Este domingo comienza en Glasgow la cumbre de la ONU sobre el cambio climático. El encuentro busca garantizar que los países signatarios puedan cumplir el objetivo de limitar el calentamiento global. En agosto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas advirtió que la temperatura media de la Tierra alcanzará hacia 2030, un calentamiento de1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, una década antes de lo previsto hace tres años.
Hace poco tiempo, científicos y expertos coincidieron con que el calentamiento global está peligrosamente cerca de salirse de control y que el planeta enfrenta un plazo cada vez más ajustado. Por eso creen hay que tomar medidas concretas y rápido.
Las imágenes de los últimos tiempos muestran devastadoras inundaciones, incendios forestales, fenómenos meteorológicos extremos desde China hasta el Amazonas. Estados Unidos tiene el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50% y un 52% para 2030, tomando como referencia los valores 2005. Otro compromiso tomado por Washington, junto con la Unión Europea y otros socios, es reducir las emisiones mundiales de metano en al menos un 30% por debajo también para esa fecha.
La agenda de la región Latinoamericana no es menos compleja. Incluye objetivos y urgencia de acciones, medios de implementación, y colaboración, adaptación y resiliencia en cada crisis. Algunos de esos temas están relacionados al financiamiento para el cambio climático como el caso de tener un fondo común para las Américas.
En este marco de un aparente resurgimiento de la agenda mundial, Argentina tiene la oportunidad de renovar su compromiso asumido con la comunidad internacional. Y para ellos se le presentan los siguientes desafíos:
- Actualizar sus compromisos con el núcleo del Acuerdo de París y de la consecución de esos objetivos a largo plazo para estar alineada con el objetivo del 1,5 ° C, con un compromiso de reducción de emisiones por debajo de 205 MtCO2e para 2030.
- Si bien se está llevando a cabo una actualización con mayor ambición, se deben tomar acciones concretas para comenzar a implementar los compromisos determinados a nivel nacional (NDC por sus siglas en inglés) son el núcleo del Acuerdo de París; y el objetivo neto cero para 2050.
- Esto incluye el desarrollo de los compromisos y metas sectoriales y la estrategia financiera.
- Las agendas sectoriales de Argentina, especialmente en los sectores de energía y de la Agricultura, Forestación y otros usos de la Tierra (AFOLU, por sus siglas en ingles), así como sus planes de desarrollo y recuperación económica post-pandemia, deben contemplar una baja de la emisión de carbono y alinearse con los compromisos climáticos del país, incluidos en los objetivos al 2050.
- Impulsar las inversiones e incentivos para proyectos de energía renovable, y en áreas como la transmisión por redes y la eficiencia energética, con el fin de cumplir con los objetivos nacionales de generación de energía renovable.
- En caso de que prospere la oferta de canjear deuda por acción climática sería conveniente que el país se asegure que el beneficio esté destinado a esas acciones y a las transformaciones sectoriales que se necesitan para ello.
En los últimos meses hemos comprobado los efectos devastadores que está produciendo el cambio climático en todo el mundo y que nos hacen tomar consciencia de lo peligroso que es seguir manteniendo los actuales niveles de contaminación ambiental. Poder revertir la situación es una tarea y un compromiso que deben adoptar conjuntamente el sector público y el privado junto a toda la comunidad para dejarles a las nuevas generaciones un planeta más habitable.
*Socia líder Governance Risk & Compliance Services (GRCS) & ESG de KPMG en Argentina.
**Socio líder de Energía y Recursos Naturales KPMG Argentina.
Producción periodística: Silvina L. Márquez.