Para poder llevar adelante la gestión de cualquier compañía resulta impensado hoy no contar con la ayuda de la tecnología. Los sistemas integrados de gestión son aquellas soluciones que permiten no solo automatizar los procesos de negocio, sino también brindar información que ayude en la toma de decisiones. ¿Cuáles son sus beneficios?
En términos generales, estas herramientas nos permiten estandarizar y automatizar los procesos dentro de una empresa u organización, gracias a la implementación de mejores prácticas de mercado, que cubren la mayoría de las operaciones del negocio. Asimismo, nos ayudan a cumplir con normativas vigentes y también integrar información independientemente del área que genere el dato.
Cabe preguntarse además si hay un solo tipo de sistema integrado o varios, y si se pueden complementar. En este sentido, primero es importante aclarar que dentro de una misma empresa pueden y suelen coexistir distintos sistemas integrados de gestión, según los procesos de negocio que se automaticen: abastecimiento, producción, contabilidad/finanzas, recursos humanos, ventas, atención al cliente, marketing. Dichos sistemas son más conocidos por sus siglas en inglés como: ERP (enterprise resource planning) , CRM (customer relationship management), HCM (human capital management), SCM (Supply Chain Management), “soluciones de nicho” o “verticales de industria”.
Dependiendo de la estrategia de las compañías, todos pueden pertenecer a un mismo proveedor tecnológico, o a varios. Pero, en definitiva, lo importante es que funcionen en forma integral para asegurar la veracidad del dato y, por lo tanto, la toma de decisiones. En ese sentido, existen varios sistemas integrados según el proceso de negocio que se busque resolver; pero, cuando hablamos de un mismo proceso de negocio, el mismo suele (y debería) resolverse con un único sistema: un único ERP, un único CRM. Las compañías que los proveen y son más conocidas, por ejemplo, son: SAP, Oracle, Salesforce, Microsoft, Workday, como también Calipso, Totvs, Infor, Bejerman, Tango.
Según la necesidad de la compañía, los procesos que se deben resolver, su presencia (local, regional o global) y los requerimientos legislativos puede variar la aplicabilidad de un sistema de gestión versus otro. Cabe destacar que, gracias al auge de los sistemas de gestión en modalidad SaaS, se ha avanzado en la posibilidad de acceder a sistemas “world class” sin la necesidad de realizar grandes inversiones, democratizando el acceso a la tecnología de punta.
En general, la aplicación de este tipo de sistemas requiere de un proceso previo de entendimiento de las necesidades, mapeo de prioridades y planificación de la ejecución. Esto ocurre ya que es de vital importancia que, al realizar la implementación, estén todos a bordo y al tanto de los objetivos que hay que lograr tras su despliegue. Por supuesto, la facilidad de la implementación va a depender de la complejidad en los procesos involucrados, la definición de los alcances, integraciones a realizar, como así del tipo de tecnología que se va a implementar.
Gestionar una compañía hoy sin el uso de tecnología resulta impensado. Tanto los clientes como los empleados esperan contar con herramientas que faciliten su día a día, teniendo la misma experiencia que cuando utilizan Amazon, Netflix u otras plataformas. Cualquier proceso, análisis o toma de decisión va a generarse en un contexto de un sistema de gestión integral, y muchas veces, por no decir todas, la diferencia la marcan aquellas personas que conocen y entienden el funcionamiento completo de las distintas plataformas para potenciar al máximo los resultados.
*Docente de la Lic. en Gestión de Negocios del ITBA.