El resultado de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) del domingo 11 de agosto que dieron un holgado triunfo a Alberto Fernández, candidato del Frente de Todos, generó pánico en los mercados y la suba del dólar en un 30%, suba que a la brevedad impactará en el precio de los alimentos y en el bolsillo de la gente. ¿Cómo es posible que el ejercicio más democrático que tiene la ciudadanía genere un impacto negativo en los mercados? ¿Será que los intereses y vivencias que atraviesa la sociedad nada tienen que ver con lo que ocurre en los mercados?
Antes de hacer un repaso por la historia de las últimas décadas, es preciso señalar tres cosas: a) No analizaremos aquí la respuesta de esta semana de los mercados por una supuesta “Venezualización” de la Argentina en el caso que triunfe Alberto Fernández, puesto que es un argumento que no tiene ningún asidero. Las gestiones peronistas nunca dejaron de pagar a los acreedores externos. En la misma dirección, el peronismo nunca expropió fábricas ni realizó ningún tipo de reforma agraria como se produjo en las experiencias comunistas (Rusia, China, Cuba, etc.); b) Hablar del “mercado” es una abstracción. El mercado es un conjunto de pocas personas de carne y hueso con inmenso poder y fortunas que influyen sobre las acciones y la moneda extranjera y el pequeño ahorrista que con mucho esfuerzo logra a fin de mes cambiar algunos pesos por dólares no es el que produce los sacudones financieros; c) Quien escribe estas líneas no es economista, sino historiador y además, un ciudadano muy preocupado por las oscilaciones de la economía que -como siempre- impactan duramente sobre los sectores medios y bajos, los más vulnerables de la sociedad, es por ello que no ingresaremos en cuestiones técnicas sobre bonos, letras, índices, etc.
Repasemos determinados momentos de la historia argentina del último medio siglo y veamos lo que ocurría con la ciudadanía y con los mercados. Procuraremos demostrar que circulan por carriles diferentes, en ocasiones antagónicos.
Para marzo de 1976, una dictadura asume el poder en la Argentina: autodenominada Proceso de Reorganización Nacional se propuso modificar estructuralmente el modelo de desarrollo pasando de una economía semi-industrializada, con protección arancelaria para el empresariado local y altos salarios para la clase trabajadora, a una economía centrada en la exportación agropecuaria y que otorgara grandes beneficios al mundo financiero (bolsa de comercio y bancos). Para llevar a cabo este plan debió exterminar a todos los sectores que se oponían: en primer lugar, trabajadores, pero también estudiantes, científicos, docentes, religiosos, etc. Mientras el terrorismo de estado se aplicaba sobre vastos sectores sociales, a través del secuestro, tortura y posterior asesinato;se prohibía la actividad sindical, política y no había libertad de prensa, el mercado financiero empezaba a disfrutar. Así, el mismo día que asumió Jorge Rafael Videla, el 29 de marzo de 1976, el Cronista Comercial informaba que se había aprobado un crédito del Fondo Monetario Internacional, que el mercado (luego de varios días de feriado cambiario) había operado con “tono expectante”, y que los valores de las acciones habían subido.
En mayo de 1989, nuevamente observamos estas situaciones antagónicas. El gobierno de Raúl Alfonsín, en retirada (ya había perdido las elecciones presidenciales) atraviesa momentos de extrema tensión por la remarcación diaria de los precios de los alimentos, los cacerolazos de las “amas de casa” y los saqueos a comercios que produjeron la represión de las fuerzas de seguridad y la muerte de humildes pobladores. ¿Y mientras tanto, que pasaba en la Bolsa porteña? El diario Clarín del 31 de mayo informaba que hubo un auge y una curva ascendente de gran nivel, que las tasas continuaron en alza, que aumentaron los títulos públicos dolarizados (con una suba del 28% en acciones y un salto del 78% en los Bonex) y que las acciones de las principales empresas subieron un 30%. En el mundo real, hambre y represión, en la burbuja financiera auge.
10 lecciones de las PASO 2019 en Argentina
El caso más emblemático de estos dos mundos antagónicos se observó el 20 de diciembre de 2001. El gobierno de Fernando de la Rúa inmerso en la crisis más profunda de la historia argentina, con la mitad de la población bajo la línea de pobreza, el corralito bancario y la represión y asesinato de manifestantes. Así, mientras en la Plaza de Mayo la Policía Federal cargaba contra la ciudadanía, a una cuadra de allí se frotaban las manos y se llenaban los bolsillos. Según nos informaba el diario Clarín del 21 de diciembre, la Bolsa porteña creció un 17.5%, la mayor suba en diez años, los bonos tuvieron ganancias de hasta un 25% y las acciones duplicaron su valor. En un espacio de dos manzanas, unos eran asesinados por las fuerzas de seguridad y otros se volvían más ricos.
Veamos el último caso: 27 de octubre de 2010, en la primera presidencia de Cristina Fernández se realizaba el Censo Nacional y en el Calafate moría Néstor Kirchner. Gran parte de la ciudadanía se conmovió profundamente al conocerse la noticia. Miles de personas, jóvenes en su mayoría, se dirigieron a la Casa Rosada para dar el último adiós al ex presidente. Al velorio asistieron ocho mandatarios sudamericanos y se vivieron escenas de inmenso dolor popular. ¿Y qué pasaba en la city porteña? El diario Clarín del 29 de octubre nos informaba que si bien fue un día de luto, los mercados habían vuelto a subir “dejando en claro que están convencidos de que vendrá un tiempo menos hostil hacia el sector privado, especialmente el financiero”. La bolsa subió 1.17 y el Índice Merval llegó a 2954 puntos, marcando un nuevo récord. Asimismo, los bonos tuvieron un alza increíble y hubo una suba de precios de las acciones de empresas como Edenor, Pampa Holding y Transener.
¿El mercado será amigable con Alberto Fernández?
En un mundo hambre, desocupación, represión, dolor y muerte de los sectores medios y bajos de la sociedad. En el otro, panzas y bolsillos llenos, no por el esfuerzo y el trabajo honrado sino producto de la timba y la especulación financiera.
Esperamos que este breve repaso por diversos hechos de nuestra historia impulse a la ciudadanía y a las clases dirigentes a prestar más atención a las necesidades y padecimientos de la gente humilde de carne y hueso y menos a los deseos y caprichos de los “mercados”.