PERIODISMO PURO
Entrevista

Marcelo Figueiras: "A Sputnik se le pidió más que a otras vacunas"

El presidente de laboratorios Richmond analiza la discusión que hay en el mundo sobre el uso de la vacuna rusa. "Es inminente la aprobación en Europa", dice.

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Emergencia. “En otra época los expedientes de muchas vacunas no hubieran pasado la mesa de entrada de un instituto regulatorio mundial”. | Néstor Grassi

—En la presentación con Vladimir Putin estaban presentes los distintos países donde se estaba fabricando o a punto de fabricar. Todos eran países del Brics. India, China, obviamente Rusia, Brasil. También Corea, una gran potencia, y Eslovenia. ¿Por qué en Brasil hubo problemas iniciales que hacían que no aprobaban ni el uso y ahora aprueban la fabricación?

—Es netamente un tema político que se mezcló en el tema de salud. Tenemos la suerte de contar con un Instituto Nacional de Medicamentos, Anmat, pionero en el mundo. Fue uno de los primeros que entró al organismo de armonización de organismos de control que tiene sede en Ginebra. Está reconocido y es totalmente despolitizado.

—¿Esa sería la diferencia con Brasil?

—Sí. Me animo a decirlo porque lo viví.

—Brasil tiene una industria de vacunas muy grande.

—Cuando me preguntaban si la vacuna Sputnik era segura o no antes de aparecer en The Lancet, lo que contestaba era: “Si Anmat dice que es segura después de haber ido a ver a Moscú, lo es cien por ciento”. En Brasil, incluso en el último viaje, había desentendimientos según los inspectores tuvieran una simpatía u otra.

—En tu cuenta de Twitter posteaste un artículo de la periodista Nora Bar, en la que se relata la controversia entre “The Lancet” y Gamaleya sobre Sputnik. Bar dice: “Incluso quienes confían en la fórmula desarrollada por el Instituto Galameya coinciden en que sus papers o los de la mayoría de las otras, puestos bajo la lupa, pueden contener algún error. En ese caso, dice el biólogo molecular Ernesto Resnik, más que una crítica al protocolo, el artículo en realidad pone en tela de juicio el proceso editorial de “The Lancet”, porque errores en los números se cometen todo el tiempo y para eso está en la revisión entre sus pares”. ¿Cuál es tu visión sobre la controversia geopolítica en torno a las vacunas?

—The Lancet es una revista muy seria. Nora, que es una gran periodista, señala que Resnik critica a la publicación. Hay mucha gente que dedica su trabajo a publicar las publicaciones. Y en el caso de Sputnik, una de las cosas que criticaban era que no se habían aportado datos crudos. La respuesta fue que tampoco se les pidió a otros. Ahí empieza una discusión política.

—¿Científica o política?

—Hay política. En todo hay política. Acá también. Pero era una discusión más referida a la revista que a la vacuna. A Sputnik se le pidió mucho más que a otros.

—¿Hay hipocresía en que no se la haya aprobado en Europa?

—Es inminente la aprobación en Europa. Hay países como Italia que ya dijeron que la aprobarían si no se hacía globalmente. Seguramente falte entregar alguna información. Es este problema o esta cosa geopolítica que hace que uno tenga una forma de informar y el otro requiera otra. Hay desconfianzas que hacen que se atrasen los procedimientos. Pero va a ser aprobada.

 

Producción: Pablo Helman, y Debora Waizbrot.