Hablar de los vínculos que existen entre el dinero y la justicia suele ser problemático, y lo es al menos por tres motivos. Uno tiene que ver con que, al menos la mayoría de sus integrantes, no pagan el impuesto a las ganancias. Otra de las cuestiones está ligada a la presunción de supuestos eventos indebidos de enriquecimiento por parte de determinados actores judiciales. Por último, el hecho de que sus sueldos son considerablemente altos si se los compara con los del resto de empleados y empleadas estatales.
La reciente la decisión del conjuez de Lomas de Zamora Juan Manuel Álvarez Echagüe sobre aumentar el sueldo a los jueces bonaerenses pone en discusión el último de los tres tópicos que vinculan a la plata y el ámbito judicial. Sin embargo, no se trata de una discusión lineal.
Un conjuez de Lomas de Zamora ordenó a Kicillof que aumente sueldos de jueces provinciales
- En primer lugar, porque cuando se les consulta a quienes trabajan en la justicia de la provincia de Buenos Aires si sus sueldos son buenos, la respuesta prácticamente unánime es afirmativa. Incluso advirtiendo que tanto las jerarquías como la antigüedad son factores importantes a la hora de recibir su remuneración, la gran mayoría considera a esta última como satisfactoria. Dicha percepción parece tener respaldo en cuestiones reales dado que respecto a otros empleos del sector público -como la educación, la salud o la seguridad- los ingresos de quienes forman parte del ámbito judicial son indudablemente altos.
- En segundo lugar, no se trata de una discusión lineal porque si bien quienes trabajan en la justicia bonaerense -en particular sus funcionarios- ganan una cantidad significativa de dinero, esto último no nos ayuda a entender del todo el reclamo del Colegio de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires por un importante incremento salarial. Dicho de otra manera, ¿por qué para estos actores judiciales el buen sueldo que perciben no es un sueldo justo? Para contestar esta pregunta, quizá haya que distinguir dos cuestiones.
Por un lado, aquello que podríamos definir como abundancia absoluta, la cual explica que, en relación con el conjunto de la sociedad, su fuente de ingreso sea evaluada como cuantiosa, o lo que es lo mismo, que cuando el punto de equiparación de los actores judiciales bonaerenses es extrajudicial, se evidencia una valoración positiva de sus sueldos.
Por el contrario, la abundancia relativa es la que permite comprender la disconformidad de quienes perteneciendo a la provincia de Buenos Aires estiman que por un trabajo similar perciben mucho menos que sus colegas de la justicia federal; en este sentido, si la comparación es intrajudicial, sus buenos sueldos les parecen injustos.
La realidad con la que comparan su propia realidad los actores judiciales bonaerenses para exigir un aumento salarial no es la del conjunto de la sociedad
Como sugería el sociólogo francés Pierre Bourdieu, lo real es relacional, y la realidad con la que comparan su propia realidad los actores judiciales bonaerenses para exigir un aumento salarial no es la del conjunto de la sociedad, sino con quienes trabajan de los mismo que ellos, pero en el ámbito federal.
Desde luego que sería muy importante una discusión profunda acerca de los ingresos que obtienen quienes trabajan en la justicia, sea la jurisdicción que sea, porque sus sueldos son objetivamente superiores en relación con el resto de las empleadas y los empleados estatales. Pero si queremos interpretar por qué para los operadores jurídicos bonaerenses un buen sueldo no es un sueldo justo, habría que analizar además la diferencia entre la abundancia absoluta y la abundancia relativa.
*Investigador del Conicet.