OPINIóN
SAN PABLO

Es el turno de Brasil de ser la voz de la periferia en el G7

El presidente de Brasil, Lula Da Silva, es el invitado especial de esta edición “única” del G7.

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Aterrizado la noche de ayer en Hiroshima, Luiz Inácio Lula da Silva se apresta a participar de la máxima cumbre de Occidente, el G7. Esta vez le toca ser “la voz de la periferia”, como lo fue Alberto Fernández en la cita realizada, el año pasado, en Alemania.

Lula debe protagonizar una serie de encuentros bilaterales, entre ellos, con los líderes de Francia, Emmanuel Macrón; de Alemania, Olaf Schol; el premier japonés Fumio Kishida y el primer ministro de Vietnam Pham Minh Chinh . El tema de las citas con los europeos es obvio: el presidente brasileño está notoriamente involucrado en los esfuerzos por detener el conflicto entre Rusia Y Ucrania. Pero Lula se prepara también para otra sesión, la tercera y última de esta cúspide mundial: es aquélla que habla de las “vulnerabilidades que genera la deuda pública en países de medianos y bajos ingresos”.

Hace una semana, en la ronda financiera previa del G7 realizada en Niigata (Japón), el ministro de Hacienda Fernando Haddad se reunió con la secretaria del Tesoro norteamericano Janet Yellen. En esa bilateral el funcionario manifestó la preocupación de su gobierno acerca de la situación de Argentina y mencionó que esa era una de las causas que indujeron al jefe de Estado a emprender el largo viaje desde Brasilia. Fue una decisión que tomó a último momento: “Una de las razones por las cuáles el presidente Lula está viniendo al G7 es para abordar ese asunto. Él mismo está dispuesto a abrir la discusión del tema a viva voz” indicaría luego en conferencia de prensa.

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Cumbre del G7 en Hiroshima: la "insostenible" deuda externa de América Latina, uno de los temas en agenda

El año pasado, el G7 convidó a Alberto Fernández a participar de la reunión, realizada en Alemania. Como hará ahora su colega brasileño, en aquella oportunidad el presidente argentino enfocó su discurso sobre dos temas: el fin del conflicto ruso-ucraniano y la necesidad de que las potencias incorporen a los países en desarrollo en la arquitectura financiera mundial. AF se alegró de haber sido, en esa cita, por constituirse en “la voz de la periferia mundial”.

Pero no ocultó sus dudas: “Me voy satisfecho, pero a la vez preocupado” por la evolución de la situación financiera internacional en la “post pandemia”. Lo cierto es que la inquietud del gobierno brasileño respecto a lo que ocurre en la Argentina de estos días, por las dificultades que atraviesa el país, no es sólo retórica: “Tiene un impacto real en la economía de Brasil”, diagnosticó el economista André Roncaglia, profesor en la Universidad Federal del Estados de San Pablo (Unifesp).

Brasil pidió ayuda para la Argentina en la reunión financiera del G7

Recordó que es “la segunda mayor economía de América del Sur y uno de nuestros principales socios comerciales”. Hizo también una advertencia: “La producción industrial brasileña tiene a ese aliado como principal mercado externo” al punto que las exportaciones al país vecino “generan, en promedio, 5 veces más empleos que el comercio con China”. El especialista juzgó que la asociación bilateral representa “una oportunidad única de inserción internacional proactiva”.

Según Roncaglia, “la hiperinflación argentina genera inestabilidad política, sobre todo en un año electoral. Si estos desequilibrios no fueran corregidos, la extrema derecha tendrá chances de vencer las elecciones”. Y en caso de que esto ocurra, teme un aislamiento de Argentina capaz de conspirar contra la integración regional; lo que de acuerdo con su análisis “impedirá la reindustrialización de ambas economías”.


EL G7 EN ACCIÓN 

En un documento del Palacio del Planalto, revelado ayer en Brasilia, se afirma que para esta cita del G7, “el gobierno japonés identificó varias áreas de acción prioritaria”. Entre los asuntos figuran ”la solidaridad y el apoyo a Ucrania”, en el contexto del conflicto con Rusia; el desafío del equilibrio energético y la movilización de recursos para enfrentar los cambios climáticos; el fortalecimiento de acciones en salud pública y para la seguridad alimentaria; y el “esfuerzo común” en favor de un mundo sustentable y resiliente.

Los debates entre los 15 países convocados (los 8 invitados incluyen a Vietnam, Indonesia y Australia) incorporan un par de temas concretos: por ejemplo, la constitución de fondos financieros internacionales para desarrollar la infraestructura y la inversión mundial, especialmente en países medios y menos desarrollados.

Pero el momento que más puede conmover a los líderes internacionales será la visita al Parque Memorial de la Paz. Es un notorio alerta contra las catástrofes que provocarían las potencias si llegaran a acudir a las bombas atómicas. Hiroshima fue víctima, junto con Nagasaki, de un artefacto nuclear lanzado por una aeronave norteamericana, en 1945, justo en el final de la Segunda Guerra Mundial.