OPINIóN
4º Revolución Industrial

Noland es el primer paciente cyborg de Elon Musk

La interfaz de cerebro-computadora (ICC) creada por el magnate estadounidense devolverá la visión a los ciegos y podría exacerbar los 5 sentidos. ¿Qué pasará cuando el dueño de Starlink y SpaceX permita que los usuarios de ICC operen autos Tesla desde el espacio?

Cerebro computadora 20240410
Cerebro computadora. | pixabay

Noland Arbaugh fue el primer paciente de Neuralink en recibir exitosamente el implante de un chip neural o interfaz cerebro-computadora invasivo.

Con este ICC invasivo, denominado Telephaty, el paciente puede controlar con el pensamiento su computadora u ordenador, jugar ajedrez, videojuegos como "Mario Kart", o bien cualquier dispositivo sincronizado a su chip neural.

Frente a este paso exitoso, Elon Musk propone que su compañía, Neuralink, brinde la posibilidad de restauración de la visión a una persona no vidente.

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La neurotecnología daría otro salto cualitativo. Según Elon Musk, se estaría desarrollando un ICC invasivo, que mediante el software Blindsight, le permitiría al implante cerebral o ICC invasivo "no solo restaurar la vista en individuos ciegos, sino también superar la visión humana normal eventualmente".

Noland es el primer paciente cyborg de Elon Musk

Este tipo de avances no solo podría revolucionar el campo de la medicina, en su área oftalmológica, sino generar un verdadero cambio de paradigma para la especie humana.

En el campo militar, soldados dotados con cascos neurales ICCV y con lentes inteligentes (Smartglass) o lentes de contacto de realidad mixta, podrían no solo incrementar su visión sino ver mediante visión infrarroja o ultravioleta, lo que les permitiría tener visión nocturna o detectar amenazas invisibles para la mirada humana.

Elon Musk y el principio de una mente sin secretos

Lo mismo podría ocurrir con la mejora de otros sentidos, como la audición, el olfato, el tacto o el gusto.

Por medio de ICCV no invasivos podría mejorarse la capacidad auditiva, escuchando en niveles de frecuencia no audibles para nuestra especie, o bien, mejorar nuestro sentido del tacto, siendo sensibles o captando por ejemplo frecuencias electromagnéticas.

Incluso podría incrementarse la capacidad cognitiva mediante los denominados implantes de extensión de memoria.

La disponibilidad de información irrestricta en tiempo real en cualquier región del planeta, podría ser provista mediante internet satelital (Starlink), a través de la constelación de satélites colocados en órbita por Space X; todas estas empresas (Neuralink, Space X, Starlink) son propiedad de Elon Musk.

Incluso mediante la sincronización del dispositivo ICCV no invasivo, con otros equipos como vehículos autónomos (Tesla) u otros dispositivos electrónicos, podría controlarse a ellos mediante órdenes mentales.
                
La posibilidad de mejorar las capacidades cognitivas y físicas de las personas a través de la convergencia de neurotecnologías, inteligencia artificial, biotecnología y nanotecnologías llevó en esta década a la necesidad de consagrar en instrumentos jurídicos, los denominados Neuroderechos.

Los Neuroderechos reconocidos en forma pacífica por la legislación y la doctrina, son cinco:

1.- Derecho a la privacidad mental;
2.- Derecho a la integridad mental;
3.- Derecho a la identidad o continuidad psicológica;
4.- Derecho al acceso equitativo a la tecnología de incremento cognitivo;
5.- Derecho a la protección contra sesgos y discriminación.

La posibilidad de restaurar sentidos perdidos o bien de incrementar sentidos que se poseen, ya ha comenzado.

Esto da origen al comienzo de la era del transhumanismo, y la evolución de la especie humana (Homo Tecnologicus) de la mano de la convergencia de tecnologías exponenciales, tales como la biotecnología, nanotecnología, infotecnología y cognotecnología (BNIC).

La empresa de implantes cerebrales de Elon Musk prepara ensayos en humanos

El derecho al acceso equitativo a la tecnología de incremento cognitivo, será un neuroderecho humano esencial para evitar en las décadas venideras que las comunidades más vulnerables o desventajadas se vean desprovistas de la neurotecnología vital para desempeñarse en la era de la cuarta revolución industrial (4.0).

Muy probablemente, la recuperación de la visión, del audio, el olfato, tacto o gusto, provenga del acceso a la neurotecnologia de interfaces cerebro-computadoras (ICC) invasivos o bien ICCV no invasivos.

También la superación de enfermedades de degradación cognitiva como el Alzheimer, o bien, incremento de capacidad cognitiva a través de implantes de extensión de memoria mediante chips neuromórficos o chips húmedos.

Lo cierto es que el derecho deberá dar inicio a una carrera meteórica, en la cual logre estar a la altura de una sociedad de la cuarta revolución industrial (4.0) que ha comenzado a dar los primeros pasos del transhumanismo, que desembocarán más temprano que tarde en el advenimiento del posthumanismo.

*Profesor de Criminalidad informática, Doctor en Derecho Penal, Especialista en Derecho Penal y Abogado con Diploma de honor por la Universidad de Buenos Aires (UBA).