Nos plantean opciones irreales, espejismos para una sociedad que ya está agotada de promesas que no se cumplen. La política es todo lo contrario a lo que vemos: políticos que gobiernan para resolver sus problemas. No podemos aceptar ahora las falsas opciones entre pandemia y educación. Mucho menos aceptar que en nombre del coronavirus se avance sobre la república, la libertad y la justicia.
Cada vez que el gobierno nos dio a elegir entre dos opciones destruyó ambas. Era falso que había que elegir entre la salud y la economía. ¿Acaso lideramos el ranking de países con menos contagios? Argentina superó a España y está en el séptimo puesto, según los últimos datos reportados a principios de octubre por la universidad estadounidense Johns Hopkins. En Inglaterra hablan del desastre de la cuarentena argentina, la más larga del mundo, con uno de los índices de contagios más grandes del planeta. Empresas que se van del país, desempleo en aumento y grandes problemas de inseguridad que ya habían sido superados.
¿Y los más jóvenes? ¿Y la educación? ¿No hay clases presenciales hasta que salga la vacuna? ¿Y si la vacuna llega en 10 años? ¿Nadie en el gobierno se hizo esta pregunta?
El 85% de los padres notaron cambios en el estado emocional y el comportamiento de sus hijos; aburrimiento, irritabilidad, nerviosismo, sentimientos de soledad y depresión. Se está empezando a destruir el futuro de una generación por una cuarentena que no baja los índices de contagios.
Argentina vuelve a tener un gobierno sin políticas de Estado, sin una estrategia a corto ni a largo plazo para salir adelante.
No hace falta un gobierno de científicos. Hace falta un gobierno con verdadera justicia social. Necesitamos devolverle a cada argentino su dignidad robada. Justicia social es que nuestro esfuerzo tenga resultados. Justicia social es que nos dejen producir. Justicia social es que los impuestos no nos roben la dignidad de trabajar y crear trabajo. Justicia social es poder salir a la calle sin temor a que nos maten.
Necesitamos un Estado presente, austero, democrático y con políticos que piensen en los argentinos y con opciones reales para la gente.
Todavía somos muchos los que sabemos que no es solo una ilusión, los que vamos a seguir peleando para tener un país que sea noticia por los logros y no por los desastres.
(*) Presidente del Honorable Concejo Deliberante de Tigre (HCDT). Concejal de Juntos por el Cambio.