En los últimos años el mundo que vivimos se volvió tan complicado que fue necesario definir un nuevo concepto para tratar de describirlo y, a su vez, entenderlo y enfrentarlo. Para ello, el antropólogo y futurista estadounidense Jamais Cascio creó el acrónimo “BANI”, cuyas iniciales en español significan “frágil, ansioso, no lineal e incomprensible”.
Este mundo BANI sometió a las organizaciones y a las personas que las conforman a un gran desafío, tras el sacudón inesperado que significó la pandemia del COVID-19. Debimos adaptarnos velozmente a nuevas reglas de juego, mientras nos aislábamos y, al mismo tiempo, tratábamos de descifrar de qué se trataba el virus.
La ciencia debió romper paradigmas y protocolos en la consecución de vacunas para atenuar los efectos de la enfermedad que se llevó muchas vidas humanas y dejó secuelas en otras tantas.
Por su parte, las organizaciones debieron responder rápidamente a la crisis, y sus líderes debieron reconvertirse en una suerte de terapeutas de los miembros de sus equipos. Los canales de comunicación cambiaron, tanto en entornos 100% virtuales, como presenciales, y también mixtos (híbridos).
Claves de los líderes resilientes
Un video de YouTube de hace 2 años, llamado El futuro del trabajo después del COVID-19, elaborado por la consultora Mc Kinsey, nos muestra cómo la pandemia requirió de innovación para salir adelante.
La irrupción del COVID en el mundo profundizó aún más la crisis de la llamada “transición ocupacional” y por lo tanto aumentó los desafíos de los gobiernos y organizaciones para procurar el empleo y la capacitación necesarios para hacerles frente.
La economía mundial colapsó frente a lo inesperado y aceleró la necesidad de innovación para superar las complicaciones y problemática derivadas de esta complicada realidad.
Reinventarse para sobrevivir en el mundo BANI
El informe de Mc Kinsey señala cómo los cambios en el mundo laboral provocaron y siguen modificando la demanda de puestos de trabajo. Mientras aquellos que requieren la realización de tareas rutinarias van desapareciendo (azafatas y transportadores de equipaje), otras se fortalecen (enfermeras y maestros).
A la vez, otras aparecen (fundamentalmente en el área tecnológica, que avanzó más aceleradamente, empujada por la necesidad). Un ejemplo es el desarrollo de los drones necesarios para el transporte de productos medicinales y vacunas. Algunos negocios como el gastronómico, debieron reinventarse para sobrevivir, generando propuestas de envío a domicilio y un mejor servicio.
También las ventas on-line se convirtieron en una opción necesaria, así como el desarrollo de soluciones de pago on-line a través de aplicaciones se convirtió en un cambio que, resistencias mediante, fue aceptado y aplaudido.
Todos estos últimos cambios llegaron, no solo como respuesta a las necesidades creadas por la pandemia y el aislamiento, sino para quedarse y seguir mejorando día a día para asegurar competitividad de las organizaciones.
Reinventarse con creatividad y capacitación
Hoy más que nunca, debemos hablar de aprendizaje continuo para poder hacer frente al nivel de problemática post pandemia.
Es por ello que se hacen necesarias tanto la actualización en contenidos relacionados con las ocupaciones más demandadas, como la actualización en temas de gestión (blandos), tanto a nivel de líderes, como del resto del personal, para adquirir las habilidades requeridas para afrontar los problemas y dificultades que se renuevan diariamente.
La salida de la crisis sigue siendo la innovación, acompañada de su “prima hermana” la creatividad, para la solución de problemas que cada vez son más frecuentes e igual de urgentes.
Hoy más que nunca tenemos que estar siempre en la línea de salida preparados para arrancar con nuevas opciones, para ser competitivos y salir airosos en la carrera.
Ustedes… ¿están preparados para este desafío?
* Lic. MBA,Profesora titular de Cambio Organizacional e Innovación; Posgrado de RRHH, USAL/SUNY.
