OPINIóN
Reflexión

Salud mental en Argentina: ¿una ilusión?

Es difícil construir consensos sobre un tema en el que están en juego no solo la salud sino también la identidad y la capacidad de relacionarse siguiendo los códigos sociales. Cuando se lesiona, la libertad puede ser coartada y esto en sí, ya es una locura.

Salud mental
Salud mental | Agencia Shutterstock

Quien puede definir con certeza que es salud mental sin oponer de inmediato que es una enfermedad mental. El humano es el único ser cuya muerte acontecerá sin saber ni cómo ni cuándo sucederá.

El saber cierto de su existencia finita y el no saber nada lo lleva a constituirse en su ser acorde a las circunstancias que le hayan tocado para recorrer ese camino que desconoce, que debe construir dando espacio a su deseo de hacerlo y a la vez obtener algún placer en su tarea. Encontrará obstáculos, condiciones, amor, injusticias y heridas en su cuerpo y en su sentir que podemos llamar su alma (¿su mente?).

Su destino lo conmueve, lo vuelve narcisismo. Se defiende y necesita temple espiritual para elevarse como sujeto único inserto en un mundo que le es ajeno y compartido por otros, el “otro” que es tan único como él y con quienes tiene que aprender a relacionarse, compartir códigos. Leyes, engendrar ideas y luchar por su libertad, por su lugar: su identidad. Cómo definir hablar de Salud Mental como algo consensuado y determinado considerando la complejidad inevitable en que el sujeto se constituye.

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A esto se agrega en qué contexto social se desarrolla la salud mental.

Cuando se produce un caos social, malestar de la cultura, aparece un desorden interno insoportable de una conciencia en conflicto. Ante el desorden social surge una necesidad de orden y con ello el peligro de fundamentalismos y totalitarismos provocando reclamo por la libertad. Si el exceso es el caos o reclamo de orden. En estas circunstancias puede aparecer sensación de locura como naturaleza perdida, como extravío del deseo. 

En un medio más espeso, se evidencia un riesgo de locura donde el hombre pierde su verdad; la locura es percibida en el horizonte social de la pobreza y se convierte en el estigma de una clase que ha abandonado la ética burguesa. Locura entonces es la imposibilidad del pensamiento, incapacidad de trabajar, incapacidad de integrarse al grupo.

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En un espacio social en vías de reestructuración, (como puede ser una anomia) surge temor a la locura donde se pierde conciencia entre trabajo, ganancia y virtud. Cuando la razón se ve lesionada, la libertad puede ser coartada y esta situación deviene esencia de la locura. El ser humano está dominado por la vida, la historia y el lenguaje, y está inserto en un espacio humano ya institucionalizado.

Cuando una sociedad se vuelve caótica (como concepto de lo tanático), estas condiciones desaparecen y surge temor a la locura como verdad cotidiana de la pasión, violencia y crimen. Es estar inserto en un mundo carente de valores.

En síntesis, la falta de salud mental remite a la pulsión de muerte y poner en palabras estas vicisitudes es enfrentarse con la locura, situación tan temida en nuestra sociedad. Por lo tanto, hablar de Salud Mental en un medio incierto, anómico, sin horizonte, es remitirse al temor a la locura.

*Silvia Cornejo, Lic. y Psicoanalista, Matrícula 754N
**Inés Barbera, Dra y Psicoanalista, Matrícula MN41884