promete que la película de Los Simuladores tendrá polémica. Y después de Misántropo, eso no es poco.
*Periodista, escritor, guionista, director; autor de "Persiguiendo a Yosef"