Con el marco del año eleccionario y la coyuntura económica que provoca interés en la opinión pública, la gobernadora María Eugenia Vidal habló en un extenso reportaje exclusivo junto a Jorge Fontevecchia sobre la realidad argentina y en particular, lo que acontece en la provincia de Buenos Aires. En este tramo seleccionado de la entrevista, la gobernadora trata el tema del feminismo y la actualidad de la mujer argentina.
F: ¿En esta época, ser mujer, a vos o a Cristina, les genera alguna ventaja o desventaja a la hora de conseguir aprobación de la gente?
V: A veces digo que es un clima de época favorable a las mujeres porque los seres humanos vivieron gobernados por varones durante tantos años que están probando ver qué pasa si cambian. Pero, más de allá de eso, de esa reflexión personal, creo que hay una época, un clima de época donde los derechos de la mujer están saliendo a la luz en la discusión pública y creo que eso, a todas las que somos mujeres y hacemos política puede ser que para algunos nos dé ventaja. Para mí, nos da más responsabilidad porque cuando una mujer– y es absolutamente injusto esto pero sucede– cuando una mujer en política, en una empresa, en una universidad se equivoca y tiene un cargo de decisión eso afecta mucha a más a las mujeres que le sigan que cuando un varón se equivoca a los varones que le siguen. Así que es una tremenda responsabilidad más allá de que haya un clima de época en donde la mirada está más puesta en las mujeres.
F: ¿Ese clima de época es lo que hace a Durán Barba a elegir para que lo acompañen a Macri en su fórmula a mujeres? Vos, Michetti, ahora se habla como posible compañera de fórmula una mujer.
V: Bueno, Jaime desde hace muchos años– él escribió un libro hace varios años atrás sobre el protagonismo de las mujeres en la política y desde que yo lo conozco hace más de diez, doce años que habla de esto. Creo que si hay algo bueno que hay que destacar de él es que él ve los fenómenos en las sociedades. Él anticipó hace muchos años que las mujeres íbamos a ser protagonistas de la vida política, anticipó la velocidad del cambio que se genera en la sociedad a partir de la tecnología, anticipó hace muchos años atrás el tema de la agenda verde y la importancia del medio ambiente en los jóvenes; cosas que hoy vemos y transitamos como corrientes pero que hace muchos años atrás nadie discutía. Creo que él sigue viendo eso y otros fenómenos de los que habla y creo que ha anticipado muchas cosas que vivimos en nuestro país.
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F: ¿Qué piensan tus hijas sobre de tu posición acerca del aborto?
V: Bueno, ellas están... la mayor está a favor. Así que en mi casa ha habido debate. Mi hija mayor tiene 18 años y la verdad es que quiero que tenga un pensamiento crítico y decida por ella misma. Por supuesto que la eduqué en mis valores, en mi forma de pensar, en mi religión; pero ella ya es una mujer y ya puede decidir por ella misma y podemos convivir en este y muchos otros temas en desacuerdo y yo sigo siendo muy orgullosa de ella como hija y ella de mí como mamá y creo que la democracia no es algo de la puerta de la casa para afuera. También es algo adentro de casa sin perder los lugares que cada una de nosotras ocupa en el vínculo familiar así que yo lo único que le he pedido siempre es que lo que haga lo haga con convicción y con argumento. Que estas posiciones no son para enamorar de forma liviana. Que tiene que ser el resultado de una reflexión profunda y creo que realmente lo ha hecho más allá de que yo no la comparta y, bueno, está bien. Representa un poco una generación distinta a la mía.
F: ¿Cuál es tu relación en general con el feminismo y la sororidad?
V: Bueno, durante muchos años yo no me hice cargo del feminismo. Yo tenía una frase, ya no lo digo más porque tengo 45 años, pero durante muchos años decía que me discriminaban más por ser joven que por ser mujer en algunos lugares de decisión. La frase no era "Y ¿esta chica?" o "¿Esta mujer?" sino mas bien "¿Esta jovencita me va a venir explicar a mí?" porque muchas veces llegué demasiado temprano a algunos lugares y eso generaba cierta incomodidad.
F: Se combinaban las dos cosas.
V: También. Se combinaban las dos cosas pero yo me sentía más observada por ser joven que por ser mujer. Pero después, cuando Mauricio me dio la responsabilidad en el Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad que fue mi primera gran responsabilidad pública por lo menos expuesta, ahí hice todo un tránsito hacia la perspectiva de género. De mí dependían los servicios de atención a las mujeres víctimas de violencia. Ahí me contacté con Elena Highton de Nolasco cuando recién empezaba la oficina de la OVD, la Oficina Contra la Violencia Doméstica de la Corte. Empecé cómo se trabajaba en la Ciudad y también empecé a escuchar a muchas mujeres y también a medida que iba creciendo profesionalmente experimentaba en carne propia esto. Experimentaba cierta sorpresa de incomodidad de los varones, cierta doble vara y doble examen, y fui tomando conciencia y si había algo que me terminó de definir en ese camino fueron mis hijas. Yo– si hay algo que yo creo que nos pasa a las mujeres de mi generación es que a nuestras hijas no les va a pasar lo mismo que a nosotras. Creo que ellas van a enfrentar menos situaciones de discriminación o, si las enfrentan, van a ser mucho más consientes de lo que yo era. Yo creo que de hecho las enfrenté pero no las hacía consiente. No las asumía. Creo que ellas hoy no lo van a permitir. Creo que ese es el gran avance que ellas van a tener en relación a mí y seguramente mucho más sus hijas en relación a ellas.
F: ¿Puede ser que en la mayor aprobación tuya con respecto a la del Presidente pueda jugar también que vos naciste en un hogar de clase media mientras que el Presidente, hijo primogénito del hombre más rico del país en ese momento?
V: Si así fuer, no estaría bien porque nacería del prejuicio. Yo nací en una casa de clase media que sigue siendo. Mis padres siguen siendo una familia de clase media. Como digo yo que cuando a la economía le va bien, media alta, y cuando le va mal, media baja. Está siempre oscilando dependiendo de cómo le va a la economía del país pero yo no creo que haya buena o malas personas en función del origen y camino los barrios más pobres, primero de la Ciudad y ahora de la Provincia Buenos Aires, hace más de diez años todas las semanas de mi vida. Así que no es que alguien me lo tenga que contar y he ido a casa de clase media y este trabajo me dio la oportunidad de conocer amucha gente que tiene la historia de Mauricio. Creo que tu historia sin duda influye pero más que la historia o el origen socioeconómico, influyen los valores. Yo creo que por ejemplo para Mauricio ha sido una enorme ventaja venir de donde viene en política exterior. Cuando uno lo mira en su vínculo con presidentes del mundo, de otros países, y ve cómo se maneja es alguien que había salido al mundo mucho antes de ser presidente. Que conocía a gran parte del mundo. China, para poner un ejemplo. Desde muchos años antes de ser presidente. Que había tratado con personas poderosas e importantes. El propio presidente de los Estados Unidos, Trump con quien había tenido un vínculo mucho antes de que los dos fueran presidentes. Creo que es una ventaja para la Argentina. Lejos de ser algo que nos perjudique, es una enorme ventaja así como para mí es más fácil entender lo que le pasa a alguien cuando se sube a Sarmiento porque me tomé el Sarmiento muchos años de mi vida para ir a estudiar y sé lo que es meterse por la ventana. Pero, ¿eso me pone en desventaja en otras situaciones? Sí. ¿Uno es influido por su historia? Sí. Ahora, ¿eso determina si uno es buena o mala persona, buen o mal dirigente, buen o mal gobernante? Definitivamente, no.
Leé la entrevista completa de Jorge Fontevecchia a María Eugenia Vidal acá.