Mientras algunos dormían la siesta, el gobierno nacional nos encerró en nuestras casas. También nos impidió salir a trabajar, abrir los comercios, enviar a nuestros chicos al colegio, viajar y hasta entrar al país, a aquellos que lo habían hecho.
No contentos con esto, nos impidió salir a ejercitarnos, hacer deportes o pasear nuestras mascotas. Pasear a más de 10 cuadras de casa te transformaba en un “inconsciente”. No pudimos reunirnos con nuestros seres queridos y ni siquiera hubo excepciones a los que les tocó despedir a los afectos que perdieron la vida.
Y mientras todo eso pasaba, el Presidente se reunía con quien quería: los Moyano, Evo Morales, Sofía Pacchi, funcionarios y actores varios. Y no solo eso, mientras todos estábamos encerrados, nos amenazaban. Con “dedito acusador” incluido, nos decían que si no respetábamos los decretos presidenciales, podíamos ir presos y tener multas económicas. Todo al mismo tiempo en que el Presidente y su mujer estaban festejando un cumpleaños con amigos varios en la Residencia Presidencial.
Hipocresía es poco. Nos dijeron “la ley es para vos, para mí no”. Volvimos a la edad media, donde los reyes dictaban leyes y aplicaban para todos los súbditos pero no para la nobleza. Por eso algunos pedimos juicio político: porque no respetan la ley que ellos mismos hacen y encima nos amenazan por si no la cumplimos.
Hipocresía es poco. Nos dijeron “la ley es para vos, para mí no”
Mientras algunos dormían la siesta, otros íbamos a programas de televisión advirtiendo que la economía se estaba hundiendo y nos tildaban de “anti cuarentena” o de “covidiotas”. Desde la Fundación Apolo denunciamos al Presidente, al Jefe de Gabinete y al ministro de Economía por nombrar a un chef como Director del Banco Nación. También pedimos información pública sobre los gastos de la estilista de la primera dama en su viaje a Israel, y los publicamos. Denunciamos a funcionarios del PAMI por sobreprecios en la compra de alcohol en gel y de vasos de plástico. Presentamos un amparo para que el Gobierno de la Ciudad permita el esparcimiento de niños y adolescentes. En este último caso, logramos que la jueza del caso exhortara al GCBA a habilitar las salidas recreativas de los niños (decisión que finalmente el GCBA aplicó).
Pero la modorra pos almuerzo nunca nos alcanzaba: No había caso, la siesta no nos llegó. Entonces seguimos defendiendo nuestros derechos y los de todos los argentinos. Así fue que denunciamos repetidas veces al Presidente por violar su propia cuarentena. También presentamos un habeas corpus colectivo para pedir por el derecho a manifestarse en la vía pública en cuarentena. Presentamos un amparo por aquellos ciudadanos “runners” en la Ciudad y otro para pedir que se abran las escuelas primarias (el 1 de septiembre de 2020).
Cómo defendemos el acceso a la información pública, pedimos saber cuándo se vacunó el Presidente y quiénes estaban con él, como así también pedimos los listados de personas que ingresaban a Olivos y Casa Rosada. Con un habeas corpus colectivo, logramos que ingresen los 86 varados que el gobierno nacional dejó en Paso de Los Libres. También habilitamos un habeas corpus para que cada persona pueda pedir por su derecho a circular y quien escribe presentó uno, logrando un fallo inédito en el país donde la justicia intimó al Poder Ejecutivo a dejar de emitir DNUs.
Denunciamos a Marcó del Pont, titular de la AFIP, por intentar cobrar retroactivo en el monotributo, cuando miles de personas no pudieron trabajar y logramos darlo de baja. Ahora querellamos a quien nos mintió dándonos listas de asistentes a Olivos y Casa Rosada adulteradas.
Mientras algunos dormían la siesta, nosotros hicimos todo eso para defender a los ciudadanos argentinos. Ahora, de repente algunos se despertaron, se lavaron la cara y los dientes, se hicieron unos mates y se acordaron de la gente. Vieron que mucha gente se fundió, sufrió, no pudo mandar a sus hijos al colegio o despedir a sus familiares. Y hoy quieren convencer a esa gente para que los vote. ¡Qué sinvergüenzas! Parece increíble como en este país se acuerdan de que hay ciudadanos cada vez que llega una elección. En el medio, los ciudadanos no existen.
Por todo eso, es que en las próximas elecciones no se puede votar a los dormilones. Porque debe existir una oposición de verdad, no una oposición que duerma la siesta y se acuerde del ciudadano de a pie cuando este tiene que votar. Debe existir una oposición firme y con nombres fuertes, de experiencia, estables en su relación con el ejercicio del poder público, ya que debe jugar dentro de la democracia.
La oposición que debemos construir debe abrazar la idea de república y defender sus instituciones, no destruirlas. Debe luchar por un Congreso fuerte, y seguir la pelea que algunos no abandonamos en ningún momento por una Argentina mejor para el futuro de todos.
*Presidente de Fundación Apolo.