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Branding personal: cuando lo importante es aprender "cómo ser"

Desarrollar una Marca Personal consiste en identificar y comunicar las características que nos hacen sobresalir, ser relevantes, diferentes y visibles.

Mujer libre
Mujer libre | Jill Wellington / Pixabay

Un poco de branding personal y una serie de reflexiones que surgen a partir de las varias salutaciones que recibí en el día Internacional de la Mujer; fecha que se conmemora desde el año 2011, proclamada por la Asamblea General de la ONU, como un día que celebra la igualdad de género y el empoderamiento femenino.

Hacer branding personal, consiste en encontrar aquello que nos diferencia de los demás y deja una huella propia: es aquello que se dice de nosotros cuando no estamos presentes. Se trata de identificar los puntos altos (y los bajos) tanto en lo que se refiere a nuestra imagen externa (que es importante, aunque no lo es todo) y nuestra imagen interna. De alguna manera, y aunque nuestra cultura más ligada a lo europeo lo mire con cierto resquemor, es la manera según la cual, nos “vendemos” y presentamos a los demás. No se hace branding personal para ser Frida Calo, o la Madre Teresa de Calcuta. Pero hay algo transversal en ellas: justamente, la marca que han sabido dejar en los demás.

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Desarrollar una Marca Personal consiste en identificar y comunicar las características que nos hacen sobresalir, ser relevantes, diferentes y visibles en un entorno homogéneo, competitivo y cambiante. 

En el día Internacional de la mujer, recibí en cadena, un comercial español de yogures. No pude encontrar cuándo es que fue emitido (claramente hace poco) pero me llamó la atención que lejos estaba de lo que intentaba comunicar. En él, varias mujeres bailan en una taberna, invitando a celebrar el hecho de ser mujer. Sin embargo, durante la danza festejan la importancia de levantarse temprano (Igual que mi esposo sic) llegar cansada y cocinar (el esposo se ve que no cocina, cuando hay cientos de hombres que sí lo hacen). Festejaban también tener 40 (las otras edades parece que te dejan fuera de batalla) y además, comprar ropa cara y viajar sola. En síntesis, una absoluta celebración de un compilado de cliches femeninos.

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En este punto, me puse a pensar qué es lo que queremos dejar como huella personal. Como marca personal. Las marcas en general, y muy especialmente las de lujo o premium en particular, se están replanteando el rol de “lo masculino”, mostrándolo de alguna manera como mas humanizado, más terrenal, más equilibrado. Ya no el macho que todo lo puede. Sin embargo, en lo que se refiera a la mujer, en materia de comunicación aún hay un inmenso camino que recorrer. Empezando, fundamentalmente, por la necesidad de dejar atrás estereotipos y mandatos. Los 30, los 40, los 50… la casa, viajar ¿sola? Los hijos, la escuela, el exceso de sentimientos positivos que ¿debe tener una mujer?

En Argentina, por suerte, se ha iniciado un proceso de cambio que, con algunos extremos, marcan pauta del inicio de un enorme progreso en esta materia. La alemana Clara Zetkin supo defender y proclamar sus derechos. Del mismo modo que la periodista polaca Rosa Luxemburgo, haciendo marca personal, demostrando, que se puede ser y pensar diferente.

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El 8 de marzo de 1957 cientos de trabajadoras textiles tomaron las calles de Nueva York en protesta por las pésimas condiciones laborales a las que eran sometidas. Tantos antecedentes, tanto esfuerzo. Es hora que dejemos de preocuparnos por los estereotipos femeninos. No necesitamos ser Frida, ni Coco, ni Marie Curie. Basta, por sobre todo, que sepamos descubrir cual es nuestra marca personal, aquello que nos hace diferentes.