OPINIóN
Desafíos del año escolar

Inclusión y aprendizaje

28_11_2021_logo_ideas_Perfil_Cordoba
. | Cedoc Perfil

Estamos cerca de cumplir un mes del inicio del año escolar; un ciclo que arrancó con grandes desafíos y también con la oportunidad de profundizar políticas de equidad y calidad en educación.

La emergencia sanitaria por covid-19 ha modificado de manera drástica las condiciones de escolarización de los estudiantes en los últimos dos años. La última Encuesta de Unicef permitió dimensionar sus implicancias sobre la vida y escolarización de chicos y chicas al cierre del 2021. Por un lado, aún con la mejora en la situación epidemiológica y reapertura de actividades escolares presenciales, persiste el impacto de la pandemia en la situación emocional de la primera infancia: la mitad de los hogares con niños y niñas pequeñas manifiestan que sufren alteraciones con las comidas; 42% señala que persisten las alteraciones del sueño y 24% identifica problemas de comunicación. Por el otro, a partir del empeoramiento de la situación social y económica de los hogares, se registra un crecimiento sostenido en la participación laboral entre las y los adolescentes (alcanzando 24%).

Al cierre del año pasado, el 92% de los hogares con niños, niñas y adolescentes escolarizados, desarrollaban las clases de manera totalmente presencial, en el 7%, bajo un esquema bimodal y solo en el 1% restante, plenamente a distancia. 9 de cada 10 personas adultas encuestadas señalaron que las chicas y los chicos están contentos de ir a la escuela; que disfrutan de reencontrarse con sus pares (64%); y que la motivación hacia el estudio creció con respecto a mediciones anteriores. Además, destacaron que las escuelas y el personal lograron mantener las prácticas de cuidado seguras para el regreso a las aulas, y que, tanto las instituciones como los equipos, estuvieron a la altura de las circunstancias. Es decir, la vuelta al aula tuvo efectos positivos en el bienestar emocional, especialmente de las y los estudiantes, y constituye una pieza central para proteger sus trayectorias escolares y recuperar aprendizajes.

Justamente sobre los aprendizajes, la encuesta muestra una mayor proporción de los hogares que percibieron que los niños y adolescentes lograron avanzar al cierre del 2021 (75% vs 63% a fines de 2020), y el 39% de las y los adolescentes señaló que pudo aprender “mucho” durante el ciclo lectivo 2021 (20 puntos porcentuales más que lo registrado a fines de 2020). La presencialidad tuvo un impacto positivo: el porcentaje de estudiantes que manifestó haber aprendido “muy poco” o “nada” en 2021 es más bajo entre quienes asistían a la escuela de manera puramente presencial (17%), aumenta levemente en el segmento que cursaba un esquema mixto (21%) y resulta mucho mayor entre quienes continuaron solo con educación a distancia (47%).

Este ciclo presenta nuevos retos para los sistemas educativos, las escuelas, directivos, los docentes, y estudiantes: retomar rutinas, reponer aprendizajes nodales y asegurar un bienestar integral. Esta tarea supone un trabajo intensivo por parte de las escuelas y sus docentes, focalizando esfuerzos en aquellos que fueron más afectados: quienes mantuvieron un vínculo menos frecuente con la escuela, quienes tuvieron menos oportunidades para sostener modalidades virtuales por falta de acceso a conexión y/o dispositivos tecnológicos, y entre quienes se desvincularon y regresaron a las aulas.

Según la encuesta el año pasado solo el 19% de los hogares afirmó que alguno de los niños, niñas y adolescentes participó en actividades de recuperación o apoyo escolar. En este contexto, es clave extender y profundizar iniciativas que atiendan la diversidad de situaciones y contextos durante 2022. Implementar políticas públicas de equidad en el sector educativo que generen más y mejores oportunidades de aprendizaje es urgente, para asegurar que todas y todos puedan ejercer su derecho a la educación.

*Especialista de Educación Unicef.