Una ola amarilla recubre el mapa de la Argentina. El gobierno sufrió una derrota en geografías que hasta el viernes hacía imposible prever un triunfo opositor. Esta ola es impulsada por fuerzas tan disímiles como la pesada crisis económica, los errores presidenciales o el exitoso discurso moderado de Horacio Rodríguez Larreta.
Como en 2009 y en 2013 nuevamente el peronismo ha sido derrotado en las elecciones legislativas. Alberto tampoco ha logrado quebrar el maleficio. Tampoco ha podido sortear la dificultad común a los oficialismos en tiempos de pandemia, una derrota casi segura.
La magnitud del terremoto político dificulta determinar sus implicancias.
La oposición ha logrado, apenas dos años después de su salida del poder, a través de la renovación de sus figuras y la incorporación de otras un triunfo contundente que la deja en carrera de cara a las presidenciales del 2023. Más allá de la aparición de personajes como Javier Milei o el crecimiento de José Espert en provincia de Buenos Aires, la cara del triunfo opositor se expresa en políticos moderados como María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Facundo Manes, Luis Juez o el propio Maximiliano Pullaro en Santa Fe.
La magnitud del terremoto político dificulta determinar sus implicancias. Queda claro que el oficialismo deberá definir en los próximos días cuál es el sendero que recorrerá para intentar recuperarse políticamente. Este replanteo no debe limitarse a pensar cómo sorteará el próximo turno electoral de noviembre, tarea que asoma muy complicada. El desafío crucial que enfrenta el Frente de Todos es la definición de un rumbo de moderación que poco se asemeja al modelo del kirchnerismo 2003-2015. La gran pregunta es si logrará procesar la tensión interna que implica este desafío. El siguiente interrogante es hasta dónde el kirchnerismo, núcleo central del actual gobierno, está dispuesto a arriar banderas que son constitutivas de su identidad política.
En el hemisferio opositor Horacio Rodríguez Larreta ha quedado en el centro de las expectativas de cara al 2023. El jefe de gobierno porteño es consciente del movimiento pendular de las preferencias electorales. En ese sentido, resulta fundamental para su proyecto presidencial darse una estrategia que interpele a aquellos sectores moderados del peronismo. De esta forma su principal desafío podría pasar por sumar a su actual coalición a un sector peronista o aquellos sectores peronistas que le resulten muy reactiva una potencial radicalización del gobierno.
No debemos olvidar que el resultado en provincia de Buenos Aires que acaba de obtener Juntos es, en términos porcentuales, semejante al resultado obtenido por Vidal en su derrota del 2019. El peronismo por otro lado obtuvo 20 puntos menos que hace dos años. Una masa de votantes se ha dispersado en diferentes opciones o probablemente ni haya concurrido a votar. Quien se olvide nuevamente de ellos de cara al futuro estará cometiendo seguramente un error de cálculo político.
* Director de Opina Argentina. ( @facundonejamkis).
