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Lammens le contesta a Sturzenegger: "Papá Noel no existe, la industria del turismo sí"

El ex titular del BCRA sostuvo la semana pasada en estas páginas, hablando de Previaje, que "Argentina es un país que ha perdido la razón y para regalar dinero el Estado tiene una eficiencia escandinava". Habló del costo de "usar recursos fiscales para pagar la mitad de algo" y adjudicó el éxito del plan al hecho de que "a cualquiera le gusta que sean otros los que paguen por el consumo propio". Aquí la réplica del mentor de Previaje.

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Vacaciones. Por cada $ 100 invertidos por el Estado se recuperarán $ 83, según Turismo. | cedoc

“Papá Noel no existe” nos recordaba agudamente hace una semana Federico Sturzenegger en este mismo diario al criticar Previaje, una política que ya utilizaron más de 3,5 millones de argentinos, incluida la propia familia del ex titular del Banco Central, según contó él mismo.

Que Papá Noel es una fantasía lo sabe cualquiera que no sea un niño. Pero las políticas públicas heterodoxas, creativas e innovadoras, a favor de la gente, el trabajo y las industrias, son una realidad muy concreta y muy necesaria en contextos de crisis. Y eso lo debería saber cualquiera que sea, haya sido, o pretenda ser funcionario en nuestro país.

Las críticas de Sturzenegger son una serie de enunciaciones dogmáticas y descontextualizadas que no consideran el peso del sector turístico en la economía nacional ni su capacidad como herramienta estratégica para salir de la crisis actual. El principal error de su columna es que analiza una política pública que llega a millones desde una mirada de clase, que roza lo egocéntrico, y no le permite ver el impacto positivo que Previaje logró.

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El turismo en la Argentina genera más de un millón de puestos de trabajo, 9% del PBI

El turismo en la Argentina genera más de un millón de puestos de trabajo, representa alrededor del 9% del PBI y antes de la pandemia era el cuarto complejo generador de divisas de nuestra economía. Una industria de tal peso merecía una política como Previaje: innovadora, disruptiva, eficiente en el uso de los recursos públicos y profundamente federal.

Desmenucemos entonces la medida en cuestión con datos concretos: Previaje fue una política original, que salió del esquema de subsidios y transferencias tradicionales. Gracias a los ATP y a los Repro, claves durante la peor etapa de la pandemia, se lograron preservar decenas de miles de empresas y puestos de trabajo. Sobre esa asistencia fundamental surgió Previaje, para movilizar ahorro privado (más de 85 mil millones de pesos que las familias tenían inmovilizados), inyectar liquidez, dar previsibilidad y poner a trabajar a las empresas. En plena pandemia, los hoteles tomaron reservas, las aerolíneas vendieron pasajes y las agencias ofrecieron paquetes. Previaje no solo sostuvo a miles de pymes turísticas durante la peor crisis de la historia del turismo producto de la pandemia del covid- 19; también consiguió que el sector empezara a generar empleo de manera muy veloz en todo el país para afrontar una temporada de verano que promete ser récord.

Previaje promueve la formalidad por duplicado, tanto en la preventa como en el uso del crédito, en un sector caracterizado por una mayor informalidad que la media de la economía, permitiendo al Estado Nacional incrementar la recaudación fiscal del sector y recuperar gran parte de la devolución del 50%.

En términos de impacto económico, debe tenerse en cuenta que $ 1 gastado por un turista genera un efecto multiplicador en la producción de la economía en su conjunto de $ 1,57 en términos de Valor Bruto de Producción, de $ 0,88 en términos de Valor Agregado Bruto y de $ 0,32 en recaudación, de acuerdo a simulaciones con la Matriz Insumo Producto.

Siguiendo con la lógica de esta matriz, si sumamos el gasto inicial en concepto de compras anticipadas por parte de los turistas ($ 70.210 millones, descontando el IVA) más el gasto del crédito aportado por el Estado ($ 35.105 millones, también descontando el IVA) obtenemos $ 105.315 millones de gasto total. El efecto total en la recaudación es de $ 35.275 millones, es decir, un 83% del costo fiscal del programa que ronda los $ 42.500 millones. Para decirlo simple y claro: por cada cien pesos que invirtió el Estado Nacional en Previaje, recuperó 83.

Más allá de los méritos fiscales e impositivos de Previaje, otra arista virtuosa de este programa es que los principales centros emisores de turistas fueron Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Estos generaron el 83% de las compras anticipadas del programa. En contraposición, los destinos Río Negro, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Mendoza, Misiones y Neuquén capturaron el 55% de las compras anticipadas, representando, a su vez, únicamente el 11% del origen de los viajes.

Esta redistribución territorial se refuerza cuando observamos que el gasto del crédito se realiza mayormente al momento del viaje, dinamizando las economías regionales y federalizando los recursos que aporta el Estado. De esta forma, Previaje implica una fenomenal transferencia de recursos desde los grandes centros urbanos hacia las cadenas de valor regionales, generando oportunidades de trabajo para los jóvenes en sus lugares de origen.

Previaje es la política más importante de la historia para el sector turístico

Me detengo en un punto fundamental de esta política. Previaje le permitió a millones de compatriotas poder tener unas vacaciones. Lo sabemos porque nos escriben en redes, por mail, a nuestros teléfonos de a miles para agradecernos la oportunidad que les dio este beneficio. Pero también fue un incentivo determinante para que una franja de la clase media y media alta que habitualmente se toma sus vacaciones en Uruguay, Brasil o EE.UU., decidiera este verano viajar por los destinos maravillosos que tiene nuestro país. Eso no solo implica reactivación económica, destinos ocupados al 100% en gran parte del país y generación de empleo. Eso también significa que miles de millones de dólares que se van por la cuenta Turismo se queden en el país, con lo importante que es cuidar las divisas en este contexto en el que la Argentina está renegociando una deuda gigantesca con el FMI que contrajo, vaya paradoja, el gobierno de Sturzenegger.

Previaje es, definitivamente, la política más importante de la historia para el sector turístico. Lo reconocen las empresas, los gobernadores de las provincias sin distinción de color político, lo celebran los turistas que se volcaron masivamente a utilizarla, lo plantea la Organización Mundial del Turismo, y también los países de la región, como Ecuador y Perú, que nos han pedido colaboración técnica para replicarlo.

En este sentido, apelo a la honestidad intelectual de Sturzenegger y lo invito a que cuando se vaya de vacaciones por la Argentina junto a su familia con el beneficio de Previaje, hable con los protagonistas de esta historia: los hoteleros, los dueños de agencias de excursiones, los guías, los mozos de los restaurantes, los artesanos que venden en la feria del pueblo, los que venden productos regionales. Que les pregunte qué piensan de Previaje. Se va a sorprender, o no.

Papá Noel no existe, Federico, está claro. Pero un Estado que proteja y promueva de manera inteligente a una industria estratégica para el futuro del país sí puede y debe existir. Se trata de ser realistas, pero creativos, entendiendo las restricciones, pero no para paralizarse sino para agudizar el ingenio, trabajando con un sector privado que invierta en serio, usando de manera responsable y virtuosa los recursos públicos, cuidando el trabajo de los argentinos y, fundamentalmente, amando a nuestro país.

*Ministro de Turismo y Deportes de la Nación.