OPINIóN
Elecciones 2019

El colectivo de mujeres poco presente en el debate presidencial

Llamó la atención la casi nula presencia del colectivo de mujeres. Los candidatos se mostraron la mayor parte del tiempo ajenos a estas demandas del colectivo de mujeres.

Candidatos en el estrado del debate 20191013
los candidatos debaten. | Agencia Telam

Mientras se iniciaba el Debate Presidencial 2019 finalizaba la marcha de decenas de miles de mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries en un nuevo Encuentro Nacional, esta vez en la ciudad de La Plata. En una Argentina que sorprende positivamente a la región y al mundo por la vitalidad, diversidad y protagonismo del movimiento de mujeres y los feminismos, llamó la atención la casi nula presencia de ese enorme colectivo en el debate presidencial. No solo porque ninguna de las seis fuerzas políticas que competirán en las próximas elecciones generales lleva una mujer como candidata a presidenta, sino porque los candidatos se mostraron la mayor parte del tiempo ajenos a estas demandas.

Fue el candidato del Frente de izquierda, Nicolás del Caño, quien tuvo más presente al colectivo de mujeres y sus demandas aún antes del bloque en el que (casi obligadamente) habrían de mencionar los “temas de género”. En ese sentido, es curioso mencionar el debate a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ocurrido unos pocos días atrás, donde los candidatos (nuevamente, todos varones) casi no presentaron ninguna propuesta vinculada con la igualdad de género ni aún en el segmento expresamente previsto para ese tema.

 

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Derechos humanos, género y diversidades: los dolores que quedan

En esta oportunidad, los candidatos a presidente cumplieron en repasar entre sus propuestas y compromisos con algunos de los temas más urgentes de la agenda por la igualdad de género. Principalmente, se refirieron a la violencia doméstica y los femicidios (que en su amplia mayoría son cometidos por parejas o ex parejas, ante el fracaso de las medidas de protección del Estado) y, en menor proporción, los derechos sexuales y reproductivos con algunas menciones al derecho al aborto legal, ya sea en su apoyo o en franca oposición.

No hubo referencias a otras violencias hacia las mujeres y disidencias, como por ejemplo el acoso callejero, la violencia institucional o la violencia laboral, que atenta contra el uso del espacio público y las condiciones para la permanencia en el empleo, afectando así la autonomía económica de las mujeres. Estuvo casi ausente la vinculación entre la mayor tasa de desempleo y el trabajo informal de las mujeres (en especial las mujeres jóvenes) y sus causas: la desigual organización social del cuidado, que es injusta tanto en términos de género como en términos socioeconómicos.

La educación no fue prioridad en el debate presidencial

La reducción de los “temas de género” a los temas de “mujeres” y su confinamiento al segmento especialmente destinado a tal fin no pudo sortearse ni aún con la mención del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, de su decisión de crear un Ministerio de la Mujer y las Disidencias. La defensa de su creación (frente a la acusación que sería generar más “burocracia” para el Estado) en relación con la posibilidad que significaría para la ampliación de derechos, no ofreció mayores precisiones sobre la necesidad de atravesar todo el quehacer del Estado con una perspectiva de género.

Estuvo ausente en el debate este análisis interseccional de las políticas propuestas para las relaciones internacionales, la situación económica, las políticas de salud y de educación desde una mirada de género, analizando las brechas que persisten (para las mujeres, lesbianas, trans y travestis). La breve referencia formulada Mauricio Macri en un enunciado Plan de Igualdad de Oportunidades, no incluyó una explicitación de su contenido.

Debate Presidencial: positivo aunque con pocas nueces

Además, el eje de diversidad excluyó a la niñez, donde poco se acordaron de las deudas con los derechos de la infancia y la adolescencia (incluyendo la tan demorada ratificación del nombramiento de quienes deben integrar la Defensoría cuya creación ordena la ley desde hace 14 años!) y la necesidad de garantizar la continuidad y profundización del Plan ENIA para reducir los embarazos no intencionales en la adolescencia. Nadie mencionó siquiera al pasar los derechos de las personas con discapacidad, ni el derecho al cuidado, que involucra las relaciones de género, relaciones intergeneracionales y que requieren de manera urgente respuestas del Estado Nacional y los Estados Provinciales, involucrando tiempo, dinero y servicios para el cuidado.

Entrampados algunos candidatos en una discusión recortada sobre qué son los derechos humanos y cuál es su actualidad, olvidan que los derechos sociales, económicos y culturales son parte de los compromisos del Estado, para varones, mujeres y toda la diversidad de personas que, con sus distintas identidades y desde toda la diversidad de sus circunstancias, tienen derecho a escuchar de este debate democrático propuestas más integrales, debidamente financiados y con el compromiso de darles la jerarquía que merecen para que la subejecución de su presupuesto no sea una posibilidad

La próxima cita del debate presidencial tomará otros ejes temáticos: seguridad, empleo, producción e infraestructura; federalismo, calidad institucional y el rol del Estado; desarrollo social, ambiente y vivienda. En todos estos temas, las especificidades de género son notables y fundamentales. Ya libres del mandato explícito, ¿tomará alguno de los candidatos una perspectiva integral de género y derechos humanos al analizar estos temas?