En las semanas pasadas generó mucha polémica el jefe de la Iglesia católica al afirmar que la propiedad privada es un derecho secundario. No es que el Papa dijera que la propiedad privada no es muy importante, sino que hay dos principios más importantes desde donde debía enfocarse este derecho. Tampoco es que le habló específicamente a los argentinos sino que lo hizo frente a representantes de la Organización Internacional del trabajo y algunos sindicalistas.
Muchos lo acusaron de ser peronista y adherir a una visión populista que promueve la pobreza. En este sentido es interesante escuchar el mensaje que grabó él mismo, con ocasión del lanzamiento de la campaña de oración de julio (también dirigida a todos los católicos del mundo).
Muchos lo acusaron de ser peronista y adherir a una visión populista que promueve la pobreza
Decía Francisco en esta oportunidad: "Alejarnos de los populismos que explotan la angustia del pueblo sin dar soluciones, proponiendo una mística que no resuelve nada. Huir de la enemistad social que solo destruye y salir de la polarización. Y esto no siempre es fácil, especialmente hoy, cuando una parte de la política, la sociedad y los medios se empeñan en crear enemigos para derrotarlos en un juego de poder". Afirma al mismo tiempo que "el diálogo es el camino" e invita a construir la amistad social".
Papa Francisco: "Que el Señor proteja al mundo de la pandemia"
Aunque estas reflexiones deben encuadrarse en la universalidad de la Iglesia, es bueno que nos preguntemos: ¿Estamos de acuerdo que la dignidad de la persona humana y el bien común son los principios fundamentales para reconstruir la convivencia después de la pandemia? ¿Puede haber solución a los problemas que padecemos los argentinos a través del enfrentamiento y enemistad social? ¿Qué significa para mí la amistad social? ¿Cómo puedo contribuir al diálogo?
*Doctor en Ciencias Sociales de la UBA.