Casi todos nos referimos al Año Nuevo judío como Rosh Hashaná. Sin embargo, Rosh Hashaná es una denominación creada por los sabios de Israel. La denominación bíblica de esta festividad es “Zijrón teruá” (Levítico 23:24) o “Iom teruá” (Números 29:1), que se traducen respectivamente como “recordatorio de toque” o “día de toque”, en referencia al toque del shofar.
A partir de este dato, podemos deducir que el elemento central de esta festividad no es solamente el hecho de ser el Año Nuevo sino principalmente tocar el shofar. Por ello, la misvá más importante es escuchar el sonido del shofar. Este año, de manera extraordinaria, como el primer día de Rosh Hashaná cae en Shabat, no se toca el shofar ese día y solamente se toca el shofar el segundo día de Rosh Hashaná.
Rosh Hashaná y el shofar
¿Por qué es tan importante tocar el shofar?
El sonido del shofar simboliza el despertar del corazón acongojado: es una convocatoria a despertarse, analizar nuestros actos, recordar al Creador y retornar a Él. En otras palabras, es un llamado de atención para volver a la senda del bien, dejando a un lado el egoísmo y la vanidad. El shofar provoca una especie de estremecimiento interno, de temblor emocional que lleva a un replanteo existencial.
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El aporte psicológico al mejoramiento de la sociedad que inventó el judaísmo es el valor de los símbolos. Los símbolos son gestos, expresiones y posturas casi insignificantes, breves y puntuales que tienen el poder de generar un cambio de actitud. Así como quien estando deprimido al sonreír, aun forzosamente, genera un cambio de ánimo; así también cada expresión de amor, de respeto, cada postura de valor, cada gesto de solidaridad, aun simbólico, formatea el cerebro para seguir así con esa influencia.
Rosh Hashaná: el nacimiento del ser humano y su dilema existencial
El shofar es el símbolo por excelencia del pueblo judío para despertar del letargo, de la autoflagelación, la victimización, la autocomplacencia, la depresión, la falta de esperanza, y de tomar acciones firmes constantes diarias, inspiradas en ese acto breve simbólico que escuchamos una vez al año por solo breves minutos.
Solo necesitamos unos minutos para mejorar toda una vida.
