Nos encontramos inmersos en un cambio permanente. En un mundo hiperconectado, donde el avance tecnológico modifica el entorno a una velocidad cada vez mayor y obliga a moverse en escenarios nuevos enfrentando los riesgos que eventualmente conlleven. Los negocios de la era digital están modificando el territorio y los mapas de ruta de las empresas, que deben aprender a adaptarse para sobrevivir.
Una transformación profunda está en marcha y no es posible mantenerse al margen. Es una nueva revolución industrial, que se ha dado en llamar Industria 4.0, e incorpora nuevas tecnologías que están produciendo un cambio disruptivo.
¿Pero en qué áreas se suscitan estos avances y qué efectos producen? La robótica colaborativa permite que trabajadores y máquinas desarrollen actividades en conjunto y en el mismo ambiente; la inteligencia artificial es capaz de procesar datos en cantidades y velocidades imposibles para cualquier humano, y tomar decisiones en consecuencia; con la manufactura aditiva se logran diseños que no podrían desarrollarse por los métodos tradicionales de fabricación; la realidad aumentada se aplica en capacitación, procesos y mantenimiento; Internet de las Cosas posibilita que los dispositivos se comuniquen entre sí creando una red que se autogestiona.
La reinvención del periodismo en la era digital
Así como cada vez más personas cuentan con una copia digital en las redes sociales, las máquinas y dispositivos en las fábricas van incorporando su gemelo digital. En ese universo virtual se pueden probar modificaciones y evaluar resultados antes de implementarlos en la fábrica real. Los sistemas ciberfísicos se hacen protagonistas.
Por su parte, los algoritmos procesan datos en la nube para optimizar los recursos, pero, con las vulnerabilidades emergentes de un mundo tan conectado, la ciberseguridad se torna imprescindible y se apela a la tecnología blockchain para potenciar aún más las protecciones.
Con esta batería de técnicas disponibles, las empresas pueden ser más eficientes, seguir de cerca las demandas del mercado, ofrecer productos personalizados a sus clientes, obtener ventajas frente a la competencia y generar nuevas oportunidades de negocio. Como ejemplos, BMW permite a los clientes configurar sus propios autos y Nike diseñar su propio calzado. Las empresas que no incorporen las nuevas tecnologías quedarán rezagadas.
¿Y el futuro del trabajo? El avance de la automatización, la robótica y la inteligencia artificial tendrán un impacto significativo también sobre el mundo laboral. Según el Foro Económico Mundial, hacia 2022 unos 75 millones de empleos podrían ser desplazados, aunque más de 130 millones de posiciones nuevas surgirían con roles que estén más adaptados al trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos. Sin embargo, este impacto no será igual en todas las economías. Según un informe de McKinsey dependerá del nivel de ingreso, las características demográficas y la estructura industrial de cada país. Así, mientras en las naciones más desarrolladas se espera que más del 20% de los puestos de trabajo sean desplazados por la automatización entre 2016 y 2030, en Argentina sería de un 10%. Aunque a primera vista parece favorable, esta diferencia puede terminar aumentando la brecha de PBI per cápita entre los países en vías de desarrollo y los industrializados.
La construcción de la imagen política en la era digital
En el nuevo contexto de trabajo más que especializarse será necesario saber adaptarse, integrarse a espacios colaborativos flexibles, desarrollar capacidad analítica y, sin duda, estar dispuesto a aprender todo el tiempo.
* Docente del Departamento de Ingeniería Industrial del ITBA.