OPINIóN
Elecciones 2023

La clausura discursiva del frenar, acallar y proscribir

El espacio discursivo en campaña debería preocuparnos por su poca sustancia democrática, liberal y republicana. Todavía no hay un dirigente que exprese de corrido tres propuestas de políticas públicas sobre los temas más relevantes.

Candidatos en campaña
Candidatos en campaña | Cedoc Perfil

Frenar, acallar, proscribir, son hoy las frases más escuchadas en lo que transcurre del año y cuando entremos en el plazo estricto de campaña política por imperio de las estrategias de diferenciación serán aún mayores los adjetivos relacionados a estas. La clausura será el lugar común y nada hace pensar que vamos a una campaña de puntos medios, equilibrados, centristas, librepensantes.

Si hablamos de frenar, hoy se habla de Milei. Se puede frenar discursivamente sin afectar derechos constitucionales. ¿No es la base de la democracia la deliberación y resolución de diferencias por las instituciones de la constitución: votación, congreso, etc.? Sí, pero no todos recuerdan lo que estudiaron en educación cívica.

Si hablamos de acallar, hoy se habla de clausurar a todo aquel que piense distinto a los postulados que se enuncian por fuera del debate políticamente correcto. Correr la agenda pública de los temas comunes, como los económicos, es agrandar el espacio de reflexión de los asuntos públicos, algo positivo para una democracia plural. 

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Pero además, también se acusa al Poder Judicial de acallar la voluntad popular con sus resoluciones sobre las candidaturas a gobernador en distintas provincias del país. 

Si hablamos de proscribir, hoy se habla de CFK. Ella más bien habla, como estrategia discursiva utiliza este término legal y político con un sentido distinto y como forma de paraguas a efectos de evadir una candidatura y poder así excusarse de la competencia electoral a pesar del buen porcentaje de votos que podría obtener.

 

Discursos que clausuran

En todos estos casos, lo que tenemos es una descalificación personal que ataca a una vocería o posición y lo hace desde una campaña negativa, no desde una visión propositiva, de cambio y superación del adversario en términos argumentales, ejemplares o de conocimiento público.

Incluso, llevando esta modalidad discursiva hacia el debate de ampliación de las coaliciones hasta el extremo de transformarlas en conglomerados, el resultado es el mismo. Los debates son fuertemente descalificadores sobre las posturas de los nuevos aspirantes a alianza pero, ¿quiénes pueden tirar la primera piedra en el sentido de señalar la impureza programática o doctrinaria de unos y otros? Nadie. 

La política en democracia por definición es contexto y ajuste de expectativas dentro del margen de libertad y tolerancia que regula la Constitución Nacional y aplican los jueces.

 

La clausura discursiva del frenar, acallar y proscribir

Por todo lo anterior, la calidad de la democracia en relación a la campaña, que ya se inició informalmente, es de un nivel poco adecuado a la magnitud del desafío por resolver que tienen todos los aspirantes a candidaturas respecto de todas las variables macroeconómicas y sociales de la Argentina. 

Hasta en un municipio la preocupación debería ser mayúscula en tanto se avecina un futuro de pocas transferencias discrecionales y fondos para obra pública desde la esfera nacional.

Por tomar un caso, si volviéramos sobre la campaña del hambre, ¿alguien propone algo?, ¿qué candidato se enarbola sobre el indicador de las NBI de modo concreto enunciando qué va a hacer para mejorar esos indicadores? ¿Cómo lo va a lograr, en tiempos y con formas y soluciones paulatinas? Poco al respecto por el momento. 

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Y así, si hiciéramos foco sobre políticas focales, dentro de cada ministerio actual del Poder Ejecutivo Nacional o cualquiera provincial o municipal, los desafíos parecen estar en un estado de congelamiento hasta que los nuevos gobiernos se hagan cargo. 

Entonces, a nivel nacional, faltan al menos 6 meses para que el futuro presidente, gabinete de gobierno y conformación de las dos cámaras del congreso funcione. Una eternidad y cuesta abajo parece la tendencia en materia de decisiones políticas.

Frenar, acallar, proscribir, son hoy las principales palabras dentro de una nube de palabras en un espacio discursivo en campaña que debería preocuparnos a todos por su poca sustancia democrática, liberal y republicana. 

Todavía no se consigue dirigente político que exprese de corrido tres propuestas de políticas públicas sobre los temas más relevantes de la agenda pública. Tres propuestas, que pobreza.

*Analistas de Asuntos Corporativos y Públicos.