OPINIóN
Internacional

Brasil: el desempleo cae 0,4% en 2019 de la mano del trabajo informal

Según el último informe del Instituto Brasileño de Geografía, el cuentapropismo ha alcanzado un nivel récord desde el 2012.

El ministro de Hacienda de Brasil, Paulo Guedes.
El ministro de Hacienda de Brasil, Paulo Guedes. | AFP

Brasil registró una caída de 0,4% en el desempleo promedio a nivel nacional en 2019, quedando en 11,9%, según el último informe del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Esta leve caída del desempleo se produjo principalmente de la mano del trabajo informal, que llegó al 41,1% sobre el total de trabajadores ocupados.

Adriana Beringuy, analista del IBGE, detalló la relación entre la caída del desempleo y el crecimiento del trabajo informal: “Del incremento de 1,819 millón de personas ocupadas, un millón son personas en la condición de trabajador informal. En prácticamente todo el país, lo que ha sustentado el crecimiento de la ocupación es la informalidad”.

Además, el IBGE informó que el cuentapropismo ha alcanzado un nivel récord desde el inicio de la serie en 2012, con un aumento del 4,1% en relación a 2018, habiendo 958.000 nuevos cuentapropistas en 2019. De esos 958 mil, tan sólo 372.000 se registraron como Personas Jurídicas y, tal como se mostró anteriormente en Perfil, más del 80% de los emprendedores formalizados corresponden a su vez a los Microemprendedores Individuales (MEI), una categoría en la que se inscriben desde vendedores ambulantes hasta pequeños bares, pasando por repartidores de comida por aplicativo y conductores de Uber. Los MEI han impulsado el crecimiento del cuentapropismo en los últimos años, con mayor fuerza desde la recesión de 2015 y 2016 y el crecimiento de la uberización de la economía.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

"Impuesto al pecado" de Brasil afectaría la cerveza y el tabaco

Las estadísticas en relación al trabajo acompañan a lo que ha sido el casi nulo crecimiento del PBI en 2019. A la espera de los datos definitivos sobre el PBI de 2019, que serán publicados por el IBGE en marzo, el Banco Central informó que el crecimiento brasileño el año pasado fue de tan sólo 0,89%. Aunque es posible que el IBGE arroje una cifra definitiva del PBI algo mayor, todo indica que el crecimiento de 2019 estará por debajo del 1,3% de 2018 y 2017 y por debajo también de las proyecciones del mercado a inicios de 2019 que lo situaban en 2,5%, según los informes de entonces del Banco Central brasileño. Se trata del tercer año consecutivo con expectativas de crecimiento frustradas.

Por todo ello, 2020 será un año clave para los brasileños. Las expectativas por la recuperación económica y por la generación de empleo presionarán al gobierno en un año con elecciones municipales en octubre, al tiempo que este lleva adelante una vasta agenda de reformas estructurales.

La agenda de reformas, que avanzó en 2019 con la Reforma Previsional (venía de antes con la Reforma Laboral de 2017) e incluye para 2020 a la reforma administrativa y la tributaria, entre otras, es el centro de las presiones que viene recibiendo el gobierno y que se continuarán incrementando durante este año. Mientras que desde sectores pro mercado se viene postulando con fuerza la necesidad de avanzar con las reformas, muchas de ellas impopulares, para garantizar la recuperación económica, el gobierno ha mostrado algunas dudas respecto a la conveniencia de avanzar con las mismas en un año electoral. Algunas declaraciones polémicas del ministro de economía, Paulo Guedes, en las últimas semanas (quien dijo que con el dólar barato las empleadas domésticas viajaban a Disney y que los empleados públicos son “parásitos”)  han empeorado el panorama al profundizar la imagen impopular del rumbo económico.

El gobierno de Jair Bolsonaro: una criatura de dos cabezas

Si bien las reformas cuentan con amplio apoyo en el Congreso, no es seguro hasta dónde avanzarán durante este año. De la vereda de enfrente al gobierno, el expresidente Lula da Silva declaró ni bien abandonó la prisión en noviembre pasado: “el pueblo está pasando hambre, el pueblo está desempleado, el pueblo no tiene más trabajo en blanco, el pueblo está trabajando de Uber, el pueblo está trabajando de bicicleta para entregar pizza”. Desde los sectores anti Lula contraatacan recordando que fue durante la gestión del PT, en 2015, cuando se inició el proceso de pérdida de puestos de trabajo. Fueron 1,5 millones de trabajos formales menos en 2015 y 1,3 millones en 2016 (Dilma fue apartada en abril de 2016 mediante el inicio del juicio político).

Todo indica que la problemática del desempleo y de falta de calidad del trabajo entrarán de lleno en la campaña 2020, impulsado desde sectores de la izquierda como el Partido de los Trabajadores. Resta ver si el gobierno de Jair Bolsonaro ensaya un fortalecimiento de su agenda social y hasta dónde avanzará con la agenda de reformas estructurales.