Vivimos un momento en el que las personas buscan mucho más que un lugar donde vivir. En este momento, buscamos que cada espacio sea un reflejo de nuestro modo de vivir actual: más sensorial, humano y consciente.
El hogar dejó de ser un escenario estático para trascender a un refugio sensorial que permita mejorar la vida cotidiana. Hoy, el desafío está en crear proyectos que dialoguen con las necesidades de la sociedad.
Dentro del contexto de la temática de este año de Casa FOA, el maximalismo urbano, nos resulta inevitable pensar la manera en la que nosotros comprendemos este concepto. Para nosotros, el maximalismo urbano no se trata de acumular elementos, sino de potenciar las experiencias.
Es la expresión de una ciudad contemporánea que concentra ritmo, diversidad y sensibilidad en un mismo espacio. Es vital centrarse en la capacidad de integrar contrastes —tecnología y calidez, materia y luz, lo natural y lo construido— sin perder coherencia ni identidad.
Decoración: Los espacios de calma y relax que son tendencia
En una sociedad donde se busca “más es más”, resulta importante generar armonía entre todos los elementos editándolos con un propósito.
Cada proyecto parte de una idea rectora (una emoción o sensación) que da sentido al resto de los elementos. Esto forma parte de una premisa al detalle del interior: materiales, colores y la luz dialogan bajo una narrativa común, un espacio que vibra, pero que respira.
El exceso se vuelve ruido solamente cuando no hay intención ni una visión integral que mantenga el equilibrio.
En la misma línea, este nuevo paradigma trajo consigo nuevas concepciones sobre los amenities. Los amenities dejaron de ser espacios complementarios: hoy son extensiones de la vida diaria. Así, diseñamos lobbies que no solo reciben, sino que transmiten identidad desde el primer paso; coworks que inspiran y conectan; spas que invitan al silencio en medio del ritmo urbano. Busco que cada espacio sea un reflejo del modo de vivir actual: más sensorial, más humano y más consciente.
El exceso se vuelve ruido solamente cuando no hay intención ni una visión integral"
El usuario final dejó de tener una relación unidireccional con el inversor, donde ya no se escuchan sus necesidades. Ahora, el equilibrio de ambas partes surge desde la escucha y la empatía; el inversor busca valor y el usuario, conexión. Nuestro rol es traducir esa dualidad en valor perceptible.
El diseño eleva la percepción, genera sentido de pertenencia y mejora la experiencia cotidiana. Cuando un proyecto logra emocionar y funcionar, trasciende su condición de inmueble y se convierte en un espacio con alma.
En conclusión, un proyecto transformador es aquel que mejora la vida cotidiana, acompaña los rituales y genera bienestar desde lo más simple: la luz, la materia, el silencio. Diseñamos para emocionar, pero sobre todo para crear espacios que se sientan, se vivan y se recuerden.
*Interior Design Manager de Kopel Sánchez & CEO de In. Studio