La base del crecimiento de una nación esta en la credibilidad de su gobierno y fortaleza de las instituciones, y Alberto Fernández dinamitó esa credibilidad en apenas treinta días de gestión. En su primer mes de mandato, “El Capitán Beto” obtuvo los siguientes logros: nos metió una devaluación que llevó el dólar a $82 y cínicamente lo llamaron “solidario”, al tiempo que nos decía: “Tenemos que terminar con esa práctica de ahorrar en dólares” en un país que solo en diciembre registró inflación del 3,7% y en 2019 el 53,8%. Luego ajustó a los jubilados más que a cualquier sector mientras tomaban mil millones de dólares de la Anses para gasto corriente. También en estas semanas volvió a enfrentarse con el campo, incrementando las retenciones dejándolo en estado de asamblea, nos metieron un aumento en la alícuota de bienes personales, llevaron el nivel de emisión a un estado alarmante, la deuda aumentó en 12 mil millones de dólares sólo en diciembre y mágicamente congeló tarifas y combustibles; todo esto mientras se daban el lujo de decir "adiós billetes de animales", un caprichito que nos costaría seis mil millones de pesos mientras se rasgan las vestiduras por el hambre.
Alberto Fernández recibió al ex juez Garzón con el "tribunal ético del Lawfare" en la mira
En efecto, nos metieron la mano en el bolsillo a más no poder para alimentar el formidable gasto de un aparato político que significa tener 21 ministerios (incluida la JGM), 84 secretarías y 169 direcciones nacionales, pero ¿hay plan económico? Todo indica que el único plan es recaudar para sostener ese gasto infernal que ahora pide incorporar y reincorporar a los soldados de la revolución inconclusa de Lázaro Báez y el club de Puerto Madero. Pero todo esto tiene consecuencias, Amazon anunció que no invertirá 800 millones de dólares y la salida de capitales alcanzó u$s 322 mil millones superando la deuda pública. Capítulo aparte merecen la negociación de la deuda con el FMI y ese amague de Kicillof de mandar la Provincia al default por poco dinero. Es decir, en materia económica no hace falta ser vidente para saber que no habrá inversión ni generación de empleo, solamente van a recaudar y meter más presión a los privados para bancar la fiesta populista.
Esa falta de gestión necesita circo para funcionar y ganar tiempo político, por eso Alberto Fernández festejó el cumpleaños de su perro Dylan en las redes sociales, usa siempre que puede lenguaje inclusivo (algo único en el mundo por lo ridículo y que nos degrada como sociedad a niveles subterráneos), dio rienda suelta a Victoria Donda para que use al INADI con el fin de perseguir adversarios políticos, sentó en el sillón de Rivadavia a Tati Almeida al tiempo que inaugura una placa conmemorativa (lo más parecido a volver a inaugurar canillas como lo hacía Cristina), envió a sus Ministros a controlar precios y convocó a un Consejo que no puede resolverle el hambre a nadie. Esta secuencia de actos para la tribuna tuvieron su cúspide cuando el Presidente entregó casi como propias obras de Mauricio Macri sin tener al menos la delicadeza de hacer mención o invitar a ex funcionarios al evento.
El capítulo de la gestión y los nombramientos no tiene desperdicio, crearon ministerios para todos los gustos incluido el de las mujeres, género y diversidad (como si no pudieran abordar la temática desde una Dirección), luego nos enteramos que le dieron trabajo a Daniel Reposo en la AFIP (quien fue impugnado para ser Procurador General por falta de aptitud en el 2012). El otro que ligó un laburo fue Martín Sabbatella como presidente de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (mientras aún es investigado por administración fraudulenta). La gestión del Ministerio de Seguridad se destacó por retroceder en lo poco que se había avanzado, derogaron protocolos y la ministra se presentó desalineada frente a las fuerzas como verdadera falta de respeto. El Canciller nos sorprendió tuiteando sobre un chancho (que era cordero) arrojado desde un helicóptero al tiempo que en lugar de condenar a Irán hacía un llamado al diálogo que nadie le pidió dejando al país y en especial su persona en ridículo.
En un mes Alberto nos ha enfrentado a los Estados Unidos logrando que este país nos de la espalda y apoye a Brasil para sumarlo a la OCDE. Este es el gobierno que piensa que el Vaticano nos va a solucionar el problema que tenemos con el FMI, dialogando con los europeos que son los que gastan y tratando de ignorar a los americanos que son los que ponen. Dieron el estatus de refugiado a Evo Morales, que se dedicó a hacer proselitismo y a sugerir el armado de fuerzas paramilitares para derrocar a un gobierno constitucional. La comparación que hizo Fernández entre Chile y Venezuela en relación a los hechos de violencia nos dio mucha vergüenza. Desde el 2016 unos 18 mil venezolanos murieron a manos de las fuerzas de Maduro, siete mil ejecutados sumariamente. Esa apología de las dictaduras tiene un gran costo para el país, y el gobierno de los “solidarios” parece que quiere formar parte del club que apoya a Irán, China y Hezbollah.
El modelo productivo de matriz diversificada con inclusión social no logró la revolución de Puerto Madero por las mismas razones que la "Ley de Solidaridad y Reactivación Productiva" no va a llenar la heladera; la razón es simple, siguen defendiendo con la vida recetas económicas agotadas hace décadas, hacen gestión a través del ministerio de la venganza y fundan las relaciones internacionales en caprichos ideológicos.
* Abogado. Ex Candidato a Diputado Nacional por el partido “Unite por la Libertad y la Dignidad”, CABA.