—¿Cuánto se puede remontar el resultado electoral? ¿Cuál sería la hipótesis de mínima y cuál la de máxima?
—Nuestro objetivo es interpretar lo que los argentinos quieren y tomar medidas. Que los argentinos opinen el 14 de noviembre. Los argentinos llegamos a votar el 12 de septiembre después de una pandemia terrible. Aun así, hubo un 67% de presencialidad, sin contagios durante la votación. En 2019 tuvimos un 82%. Con esta nueva normalidad, con hospitales que ya no tienen contagios, sin fallecidos, debemos mejorar los lugares de votación para que la gente concurra. Tenemos que lograr que vayan muchos a votar.
—¿Cuál es el estado de ánimo de Alberto Fernández?
—Es bueno. Llama todos los días preguntando qué estamos haciendo. Toma decisiones y consulta a cada ministro sobre qué podemos decidir en cada área.
—¿Percibís cambios antes y después del acto electoral?
—Ver que hay un espacio político que gobierna la Argentina, el Frente de Todos, que resolvió sus diferencias. Eso lo puso activo. Tuvimos con el nuevo jefe de Gabinete una reunión a las siete y media de la mañana. Se convocó a esa hora a los 22 ministros.
—Es un horario del interior.
—Claramente. Cada uno contó qué se viene en cada área. Será quincenal, seguramente estará el Presidente. Hay una etapa nueva en el Gobierno, con los pies en la tierra, escuchando más.
—¿Son más optimistas que antes con este nuevo gabinete?
—Al peronismo estos golpes lo espabilan.
“La oposición es muy complicada”
—¿Te sorprendió el resultado?
—Los resultados son eso, precisamente: resultados. No sorprenden. Y hay que asumirlos y mirar lo que viene. Y lo que llega es más responsabilidad. Asumir qué votó el pueblo. No nos terminamos de sensibilizar con el sufrimiento que tuvieron industriales, comerciantes, papás y mamás durante 15 meses con sus hijos dentro de casa. Por ahí faltó un poquito más de análisis.
—¿No solo fue la economía; también influyó el estado emocional que generó la pandemia?
—Es multicausal. Lo vi como intendente. Les pedimos a los argentinos el 19 de marzo que se quedaran en sus casas, y eso se fue alargando y generó innumerables situaciones. Cabe pensar en la experiencia de los centros de aislamiento. Lo difícil que era trasladar vecinos que no tenían posibilidades habitacionales de aislarse. Todo eso fue generando muchísima angustia.
—¿Qué incidencia tuvo la foto del cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez?
—Estuvo muy mal. Fue un descuido que no tendría que haber pasado. Millones de argentinas y argentinos confiaron y siguen confiando en el presidente de la Nación y en el Gobierno. Pero hay que mirar hacia adelante.
—¿La apertura actual es ese dar vuelta esa página?
—No es por una cuestión electoral. Tenemos una oposición muy complicada. Cuando teníamos 30 mil casos de contagios por día, hablaban de “infectadura” y pedían abrir. Ahora que vemos una campaña de vacunación masiva, con más de 65 millones de vacunas aplicadas en primeras y segundas dosis, se cuestiona que el 1° de octubre no se usará el barbijo en los espacios al aire libre. Me encantaría que pusiéramos algunos temas arriba de la mesa. Que los argentinos vean que son de Estado: la salud, la educación, el trabajo, la economía. Ojalá pueda conseguirlo como ministro. La dirigencia tiene una deuda enorme en este sentido.
Lea la entrevista completa de Jorge Fontevecchia a Juan Zabaleta en este link.