Es Argentina un país seguro o un país inseguro? Cuando vemos las encuestas, observamos que hay una genuina preocupación ciudadana donde la inseguridad figura como una de las dos mayores preocupaciones de la ciudadanía. Por otro lado, las autoridades nos dicen que Argentina tiene las tasas más bajas de homicidios de la región y que Buenos Aires es una de las ciudades más seguras de Latinoamérica. Aunque suene paradójica, las dos partes tienen razón. Todo depende a que indicadores le prestamos atención. Veamos: las tasas de homicidios en nuestro país rondan alrededor de los cinco homicidios por cada 100 mil habitantes, de las más bajas de todo Latinoamérica. Con aproximadamente 2 mil homicidios cada año, nuestro país no tiene comparación con los más de 30 mil en México, 35 mil en Brasil, o 13 mil en Colombia. Inclusive países como Uruguay y Chile han tenido el año pasado tasas superiores al nuestro (diez por cada 100 mil, el primero, y seis por cada 100 mil el segundo). Aunque pueda haber reparos en la contabilización y correcta catalogación de casos de homicidio doloso, está claro que Argentina no comparte las altas tasas de delitos letales que tienen otros países de la región. También es importante señalar que tampoco tenemos tasas europeas de uno o dos homicidios por cada 100 mil. Finalmente, con excepción de ciertos focos (fundamentalmente Rosario, Santa Fe, y ciertas áreas del Conurbano), hay relativamente pocos homicidios en términos comparativos.
Y entonces, ¿la ciudadanía está equivocada? ¿Será que la inseguridad es solo una sensación? ¡No! la inseguridad en el país es real, solo que no es mayormente letal. Argentina tiene un muy serio problema de robos. Veamos: en un índice reciente del Banco Mundial que promedia 2021-2023, Argentina es el país con mayor tasa de victimización de Latinoamérica después de México y Venezuela. El 42% de los entrevistados por Latinobarómetro admiten que algún miembro de su familia fue victimizado durante el último año. Y la mayor parte de estas victimizaciones han sido robos. La inseguridad no es solo una sensación, todos conocemos a alguien cercano que le han robado algo, en ocasiones con violencia. A modo de ejemplo, cada año en Argentina se roban más de 70 mil vehículos, más de un millón de teléfonos móviles, y todo tipo de bienes transables. A diferencia del homicidio, los datos oficiales de robos no son confiables porque la gran mayoría de los mismos nunca se denuncian, ni se persiguen penalmente. Por ello es mejor utilizar encuestas para medir el pulso de los delitos contra la propiedad.
Una tendencia preocupante es que mientras los robos crecen también se registran en estos casos altos grados de violencia en espacios urbanos (las calles). Ocasionalmente los perpetradores utilizan armas para intimidar a las víctimas y su uso por parte de ellos o de alguien que se defiende producen heridas y hasta homicidios. Esto explica que en muchas ocasiones los delitos son aleatorios, lo que genera temor ciudadano porque “le puede pasar a cualquiera.”
Una hipótesis razonable es que la sensación de inseguridad viene creciendo porque los victimarios eligen sus potenciales víctimas “al voleo” y eso hace que sea muy difícil protegerse. Si bien los homicidios y “ajustes de cuentas” son delitos gravísimos y cada caso lamentable, el miedo al delito en Argentina está más vinculado a la extensa actividad criminal asociada a los robos. Este es el problema securitario más importante que tiene el país y no se conocen serias políticas públicas para resolverlo.
*Director del Centro de Estudios sobre inseguridad y Violencia de Untref.