OPINIóN
Mundo digital militar

La próxima pesadilla de Xi Jinping

Si el régimen comunista calcula que es mejor “congelar” todo desarrollo de inteligencia artificial capaz de maximizar capacidades militares para sus rivales de Occidente, la situación es más preocupante de lo que se calcula en Tokio, Washington o Bruselas.

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Chips | cedoc

La cadena de suministro mundial de semiconductores para inteligencia artificial presenta dos puntos de presión. Existen altos riesgos de que un actor con motivaciones y recursos adecuados pueda interrumpir esta etapa en la evolución humana.

La holandesa ASML es la única poseedora de la tecnología para producir la última generación de chips. Este desarrollador de máquinas de fabricación tiene un cliente destacado, la taiwanesa TSMC, que emplea la tecnología de punta para producir los semiconductores que luego son integrados por NVIDIA.

También provee los componentes que -a su vez- potencian a las grandes computadoras en las que corren los modelos más complejos de inteligencia artificial. Entre estos modelos, los de aplicación militar son los más sofisticados y los de máximo valor para proyectar poder.

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Entre tanto, ASML y TSMC tienen sus bases operativas en Holanda y en Taiwán. Y un golpe en uno de estos dos puntos interrumpe el desarrollo de capacidades para Occidente, ante el bloqueo impuesto a China para acceder a cualquier producto moderno de una de estas tres empresas líderes.

La próxima pesadilla de Xi Jinping

Con el embargo tecnológico, China se quedó fuera del mundo digital militar. Este bloqueo sobre los semiconductores de última generación significa que Beijing puede aspirar, como máximo, a sistemas de información en combate comparables a los rusos. 

En suma, una guerra entre Estados Unidos y China sería parecida a una entre Rusia y el país norteamericano. Ante lo que se evidencia en el conflicto europeo, un soldado no puede comunicarse con su comandancia u operar un dron sin esperar que en instantes llegue fuego de artillería. Y si esas son las capacidades de penúltima generación ucranianas, las innovaciones de las fuerzas armadas estadounidenses reducen esa secuencia de minutos a segundos.

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Un campo de batalla es, hoy en día, un campo de datos. Tanta información que sólo la inteligencia artificial puede procesarlos con eficiencia.

Por lo tanto, los estrategas en Beijing se encuentran ante un escenario en el que sus capacidades militares están, en este momento, en su máximo acercamiento a las de Estados Unidos y el resto de sus aliados en Asia. En adelante, Beijing verá su poder militar erosionado ante la pérdida de competitividad por falta de acceso a tecnología moderna.

Cabe aclarar que fuentes del Pentágono y analistas independientes en Washington confirman sin ruborizarse los devastadores efectos militares del bloqueo de semiconductores. Sin embargo, Xi Jinping tendría una manera de frenar todo esto. 

 

Y como si fuera poco, ahora Taiwán

Como se dijo arriba, TSMC está en Taiwán, específicamente en la localidad de Hsinchu (新竹). Allí tiene su locación principal. Por ende, está a 160 kilómetros de la costa china. Si Beijing interrumpe la producción de chips modernos en Hsinchu, Occidente queda detenido en las capacidades actuales por varios años hasta que una nueva fábrica de chips similar entre en producción.

Hace algunos meses Taiwán resaltaba su importancia en foros internacionales sobre el dato que los mejores chips del mundo se fabricaban en esa localidad vecina de Taipei, la capital. Ahora, esa fuerza tiene chances de convertirse en una debilidad y un codiciado objetivo militar ante el cambio de las condiciones.

Si el régimen comunista calcula que es mejor “congelar” todo desarrollo de inteligencia artificial capaz de maximizar capacidades militares para sus rivales de Occidente, la situación es más preocupante de lo que se calcula en Tokio, Washington o Bruselas.

Por ahora, desconociendo los planes de Xi Jinping, resta seguir con más atención la escalada de agresiones de China contra Taiwán.

Interrumpir la cadena global de producción de capacidades que eventualmente juegan en contra de China puede ser un desafortunado cálculo en Beijing, dadas las circunstancias.

 

*Analista en geopolítica, filósofo y abogado especializado en antropología de la Universidad Temple de Filadelfia. Autor de “Desilusionism”

** Periodista internacional especializado en China