OPINIóN
Derechos y desigualdades

Las adolescencias como protagonistas

28_11_2021_logo_ideas_Perfil_Cordoba
. | Cedoc Perfil

Las adolescencias aparecen hoy como un puente vital que une, conecta, la niñez y la juventud, con poca especificidad, algo desdibujadas y difusas. Ante esto, es importante resaltar la necesidad de pensar y producir la adolescencia (o adolescencias en plural) no sólo como un momento específico en la vida de las personas, sino como una construcción relacional, sociohistórica y culturalmente situada y configurada. En estas dinámicas de producción social (y estatal) de las adolescencias es fundamental escuchar, reconocer, recuperar y visibilizar sus voces, prácticas, lenguajes, producciones, valores y propuestas de modo directo, sin mediaciones y traducciones o representaciones, tanto como sea posible.

Uno de los derechos relevantes reconocidos en los últimos diez años fue la ampliación del voto para las personas de 16 y 17 años. Mucho se habló de las capacidades de los y las adolescentes para decidir quiénes iban a legislar y a gobernar el país, la provincia, el municipio donde viven. Incluso, las repercusiones en los medios de comunicación cuestionaban su posibilidad de decidir autónomamente con criterio y responsabilidad. El interrogante sobre la ampliación de derechos o el uso político de los adolescentes fue título de varios diarios.

Ante esto, pensamos que esta ampliación de derechos implica reconocerles a las y los adolescentes que sus decisiones, que su capacidad de protagonismo y su construcción de autonomía tienen valor y que pueden elegir de manera criteriosa, tan criteriosa como las y los adultos, aunque ese criterio se construya de una forma diferente.

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Por otra parte, la ampliación del reconocimiento del derecho al voto abre otros interrogantes acerca de la posibilidad de ser no sólo electores sino también electos y deja al descubierto contradicciones en cuanto a las posibilidades de participación en ámbitos educativos o barriales. Los y las adolescentes comienzan a exigir y a demandar mayores niveles de protagonismo –y de autonomía– en las definiciones políticos-sociales de su vida cotidiana y en los distintos ámbitos donde construyen sus mundos habitualmente.  

Es necesario construir, entonces, políticas públicas que permitan reconocer y promover el protagonismo de los y las adolescentes como actores y actrices fundamentales de la vida social. Asimismo, fortalecer la articulación entre la dimensión estatal y la comunitaria/territorial es fundamental en Argentina y en América Latina para fortalecer lo público.

Por otra parte, los tiempos de pandemia han profundizado, amplificado e intensificado las desigualdades sociales. Esto es más evidente si las concebimos desde la multidimensionalidad. Y justamente una de las dimensiones de las desigualdades que más creció con la pandemia es la generacional. Las adolescencias, entonces, despliegan sus vidas en una situación de desigualdades crecientes que abarcan esferas como la educativa, la territorial, la laboral, la sexo-genérica, la afectiva y vincular, entre otras. A su vez, las y los adolescentes se producen desde la diferencia, desde la diversidad. Junto a las desigualdades, estas diversidades o pluralidades son marcas epocales que configuran sus mundos de vida cotidianos.

Ante esta situación, es fundamental profundizar políticas públicas que contrarresten las dinámicas sociales de producción y reproducción de las desigualdades, tiendan hacia la igualdad reconociendo las diversidades, fortalezcan las capacidades de las y los adolescentes promoviendo escuchas y se produzcan de manera participativa, transversal e integral. Así podremos contribuir a la construcción de una sociedad más justa, democrática y libre en la que las adolescencias sean reconocidas como protagonistas, con capacidad y autonomía y no queden relegadas a cumplir el papel que los adultos y los discursos hegemónicos les asignan.

*Doctor en Ciencias Sociales e investigador del Conicet.