Las personas travestis, transexuales y transgénero, constituyen uno de los sectores de la población que más sufre la discriminación y estigmatización. Esto es evidente cuando tenemos en cuenta un dato alarmante: su esperanza de vida ronda entre los 35 y 40 años.
Desde muy temprana edad, las personas trans enfrentan una exclusión sistemática que tiene consecuencias directas sobre su posibilidad de desarrollar de forma autónoma su proyecto de vida.
Esta situación de discriminación histórica les impide lograr la inclusión social, familiar y económica para poder vivir libremente, afectando de forma directa su acceso a derechos tales como a la salud, educación, trabajo, vivienda y seguridad.
Este contexto de discriminación, además, puede generar conductas de autoexclusión, baja autoestima y frustración por la imposibilidad de ser y sentir libremente y las restricciones, desigualdades y violencias a la que se ven muchas veces expuestas.
Quiénes son las primeras personas en cubrir el "cupo trans" en el Estado
La realidad es que la Argentina fue pionera en otorgar derechos en favor de la diversidad sexual y de género con leyes como la de matrimonio igualitario, sancionada en 2010, y la de identidad de género, en 2012. En la Ciudad de Buenos Aires contamos también con normativa que, desde la misma Constitución en el artículo 11 y la ley antidiscriminatoria, protege específicamente a este colectivo. Sin embargo, aun contando con legislación que garantizan sus derechos, sabemos que la discriminación muchas veces impide que accedan a ellos.
En este sentido, la reciente media sanción del proyecto de ley de cupo laboral travesti trans es un nuevo avance no solo para la ampliación de derechos, sino también para incorporar herramientas que faciliten el acceso efectivo.
Como conocemos estas dificultades es que desde la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires venimos trabajando en la reparación de las desigualdades estructurales que afectan a la población trans, al abordar de manera simultánea la erradicación de la discriminación, mientras trabajamos en la atención y acompañamiento, de manera articulada con todas las áreas de gobierno, para lograr el acceso efectivo de la población trans a sus derechos.
En este sentido es que, desde el programa BA Convive que dicta la Dirección General de Convivencia en la Diversidad, buscamos sensibilizar a distintos espacios de trabajo para que puedan reflexionar sobre sus prácticas a fin de alentar la inclusión, la buena convivencia y el respeto por la diversidad. Estos encuentros de reflexión comenzaron en 2016 y solamente durante el 2020 participaron 12.293 personas, lo que implica un paso adelante importantísimo en un camino de transformación cultural en pos de lograr mayor inclusión.
A su vez, desde 2017, la Ciudad de Buenos Aires cuenta con el Programa Integral de Acceso al Trabajo para personas Trans (PITT) que consiste en acercar oportunidades reales y formales al colectivo y realizar una tarea de acompañamiento y contención durante la búsqueda laboral y también una vez iniciada la contratación.
Este plan que promueve la inserción laboral tanto dentro del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como en el sector privado y en las organizaciones de la Sociedad Civil, hoy cuenta con una base de aproximadamente 700 aspirantes del colectivo trans y ya logró más de 100 inserciones laborales, 14 de las cuales ocurrieron durante el período de pandemia.
Cupo laboral para trans y travestis
Como sociedad se ha logrado un crecimiento exponencial, no sólo en las incorporaciones, sino que avanzamos mucho en generar una mirada inclusiva para pensar en fortalezas y capacidades de las personas como posibles integrantes de un espacio laboral, no desde su identidad de género, sino desde sus competencias, experiencias y todo lo que tienen para aportar.
Por eso, seguimos avanzando en la implementación de políticas públicas de forma articulada para lograr una transformación cultural profunda que requiere un compromiso por parte de toda la sociedad para que, cada vez más haya más espacios libres de discriminación y prejuicio eliminando cualquier barrera en el acceso a derechos.
Queremos que todas las personas puedan vivir y sentir libremente, con plena autonomía y sin violencias.
* Pamela Malewicz, Subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.