—Realizaremos un debate sobre las históricas elecciones en Alemania, después de 16 años de Angela Merkel como jefa de Estado. Participarán de la conversación las cinco principales fundaciones con cercanía a alguno de los partidos políticos más importantes en estas elecciones. Tenemos la Fundación Friedrich Ebert, cercana al Partido Socialdemócrata, representada por Svenja Blanke, de manera remota. Luego, la Fundación Friedrich Naumann, representada por Lars-André-Richter, cercana al Partido Liberal. Además, la Fundación Hanns Seidel, cercana al Partido Cristiano-Social de la CSU, en Baviera, con Klaus Binder. Nos acompaña la Fundación Heinrich Böll, también de manera remota, con Gitte Cullmann, que está en este momento en Berlín, que es cercana al Partido Verde. Y tenemos la Fundación Konrad Adenauer, con el señor Olaf Jacob aquí presente, que es cercano al Partido Demócrata Cristiano, el CDU. Comenzaremos con la primera de las cuatro preguntas, probablemente la más abarcativa, preguntándole a cada uno por el resultado de las elecciones, las posibles coaliciones que se establecerán: ¿cuál es su reacción sobre el voto de los alemanes?
BINDER: Los conservadores perdimos estas elecciones claramente. Y esto merece una corta explicación. La Unión Social Cristiana existe en Baviera y en el resto de Alemania la Unión Demócrata Cristiana. Es un hecho a tener en cuenta. Cabe felicitar al Partido Socialdemócrata, el gran ganador de las elecciones, y a Olaf Scholz, el candidato principal de este partido. Hay tres posibilidades para formar coaliciones. La primera sería entre el Partido Socialdemócrata, los verdes y el Partido Liberal. La segunda opción, la unión de los conservadores con el Partido Socialdemócrata y los verdes. Y la tercera opción, hacer una gran coalición, como teníamos en este momento, entre el Partido Socialdemócrata y la Unión, los conservadores. Pero el voto de los alemanes es claro. Querrían una coalición del Partido Socialdemócrata con los verdes y el Partido Liberal. Sobre las causas de por qué perdimos las elecciones, el eje está en la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático. Los conservadores nos dedicamos también a este tema. Pero no logramos que el electorado nos creyera. Es nuestro problema. Y esa cosa tiene que ver también con el candidato principal de la Unión, con el señor Armin Laschet, porque es en este momento el primer ministro, el presidente del Estado Renania del Norte-Westfalia. Es la cuna de la industria, por eso la posición de muchos de los votantes. El medioambiente es el gran problema. Tampoco muchos votantes estuvieron conformes con la política de los conservadores en el contexto de la pandemia. Tomamos muchas medidas muy estrictas y mucha gente estuvo en contra.
JACOB: También, de mi parte, felicitaciones al Partido Socialdemócrata, que hizo una gran campaña. Comparto el análisis de Klaus Binder. La próxima coalición de Alemania será una coalición de semáforo. Es decir, de los liberales con los socialdemócratas y los verdes. Es ya una coalición que tiene mucho éxito en un estado federado que es Renania-Palatinado. No le hará tanto mal la democracia cristiana el formar parte de la oposición después de 16 años de haber gobernado, creo que no le hace tanto mal. La coalición que se podría formar corre el riesgo de ser un poco inestable. Son muy diferentes las posiciones de los verdes y los liberales. Le costará mucho trabajo a la socialdemocracia mantener esa coalición. Es la primera vez que a nivel nacional se plantea una coalición de tres partidos. Es una novedad y generará un esfuerzo muy grande por parte de la socialdemocracia. Si hablamos de las razones por las que la democracia cristiana tuvo el peor resultado de su historia, tiene que ver con el perfil de Armin Laschet. Es una persona bastante innovadora, con puntos de vista avanzados y de vanguardia para el bloque de la democracia cristiana. Le faltó crear un perfil definido. Olaf Scholz tuvo una campaña muy inteligente. Siempre se presentó como un experto. Fue el ministro de Finanzas del gobierno anterior. Por ende, es una de las personas más cercanas a la canciller Angela Merkel. Muchos votantes vieron en él una especie de continuidad en el camino de la coalición precedente, pero con otro color político. El votante alemán optó por mantener más o menos la línea, pero con otros partidos políticos. Al candidato Laschet le faltó un poco generar un perfil propio.
Klaus Binder: “Merkel quedará en la historia de Alemania como una gran canciller. Consiguió muchos éxitos durante sus 16 años en el poder”
RICHTER: También felicito a los partidos que ganaron las elecciones. Los liberales forman parte del grupo que ganó el domingo. Su resultado es muy positivo. Son 11,5%, un poquito más que antes. Por segunda vez superan las dos cifras. Y se venció a la ultraderecha. Eso es un resultado muy positivo también, porque antes Alternativa para Alemania, tal es su nombre, lamentablemente fue el partido más importante de la oposición. Ya no estamos en esa situación. Ahora se abre un desafío, no un problema. El desafío es formar gobierno las semanas y los meses que vienen. No es un secreto que hay muchos paralelismos entre la Unión, los conservadores y los liberales, respecto a los temas más importantes. El covid-19 es un tema muy grande. Pero las cuestiones más importantes fueron las sociales, la economía, los impuestos, poder alquilar una casa, salarios, mercado laboral. Veo muchas diferencias entre el programa de los liberales y los programas de los verdes y los socialdemócratas. Ese es precisamente el desafío. Necesitamos un gobierno y pasar el desafío puede ser algo muy productivo. En la semana se reunieron representantes de los verdes y del Partido Liberal para establecer puntos y narrativas comunes. Se necesitan proyectos para cuatro años. La narrativa puede ser “somos una alianza de futuro”. Hay que negociar en primer lugar con los socialdemócratas, pero también es una oportunidad de negociar con la Unión.
BLANKE: en nombre del Partido Socialdemócrata, quiero agradecer las felicitaciones precedentes. Fue el final de la era Merkel. No es poca cosa después de 16 años. Se votó en gran parte por el rumbo que Alemania debe y va a tomar, y también por Alemania dentro de Europa. Son elecciones sobre cómo se construye un futuro. Muchos alemanes sienten que este es un momento de cambio y transformación. El voto reflejó diferentes sentimientos y opiniones. Algunos quieren construir la transformación. Algunos piden más protección del Estado. Otros sienten miedo ante lo que vendrá. Y otros subrayan las reformas necesarias en infraestructura. El Partido Socialdemócrata ganó por una leve ventaja cuando hace apenas cuatro meses las encuestas le daban 14% o 15%. En un período muy corto, el candidato Olaf Scholz llevó el número a 25,7%. Pero también ganaron votos los verdes y los liberales, lo que señala que el sistema de dos partidos grandes tradicionales se acabó. Tendremos siete partidos y no expresiones pequeñas y dos grandes en el Parlamento. Se observa una nueva volatilidad del voto en Alemania y la diversidad de la sociedad. La fragmentación del sistema partidario muestra los diferentes estilos de vida y opiniones. Hay más partidos para formar gobierno. Será difícil, hay que buscar consensos para formar gobiernos de coalición.
CULLMANN: Me sumo a la felicitación a los socialdemócratas. Los ganadores son los socialdemócratas, los verdes y el Partido Demócrata Libre. Los verdes aumentaron 5,8%, el mayor aumento comparado con 2017. Quizá no tuvieron la elección que se esperaba, pero tienen una representación parlamentaria muy importante. Desde el punto de vista matemático y político es posible una coalición de tres. Es poco probable la gran coalición como tuvimos en los últimos años. La alianza de los verdes con los liberales y los socialdemócratas es la más probable. Ante la pregunta de las causas, yo empiezo ahora con lo malo y termino con lo bueno en este punto. Creo que un gran problema de la campaña electoral fue que todos los partidos le prestaron demasiada atención a la política interior. Los partidos alemanes tenían como estrategia no poner en primer plano la necesidad de un cambio fundamental. Se dice que con una política transformadora no se puede ganar muchos votos en tiempos de crisis, de pandemia, de cambio climático. Y en general se consolida la tendencia hacia un sistema de partidos sin un solo dominador. Hay una gran diferencia entre los jóvenes y los mayores. Por ejemplo, los verdes recibieron la mayor parte de sus votos de personas de menos de 30 años, mientras que los mayores de 60 años prefieren los partidos tradicionales. Eso muestra que hay una generación con una mirada distinta, que pone el eje en el rol de la crisis climática, la transformación justa y las cuestiones de género, por ejemplo, y también la digitalización. El grupo de los verdes tiene una media de edad de 42 años, con muchas mujeres. De los 118 parlamentarios, 68 son mujeres.
—La segunda ronda tiene un punto clave y al mismo tiempo emocional, y alude al final de la era Merkel: 16 años de gobierno. ¿Cuál es su legado, la huella histórica, lo que significa para Alemania hoy y su proyección para el futuro?
BINDER: La señora Merkel quedará en la historia de Alemania como una canciller muy grande. Consiguió muchos éxitos durante sus 16 años en el poder. En este contexto, es muy importante la disminución de la brecha entre Alemania Oriental y Occidental. Es otro de sus éxitos. Deseo mencionar la crisis de los refugiados. Allí mostró grandeza. Pudimos ver que ella vive los valores cristianos. Es algo muy a favor de ella desde mi punto de vista. Deseo sumar tres logros adicionales. En el año 2011, se terminó con el el servicio militar obligatorio en Alemania. También es un logro grande. En esa época, el ministro de Defensa era de nuestro partido, la Unión Social Cristiana. En estos días actúa en diferentes países mientras antes existía básicamente para defender a Alemania. Otro logro es el el freno respecto al endeudamiento. También es un logro desde mi punto de vista. Eso significa que el presupuesto de la Nación y el de cada uno de los estados deben estar equilibrados. No se puede financiar demasiados gastos por medio del endeudamiento o de préstamos. Y también en el año 2017 se introdujo la posibilidad del matrimonio de personas del mismo sexo.
Svenja Blanke: “Se observa una nueva volatilidad del voto en Alemania y la diversidad de su sociedad”
JACOB: La pregunta tiene un contenido emocional para mí, por ser representante de la Fundación Konrad Adenauer y ser cercana a la democracia cristiana. Sus 16 años de alguna manera han formado a cada uno de nosotros. El legado de Angela Merkel se puede dividir en tres grandes bloques. El primero sería a nivel nacional. La palabra clave es consolidación. Angela Merkel consolidó la integración de Alemania, que había comenzado con el gobierno de Helmut Kohl. También consolidó las medidas que tomó el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder en cuanto a modernización del ámbito laboral y social. También ello se consolidó en los últimos 16 años. Además, sucedió a nivel internacional. Consiguió posicionar a Alemania dentro de la Unión Europea, pero también logró posicionarla como jugador importante en el contexto internacional. Ya Klaus Binder mencionó la crisis de los refugiados que le dio a Alemania, naturalmente, una imagen muy diferente y amigable. Y dentro de la Unión Europea, con el tema de la crisis del euro o la caída de Lehman Brothers, ella jugó un rol clave. Y un tercer nivel es su legado dentro de la democracia cristiana. Creo que Angela Merkel logró posicionar a la democracia cristiana fuera de lo que sería la centroderecha y tratar de ubicarlo en el centro. Por eso, un poco su lema, no en estas elecciones sino en las anteriores, era “Die Mitte”: el centro. La democracia cristiana representa el centro de todo el espectro político y ese es otro legado clave. La democracia cristiana era un partido muy dominado por hombres, y ella es mujer. Por católicos, y ella es luterana. Entonces hay ciertos elementos que muestran que ella hizo que la democracia cristiana se modernizara.
RICHTER: Hablamos de la persona primero y de la política en segundo lugar. Soy relativamente crítico con la política, pero muy positivo en mi mirada sobre la persona. Es fascinante. Su biografía lo es. Llegó de Alemania Oriental y es hija de un pastor. También una persona honesta y transparente. Debe comprenderse ese estilo de moral calvinista y ética de trabajo. Explica su popularidad, no solo en Alemania, sino en el contexto internacional. Lo era a nivel mundial. A Merkel se la criticaba más en Alemania que en el resto del mundo. Será muy complicado pensar una Alemania sin Angela Merkel. Con respecto a la política, es completamente normal que existan crisis de vez en cuando. En la época de Gerhard Schröder estuvieron el 11 de noviembre y la crisis de los Balcanes. Las crisis son normales. Pero la forma en la que Merkel manejó esas crisis fue también de manera muy respetable. Aunque desde mi punto de vista, no fue muy liberal. No se interesó mucho en la economía. Como liberales, tuvimos la experiencia de gobernar y fue muy complicado. No solo por causa de los liberales. También los liberales cometieron errores, pero la atmósfera no fue muy agradable. Angela Merkel es más una conservadora socialdemócrata de centro que una conservadora liberal que se interesa en la economía. Acepto que pueda haber cierta ambivalencia en mi análisis.
BLANKE: Coincido con la descripción que hizo mi colega Lars, de la Fundación Friedrich Naumann, sobre la personalidad de Angela Merkel. También con cosas que dijeron Jacob y Klaus, y la importancia y lo positivo de la personalidad. Eso también explica su muy buena imagen como política en Alemania. Sigue siendo la figura política más querida en las encuestas en Alemania. El legado negativo tiene que ver con sus políticas. Nunca gobernó sola, también gobernó con los socialdemócratas, con los liberales, pero lo malo tiene que ver con sus propias políticas. Entre lo negativo está todo lo que quedó sin atender. Son los temas que ahora se pusieron sobre la mesa en la campaña. Hay huecos y retraso en temas muy importantes. Por ejemplo, la digitalización y la modernización de la infraestructura, la burocracia de la administración pública. También quedan reformas en el sector educativo. En los últimos 16 años creció la brecha social. Los ricos cada vez tienen más y son pocos; los pobres tienen cada vez menos, aun en época de bonanza. Hubo poca inversión. Son temas que hay que atender y que se discutieron este año. Esto se debe a su estilo como política. Se dijo que no es una gran visionaria. Ella sigue el plan paso a paso. El efecto fue una cierta despolitización. Merkel atendía los temas y las personas se tornaban espectadoras. En cuanto a lo positivo, estas elecciones mostraron que Alemania es una democracia estable, tranquila. Los candidatos se tratan con respeto. Considerando las locuras, los nacionalismos machistas, los populismos de los países vecinos, vemos que ella estableció un legado que va más allá. La imagen de Alemania en el mundo es muy positiva, y se incrementa con la cuestión de los refugiados. También tiene una imagen pacífica, pero ese rol podría definirse más. Además, y lo digo desde mi condición de mujer, es muy importante para todas las niñas y mujeres del mundo. Haber sido la jefa de un gobierno por tanto tiempo y haber sido la mujer elegida democráticamente más poderosa del planeta es una señal muy importante sobre las posibilidades de igualdad de nuestras democracias. Quizá no buscó empujar eso, pero lo hizo implícitamente. Es muy importante para la democracia y la igualdad. Además, es un mensaje hacia el futuro. Ahora solo tenemos 34% de escaños en mano de mujeres. Los partidos conservadores deberían hacer más esfuerzos en este sentido. Los partidos progresistas avanzaron un poco más en el tema de la igualdad, pero Angela Merkel hizo un gran favor a la igualdad en democracia.
Lars-André-Ritcher: “En Latinoamérica, el populismo es un tema de preocupación; no lo fue en las últimas elecciones alemanas”
CULLMANN: Veo que hay consenso y que todos hacemos análisis similares, pero con matices diferentes hacia el futuro. La era Merkel empezó en 2005. Duró 16 años. Los jóvenes casi no conocen un gobierno, una Alemania, sin Angela Merkel. En ese lapso superó muchas crisis profundas, desde problemas económicos severos hasta la pandemia actual. Comparto con mis colegas que su habilidad para buscar consensos sirvió mucho a Europa en general y a Alemania en particular. Pero el gobierno también descuidó la inversión en el sector público y las mejoras en infraestructura, especialmente en la digitalización. Las sociedades y economías están muy afectadas por la pandemia y el cambio climático. Son temas que costará cambiar en los tiempos que siguen, porque hay muchas economías en crisis.
—¿Qué impacto tendrán los resultados electorales teniendo en cuenta el contexto geopolítico internacional?
BINDER: No habrá grandes cambios en la política de relaciones exteriores de la República Federal de Alemania. En la coalición actual, el Partido Socialdemócrata tiene el Ministerio de Relaciones Exteriores. El ministro es Heiko Maas. Será una política que se prolongará. Seguiremos en la Unión Europea y en la OTAN. No hay ningún cambio. Jugaremos un papel importante en la UE. Alemania ya financia gran parte de la Unión Europea. De ahí su peso específico. Y más después del Brexit y de la salida de Gran Bretaña. En cuanto a la OTAN, habrá algunos cambios. Los conservadores deseamos que se cumplan algunas cosas. Antes se invertía 2% del Producto Interno Bruto de Alemania en defensa. El Partido Socialdemócrata es un partido muy pacifista, los verdes también. Y no creo que cumplan. La relación con Rusia, con China, es compleja. Sabemos que ambos violan los derechos humanos. Es un problema grave. Pero también necesitamos de la cooperación con ellos, especialmente en la política climática internacional. Sin ellos no podemos cumplir nuestros objetivos. Existen intereses económicos respecto a China, a la que Alemania le exporta. Por eso necesitamos mantener buenas relaciones con esos países. El futuro gobierno de Alemania no hará grandes cambios.
JACOB: Es muy complicado dar un pronóstico sobre qué sucederá internacionalmente porque no se ha formado todavía la coalición. Si la izquierda hubiera crecido más, sí hubiésemos podido hablar de cambios más importantes en la política internacional. Pero es probable que con las tres alternativas de coaliciones la política exterior de Alemania se mantenga. Hay puntos relevantes. Se habló aquí de los déficits estructurales y de digitalización. Es uno de los grandes desafíos de Alemania internamente, pero también a futuro hacia el exterior. El cambio climático nos acompañará los próximos años. Tras la tragedia de Fukushima, Angela Merkel tomó la decisión importante de salir poco a poco de la energía nuclear. Hay algunos avances lentamente en cuanto a entrar a una matriz energética totalmente renovable. Es otro de los grandes desafíos. Y se puede acompañar a otros países en el camino de un cambio de matriz energética a nivel mundial. La agenda del cambio climático también será la agenda internacional. El aporte de los verdes en un posible gobierno en coalición con la socialdemocracia y con los liberales será de enorme importancia justamente para lograr este avance.
Gitte Cullmann: “La Unión Europea y el mundo en general piden que Alemania tenga un rol preponderante en las plataformas globales”
RICHTER: Durante la campaña electoral, las semanas y meses anteriores no fue tema la política de relaciones exteriores. Si lo fue, sucedió en un grado menor. Rescatar la importancia de la cuestión es un punto de contacto con mis colegas. Es otro de los mensajes de la última elección. Perdieron dos partidos extremistas. El de la derecha es más peligroso, pero para mí la izquierda es un problema, aunque no todos coincidamos. Ambos perdieron porcentajes. Es un mensaje en un contexto global que parece ir en otro sentido. En América Latina el populismo es un tema. Por suerte, no lo fue en Alemania. Es un mensaje muy importante para los partners en la Unión Europea y el mundo. Alemania sigue siendo confiable. Es muy importante, independientemente de quién sea el próximo canciller. Es verdad que los liberales tienen problemas con una unión fiscal en la Unión Europea. Pero son detalles. Ni el señor Laschet ni el señor Scholz quieren cambiar la Unión Europea ni el orden internacional. Estamos en un conflicto epocal entre dos modelos políticos: la democracia liberal y, por otro lado, los estilos totalitarios. Es una sorpresa lo que los verdes vienen diciendo. Se manifestaron claramente contra lo totalitario. Son muy críticos. No es una coincidencia que Rusia y Vladimir Putin sean muy críticos del Partido Verde y su candidata (N de R: Annalena Baerbock). Rusia es el segundo problema después de China. Mi favorito para ministro de Relaciones Exteriores es alguien del Partido Verde. Los liberales también tienen una posición muy clara. Pero debe estar clara la posición del país.
BLANKE: Las relaciones exteriores o las políticas internacionales fueron un tema secundario en esta campaña y elecciones, lamentabelmente. Quizás incluso terciario. Hubo tres debates oficiales y solo en uno no muy difundido se habló del tema. Alemania no debe solo atender los temas interiores. Temas como digitalización, medioambiente o bienestar tienen mucho que ver también con las relaciones internacionales. Son desafíos del siglo XXI. Entre los partidos mayoritarios, los que están acá representados a través de sus fundaciones en materia de política exterior, no hay tanta diferencia. Hay matices y detalles. La prioridad de la política exterior alemana está en la relación con la Unión Europea. Ese rol será prioritario, como con Estados Unidos, las relaciones con Medio Oriente e Israel. Y tendrán un lugar las telaciones, quizá más tensas, con Rusia y China. Siguen siendo los ejes de la política exterior. El Partido Socialdemócrata subrayó varias veces que quiere más integración de la Unión Europea. Una Unión Europea más ambiciosa jurídicamente, entre otras cuestiones. Merkel también quiso una Unión Europea. Pero pecó de cautelosa. El señor Scholz puede unirse a los planes de Emmanuel Macron, de Francia, para lograr esa Unión Europea más ambiciosa. Es algo importante en el momento de salida de la pandemia, que denotó una agenda que debe atenderse. Con los verdes y los liberales en el gobierno, habrá más lugar para las cuestiones atinentes a los derechos humanos. Es algo que me interesa, también como socialdemócrata. Mi partido también favorece levantar los estándares sociales y apoyar cuestiones de derechos humanos en la cooperación internacional.
CULLMANN: Para hablar de política exterior es demasiado temprano. Primero tenemos que esperar cómo se constituirá el gobierno alemán y con quiénes. Ojalá que lo sepamos antes de fin de año. El mundo y la Unión Europea piden que Alemania, como cuarta economía mundial, tenga un rol un poco más fuerte en la plataforma internacional. Si tuvieron un rol en el gobierno alemán, los verdes quieren aprovechar la oportunidad para resolver conflictos comerciales con la nueva administración estadounidense y crear un mercado transatlántico de productos neutros para el clima. El Partido Verde es muy crítico con los acuerdos con impactos negativos sobre el medioambiente o los desafíos a la soberanía alimentaria de los países, también en Latinoamérica.
—¿Cuál será el impacto específico sobre el Cono Sur y la Argentina?
BINDER: No habrá ningún cambio grande. El foco de la política exterior de Alemania desde siempre está más en África y Asia y quizás en Europa del Este. Esta inclinación tiene una causa económica. Nosotros quisiéramos evitar que muchos refugiados de África, de Asia, vayan a Alemania. La política es invertir en esos países para evitar las causas de la huida. Por eso Latinoamérica no juega un papel muy importante. Gitte también mencionó que los verdes estarán atentos a las formas de libre comercio. Y allí está pendiente el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. Se complejizó el tema, pese a que era un desarrollo a veinte años. En los últimos meses todo fracasó por el tema del medioambiente, especialmente por el comportamiento de Brasil con la tala del bosque tropical. Si los verdes participan del gobierno, el tratado está más lejos que antes. Casi hay un empeoramiento con respecto a estas relaciones entre Alemania y los países de América Latina, del Cono Sur y de Argentina.
JACOB: Quiero comenzar con una anécdota. Tuve la suerte de estudiar Relaciones Internacionales en la Universidad de Maguncia, en Alemania, en los años 90. Me especialicé en América Latina. En aquel entonces éramos aproximadamente cinco o seis facultades dentro de toda Alemania orientadas a América Latina, que debatíamos el rol de la región. Hoy hay una o dos. Se redujo el interés en América Latina a nivel académico. Es un reflejo de lo que sucede en la política. Soy bastante escéptico. Me preocupa el hecho de que América Latina no juega el rol de hace treinta o cuarenta años en la política alemana. Angela Merkel visitó Argentina dos veces. Una vez en el marco de la cumbre del G20 y un año antes le hizo una visita, le devolvió la visita al presidente Mauricio Macri, que él había hecho en 2016. Es más que a otros países de la región. Hay un atractivo especial, o lo tuvo en su momento, que no se puede generalizar hacia el resto de la región. Partiendo de la premisa de que el Partido Verde jugará un rol importante en el próximo gobierno, los temas medioambientales serán muy importantes. El convenio entre la Unión Europea y el Mercosur se revisará desde una perspectiva medioambiental. Las voces críticas sobre la tala de los bosques en Brasil, la crítica que se le hace a Jair Bolsonaro, se incentivará aún más. También los derechos humanos jugarán un rol más importante. Lamentablemente, estoy convencido de que no habrá un cambio radical en cuanto a un mayor acercamiento con América Latina.
RICHTER: Ni Argentina, ni América Latina, ni el Cono Sur, ni la política internacional, fueron parte número uno en la agenda de campaña. América del Sur es parte del mundo democrático. Es muy importante mantener y fortalecer las relaciones. Socialdemócratas, verdes y liberales estamos de acuerdo en hablar de derechos humanos donde corresponda. Es el punto número uno también en las discusiones o charlas y contactos con China y Moscú. Puede haber disidencias sobre cómo hacer negocios. Como liberales, estamos convencidos de que derechos humanos y libre comercio son dos caras de la misma moneda. Es muy importante incentivar también acuerdos económicos. Aquí en América Latina, y especialmente en África, estamos en una pelea con China y Rusia. China, con su modelo de negocios, de realizar proyectos de infraestructura y energía, estableció reglas que a los liberales no nos gustan. El libre comercio debe ser un tema y lo será en las negociaciones con otros partidos en Alemania. Ocupará un lugar esencial en el futuro.
Olaf Jacob: “El votante alemán optó por mantener una línea y un camino, pero a través de otros partidos políticos”
BLANKE: También creo que América Latina lamentablemente no es prioridad. Algo que no cambiará sustancialmente en el futuro. Y el tema central, entre Alemania y América Latina y Argentina en los últimos años, fue económico, comercial. Con un nuevo gobierno, como ya dijeron también mis colegas, hay una nueva posibilidad de hacer más plenas las relaciones con otros temas. Cuestiones referidas al medioambiente, tema muy relevante también en América Latina, y lo social. La relación entre América Latina y Europa, entre Argentina y Alemania, ya no puede ser solamente retórica. Es preciso ir a fondo. Las dos regiones y los dos países comparten muchos temas. Es preciso reubicarse y reavivar vínculos. Hay temas claves como el multilateralismo, el medioambiente, la democracia y los derechos humanos. El tratado Mercosur/Unión Europea se revisará desde Alemania por la cuestión del medioambiente, y estándares sociales y laborales. La deforestación del Amazonas tomará un rol más importante en las relaciones. Necesitamos nuevas iniciativas. América Latina, por sus problemas internos, también mira mucho para adentro. La fragmentación de la región frena un rol más activo. Hace falta para estas crisis la voz de Argentina y de América Latina. La cuestión de la deuda es un tema importante para Argentina. Las soluciones multilaterales conjuntamente se pueden atender. La cuestión de la pandemia tocó a todos los países, pero la geopolítica sanitaria y de vacunas mostró que hay un mundo dividido, con un centro y una periferia. América Latina fue muy golpeada por la pandemia. La democracia argentina, la fortaleza de su sociedad civil, de sus ciudadanos, sus movimientos sociales, el movimiento de las mujeres, son temas muy importantes también para Europa. Se puede aprender en un diálogo sobre cómo reactivar también la participación ciudadana en una democracia. Hay muchos temas en la mesa, y entonces este nuevo gobierno que todavía no conocemos debería mirar muy bien para llenar esa relación con nuevas iniciativas.
CULLMANN: Se puede pensar en los cambios necesarios en la relación con América Latina, pero hay que cambiar algo en la relación entre los dos países, entre Alemania, el Cono Sur y Argentina. Si los verdes tienen un rol importante en el gobierno y en la política exterior del país, querrán una política bien coordinada con América Latina y el Caribe, y la Unión Europea, que promueva esa transformación socioecológica y proteja los derechos humanos. Son regiones interdependientes en cuanto al comercio y la economía mundial. Es muy imporante ayudar a terminar con la continuación de ese modelo económico que se basa en la explotación de recursos naturales y que muchas veces provocó daños a las personas, a la naturaleza y también a las economías nacionales, por la economía mundial. Los verdes también quieren dar atención a las alternativas progresistas en el ámbito de desigualdades sociales, la corrupción, las imágenes patriarcales de la sociedad, y buscar formas de hacer negocios que no destruyan la base natural de la vida. Son claves para una relación entre Alemania y Argentina dentro del Cono Sur.
—Muchísimas gracias a los cinco. Hemos cumplido la hora del debate. Una reflexión final. Un filósofo muy valorado por los liberales, Albert Nozick, decano de Filosofía de la Universidad de Harvard, sostenía que, en la matriz de las virtudes, riqueza era diversidad en armonía. Hay distintos sistemas políticos en el mundo. Desgraciadamente, en la polarización extrema la diversidad no solamente no está en armonía, sino que es guerra, y finalmente nadie termina de imponerse frente al otro, un problema que desgraciadamente tenemos en América del Sur, especialmente en la Argentina. Alemania nos da una demostración de diversidad en armonía, voces distintas, pero sin ninguna duda en armonía. Es envidiable y hacen de Alemania el faro actual de la democracia, después de ver los vaivenes de otras grandes potencias como Estados Unidos e Inglaterra. Fue un placer para mí haberlos acompañado. Felicitaciones a la democracia alemana.
Producción: Pablo Helman y Debora Waizbrot.